Se denomina pozo romano o fundaciones por pozos, a un tipo de cimentación de edificios o estructuras cuando el terreno entre los 3 m a 20 m tiene poca capacidad portante y resulta antieconómico materializar una cimentación de hormigón armado.[1]

Implica costos y dificultades en la construcción a gran profundidad de armaduras de acero, encofrados para contener el hormigón y obreros trabajando.

En general consta de un pozo cilíndrico, usualmente excavado a mano, de 0,80 m a 2 m de diámetro que en la parte inferior donde el terreno alcanza resistencia portante, se ensancha. Este ensanche tiene forma de campana con ángulo de 60°.[2]

Para que pueda hacerse la excavación el suelo debe mantener su estabilidad, no desmoronarse y estar situado sobre el nivel freático; de tener que descender por debajo, deberá realizarse una continua extracción del agua.

Cuando el suelo no tuviera estabilidad suficiente se va encamisando a medida que aumenta la profundidad con diversas técnicas.

Véase también

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Enlaces externos

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  • [1]. Consultado el 10/08/2015

Referencias

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  1. Canciani, José María. «Introducción a los tipos estructurales.». Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 10 de agosto de 2015. 
  2. Nicolasut. «Detalle constructivo de pozo romano lindero.». Consultado el 10 de agosto de 2015. 
  • Chandías, Mario E. Introducción a la construcción de edificios. Pág. 111 "Capítulo:Fundaciones". ISBN 950-553-021-8. Editorial Alsina. Buenos Aires, 1992.