Prehistoria en Guipúzcoa

La Prehistoria en Guipúzcoa, norte de España, tiene una amplia representación de la presencia humana en el territorio desde el paleolítico inferior hace unos 200000 años.[1]

Caballos de Ekain
Caballos de Ekain

La glaciación de Würn hizo que entre 100000 y 9500 años a. C. el nivel del mar fuera 100 metros inferior al actual, lo que descubrió una plataforma continental de unos 18 kilómetros de ancho en la Cornisa Cantábrica Guipuzcoana. Era un pasillo donde renos, ciervos y bisontes tenían su hábitat por lo que era una buena zona de caza y por consiguiente un buen hábitat para nuestros ancestros.[2]

Los hallazgos más antiguos son restos del homo heidelbergeinsis (200000 años) y del homo neanderthalensis (70000 años) en las cuevas de Lezetxiki (Mondragón) y Amalda ( Aizarna).[3]

En un periodo más reciente, El hombre de Cromañón dejó una amplia variedad de vestigios en la provincia desde pinturas rupestres pasando por dólmenes, crómlech, túmulos funerarios o puntas de silex, buriles, raspadores, arpones etc.

La cueva de Ekain (Deva), con su réplica visitable para el público, es un referente de la pintura rupestre cantábrica con sus característicos caballos. Fue nombrada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 2008. Pertenecen al periodo magdaleniense del paleolítico superior (12000 años AC).[4]

Los pioneros del estudio y las excavaciones de la prehistoria en Guipúzcoa fueron Telesforo Aranzadi, José Miguel de Barandiarán y Enrique Eguren en el primer tercio del siglo XX. A ellos deben añadirse grupos más recientes de investigación creados principalmente en torno a la Sociedad de Ciencias Aranzadi.[5]

Descripción histórica

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Los primeros hallazgos que dan constancia de la presencia humana en el territorio datan del Paleolítico Inferior entre 500000 y 200000 años a. C.

Se trata de algunos restos del Homo heidelbergeinsis hallados en la cueva de Lezetxiki (Mondragón) junto con restos de animales como osos de las cavernas entre otros.

Existen restos del hombre de Neardenthal en las cuevas de Lezetxiki (Mondragón) y de Amalda ( Aizarna) de unos 70000 años.

La llegada del hombre de Cromañon que colonizó Europa procedente de África sustituyó al hombre de Neardenthal hacia el 30000 a. C.

De esta época hay muchos restos y vestigios en Guipúzcoa como puntas de sílex, buriles y sobre todo pinturas rupestres siendo Ekain (Deba) [6]​su mejor representación . Otras son las Cuevas de Urtiaga ( Deba),[7]​ Aitzbitarte IV ( Rentería)[8]​ o la de Altxerri (Aya).[9]

Con el aumento de las temperaturas entre 9500 y 4000 años a. C los habitantes abandonaron las cuevas y colonizaron los valles de los ríos que disponían ya de una amplia foresta.[10]​Eran los cazadores - recolectores y los pobladores de Guipúzcoa serían varios miles de individuos diseminados en clanes.[11]

En el Neolítico, entre 3500 y 2000 años a. C hubo un importante crecimiento demográfico con los primeros asentamientos estables gracias al desarrollo de la agricultura y el pastoreo. Aparecen depósitos funerarios colectivos fruto de creencias inmateriales.

En el 2000 a. C. (Edad del Cobre) cobró importancia la trashumancia generando interrelaciones entre grupos de diferente origen geográfico en los ámbitos de tecnología, idioma o la generalización de hábitos funerarios en cuevas sepulcrales y en dólmenes.

Existe en Guipúzcoa una amplia variedad de muestras de esta época como dólmenes en Jaizkibel (Irún) , Igueldo (San Sebastián), Landarbaso (Hernani), Aizgorri y Altzania (Cegama). También existen yacimientos de la Edad de Cobre de Jentiletxe, (Motrico), de Urtiaga (Deva) y de Marizulo (Urnieta).[3]

En la edad de hierro, hacia el primer milenio a. C. se desarrollaron en Guipúzcoa una serie de castros, que eran poblados amurallados propios de culturas indoeuropeas que colonizaron la Península Ibérica. Se crearon en colinas o promontorios rocosos a una distancia que podrían interconectarse unos con otros. Su fundamento sería la defensa tribal frente a otras etnias o grupos que cohabitaban el territorio.

Los más destacados son los de Intxur (Tolosa)[12]​, Buruntza (Andoain)[13]​ y Basagain (Anoeta)[14]​,

El fin del periodo prehistórico en Guipúzcoa coincidió dos hechos migratorios y colonizadores importantes: La llegada de tribus várdulas de probable origen celta en el siglo II a. C. que se asentaron en una amplia franja de Guipúzcoa entre los rios Urumea y Deva. [15]

La irrupción de la civilización romana a principios de nuestra era en Guipúzcoa tuvo su influencia principalmente en la franja costera siendo importante la población de Oiasso, actual Irún.[16]

Véase también

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Referencias

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  1. «Cueva de Lezetxe». Patrimonio Cultural de Mondragón. 
  2. «Un viaje al último periodo glaciar». Noticias de Guípúzcoa. 
  3. a b «Pre y Protohistoria». Juntas Generales de Guipúzcoa. 
  4. «Ekain». Enciclopedia Auñamendi. 
  5. «Guipúzcoa: Prehistoria». Enciclopedia Auñamendi. 
  6. «Ekain». Ministerio de Cultura. Gobierno de España. 
  7. «Yacimiento de Urtiaga». Enciclopedia Auñamendi. 
  8. «Cueva de Aizpitarte». Gobierno Vasco. 
  9. «Cueva de Altxerri». Gobierno Vasco. 
  10. «Los últimos cazadores-recolectores en Guipúzcoa». Diputación Foral de Guipúzcoa. 
  11. Arce, Öscar. «Cazadores y recolectors». Universidad de Granada. 
  12. «Castro de Intxur». Arkeohistoria. 
  13. «Castro del monte Buruntza». Youtube. 
  14. «Poblado de Basagain». Patrimonio cultural Ondarea. 
  15. «Várdulos». Enciclopedia Auñamendi. 
  16. «Vasconismo». Noticias de Navarra.