Sagara (rey védico)

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En el texto épico Majábharata (siglo III a. C.), el rey Sagara fue uno de los más grandes reyes de la dinastía solar ―también conocida como la tribu de los iksuakús―, en la era satiá-iugá (hace de 2,17 millones de años aproximadamente).[1]

El rey Bhagiratha (arriba a la izquierda, de pie sobre una pierna, con los brazos levantados), tataranieto del rey Sagar, realizando austeridades durante años para liberar a los hijos del rey Sagara.

Etimología

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  • sagara, en el sistema AITS (alfabeto internacional para la transliteración del sánscrito).
  • सगर, en escritura devanagari del sánscrito.
  • Pronunciación: /sagára/.[2]
  • Etimología: ‘con veneno’, siendo sa: ‘con’, y gara: ‘veneno’. Este nombre se refiere a que Sagara nació junto con un gran cantidad de un líquido asqueroso; su madre creyó que se trataba de veneno que la otra mujer de su esposo Baju le habría suministrado para matar a su hijo, el heredero.[2]

Leyenda

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Sagara era hijo del rey Baju, rey de Aiodiá y antepasado del rey Dásha Ratha, el padre del rey-dios Rama (encarnación del dios Visnú).[2]

Tuvo dos esposas: una era la princesa del clan Vidarbha, y la otra pertenecía a la tribu de Sivi.[3]

El descenso del río Ganges desde el Cielo

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El rey Sagara llevó a cabo un sacrificio de caballo (asuamedha iagñá) para demostrar su supremacía sobre otros reyes menores. Indra, el líder de los semidioses, se atemorizó por los resultados del iagñá, por lo que decidió robar el caballo. Dejó el caballo en el ashram del sabio Kapilá, quien se encontraba en una profunda meditación. Los 60 000 hijos del rey Sagar ―nacidos de la reina Sumati― y su malvado hijo Asamansha ―nacido de la reina Keshini[2]​ fueron enviados a buscar el caballo.[4]​ Cuando los 60 000 hijos encontraron el caballo en el áshram de Kapilá, pensaron que lo había robado. Cuando lo atacaron, el santo Kapilá abrió los ojos y con su mirada iracunda los quemó hasta las cenizas.

Más tarde, el rey Sagara envió a su nieto Anshuman para recuperar el caballo. Kapilá le devolvió el caballo y le dijo a Anshuman que los hijos del rey Sagara se podrían liberar si la diosa Ganga (el río Ganges) descendiera a la Tierra y los bañara con sus aguas.[2]

Finalmente, el tataranieto del rey Sagara, BhaguiRatha, satisfizo a la diosa Ganga, y le pidió que bajara a la Tierra. La madre Ganga le dijo a BhaguiRatha que la fuerza del río al caer del cielo sería demasiado grande y la Tierra no lo podría sostener y se hundiría. Entonces BhagiRatha adoró al dios Shivá, y le pidió que amortiguara la caída del río con su enmarañado cabello. Ganga descendió y con sus aguas tocó las cenizas de los 60 000 hijos del rey Sagara, que resucitaron y obtuvieron una posición entre los dioses.

BhaguiRatha, manejando su cuadriga, atravesó la India a gran velocidad para indicarle al río el camino hasta el mar. Fue el primer ario en ver la bahía de Bengala, y él le puso el nombre de Sagara (‘océano’) en honor a su tatarabuelo.

En el Majábharata y en el Ramaiana (ambos del siglo III a. C.) se describe que el rey Sagara conquistó a los escitas, a los iávanas (‘jonios’)[5]​ y a otras tribus bárbaras.

  1. De acuerdo con la cosmología hinduista:
    1. satiá-iugá (era de la verdad) o kṛitá-iugá (era de lo cumplido): 1.728.000 años.
    2. duapara-iugá: 1.296.000 años.
    3. treta-iugá: 864.000 años.
    4. kali-iugá (era de [el demonio] Kali), de 432.000 años. Según la cronología mítica del Majábharata, comenzó en el año 3102 a. C., hace 5126 años.
  2. a b c d e Véase la entrada sa-gara, que se encuentra al final de la primera columna de la pág. 1125 en el Sanskrit-English Dictionary del sanscritólogo británico Monier Monier-Williams (1819-1899).
  3. En la familia de la tribu Iksuakú, nació un gobernante de la Tierra llamado Sagara, dotado de belleza y fuerza.
  4. Los dioses se dirigieron a Kapilá, quien era una parte de Visnú, libre de culpa, y dotado de toda la sabiduría verdadera. Se acercaron a él con respeto, y dijeron: «Oh Señor, ¿qué será del mundo, si a estos hijos de Sagara se les permite continuar en el mal camino que ellos han aprendido de Asamansha! Tú, entonces, asume una forma visible, para la protección del universo afligido”. “Quédense tranquilos ―respondió el sabio―, en un breve tiempo los hijos de Sagara serán todos destruidos».
  5. Los indogriegos de Alejandro Magno (356–323 a. C.) ―a los que los indios llamaban iávanas («jonios»)― habían conquistado el norte de la India en el siglo IV a. C., varias décadas antes de la composición del Majabhárata; pero seguramente dos millones de años antes los jonios aún no existían.