Sala de mil y quinientas

Se llamaba sala de mil y quinientas a la sala del Consejo en la que se veían los pleitos muy graves.

Después de haber pasado la Vista y Revista de la Chancillería, en el juicio de propiedad se apelaba a S.M. el rey y para que fuera admitida el apelante debía depositar 1.500 doblas de a 485 maravedís cada una. Si conseguía ganar el pleito la cantidad depositada le era devuelta y si lo perdía, perdía el importe, del cual recibía una parte el rey, otra los jueces que habían dictado sentencia y otra, la otra parte litigante.

La sala de mil y quinientas fue establecida en 1390 por Enrique III de Castilla. El monarca estableció que los pleitos de tenuta se vieran y determinasen en dicha sala con la asistencia de los once ministros que componían las tres salas de justicia y que culminasen con una sola sentencia.

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