Tratado de Kėdainiai

El Tratado de Kėdainiai o Kiejdany se firmó el 17 de agosto de 1655 y fue un acuerdo sueco-lituano alcanzado durante la segunda guerra del norte.[1]​ Después de que las fuerzas polacas fuesen vencidas en la batalla de Ujście y a consecuencia de ello las provincias de Poznań y Kalisz se rindiesen a los suecos, el hetman lituano Janusz Radziwiłł decidió poner fin a la guerra.[1]​ En Kėdainiai, aceptó la soberanía sueca.[1]​ El tratado sueco-lituano además confirmó que no se disolvía la República de las Dos Naciones y que los ejércitos lituanos no lucharían contra los polacos, si bien el texto incluyó quejas de los lituanos por el escaso respaldo polaco.[1]​ El 20 de octubre, al tratado lo sustituyó la Unión de Kėdainiai, que dispuso la integración del Gran Ducado de Lituania en el Imperio sueco.[1]

Tratado de Kėdainiai (Kiejdany)

Janusz Radziwiłł, hetman lituano.
Tipo de tratado Situación legal del Gran Ducado de Lituania
Firmado 17 de agosto de 1655
Kėdainiai
Firmantes Carlos X Gustavo de Suecia
Janusz Radziwiłł
Partes Imperio sueco
Gran Ducado de Lituania

Disposiciones editar

El tratado se justificaba por la agresión moscovita y la falta de ayuda militar polaca a Lituania.[2]​ Los firmantes concedían al rey de Suecia el título de gran duque de Lituania.[3]​ Se comprometían a someter su ejército al monarca sueco, pero con la condición de que no tuviese que luchar contra Polonia.[4]​ Aceptaban asimismo sufragar los gastos de las tropas suecas desplegadas en Lituania, si bien una vez que se hubiesen costeado los gastos del propio ejército.[5]​ Carlos Gustavo se comprometía a expulsar a los rusos y sus aliados cosacos del territorio lituano si estos no se retiraban voluntariamente.[6]​ Se cedía el castillo de Biržai al gobernador general sueco hasta el final de la guerra.[5]​ Las tierras de realengo pasaban a poder de Carlos X Gustavo de Suecia.[5]​ Este se comprometía a respetar los derechos y privilegios de los católicos y de los ortodoxos y a mantener el cargo de senadores a los obispos católicos.[7]​ El Gran Ducado quedaba sometido al rey sueco, pero no incorporado sin más a la Corona sueca, sino unido a ella de manera similar a como lo había estado con Polonia.[8]​ Los lituanos que no rubricaban el pacto tenían un período para cambiar de parecer y suscribirlo; los que finalmente no lo hiciesen, podían abandonar el Gran Ducado tras la conclusión de la paz entre Suecia y Polonia.[8]​ Por último, el Gran Ducado debía ser admitido en cualquier negociación de paz que Suecia entablase con Polonia.[6]

Signatarios editar

Unos quinientos cincuenta nobles rubricaron el documento por parte lituana.[9]​ Los principales de ellos fueron el gran atamán Janusz Radziwiłł, el atamán de campo Wincenty Gosiewski, el senador Eustachy Kierdej Radziwonowicz, castellano de Samogitia y el obispo sufragáneo de Vilna y canciller de la Hacienda lituana, Jerzy Białłozor, representante de la Iglesia católica.[9]​ Los más destacados firmantes eran protestantes y clientes de los Radziwiłł, si bien también lo hicieron nobles ortodoxos con estrecha relación con estos.[10]

Referencias editar

  1. a b c d e Frost, 2000, p. 168.
  2. Kotljarchuk, 2006, pp. 101, 104.
  3. Kotljarchuk, 2006, p. 101.
  4. Kotljarchuk, 2006, p. 102, 104.
  5. a b c Kotljarchuk, 2006, p. 102.
  6. a b Kotljarchuk, 2006, p. 104.
  7. Kotljarchuk, 2006, pp. 102-103.
  8. a b Kotljarchuk, 2006, p. 103.
  9. a b Kotljarchuk, 2006, p. 105.
  10. Kotljarchuk, 2006, p. 107.

Bibliografía editar

Enlaces externos editar