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Catalina de Mendoza (Granada, 5 - 2 - 1542 – Alcalá de Henares 15 -2 -1602) fue una noble española, mujer culta que se desempeñó en el campo de las letras y de las artes. Profesó en los Jesuitas, pese a ser una orden masculina.[1]

Biografía

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Nació en Granada, hija natural de Íñigo López de Mendoza, III marqués de Mondeja y Luisa de Mosquera.[2]​ A los tres años, pasó bajo la tutela de sus abuelos paternos, Luis Hurtado de Mendoza, presidente del Consejo Real, y Catalina de Mendoza, apodada «la marquesa santa». Recibió bajo ellos una educación exquisita, propia no solo de su rango, sino también de una familia de intelectuales, como eran los Mendoza. En su educación se incluyeron materias como latín, aritmética, música y pintura; llegó a dominar seis idiomas y disciplinas como las matemáticas, la cosmografía, la filosofía y la teología.

Desde muy niña se aficionó a la lectura de libros piadosos, especialmente los de fray Luis de Granda. Desde


https://www.academiadebuenasletrasdegranada.org/mendozacatalinade.pdf

MENDOZA, Catalina de. Granada, 5/II/1542 - ?, 15/II/1602. Poeta

Hija de Íñigo López de Mendoza, marqués de Mondéjar, Catalina de Mendoza

se crió desde la edad de tres años en la casa de sus abuelos paternos, Luis Hurtado de

Mendoza y Catalina de Mendoza y Pacheco. Aficionada a la lectura, siendo muy niña ya

demostró su interés por los libros piadosos, en especial, por las obras de fray Luis de

Granada. Recibió una educación esmerada, llegando a dominar seis idiomas, y

disciplinas como las matemáticas, la cosmografía, la filosofía y la teología.

Muy joven aún, fue nombrada camarera de honor de Juana de Austria, hermana

del rey Felipe II. Su enorme belleza atrajo a numerosos pretendientes. Casada

finalmente por poderes con el conde de la Gomera, Catalina de Mendoza se vio

obligada a solicitar de Roma la anulación de su matrimonio, debido a la manifiesta

infidelidad de su marido. Alegando la no consumación de la unión matrimonial,

consiguió la sentencia de anulación. A continuación, formuló Catalina voluntariamente

voto de castidad, con motivo de lo cual compuso la única obra suya que se ha

conservado, Coloquio que tuvo con nuestro Señor el día que hizo los votos, que

permaneció inédita hasta treinta años después de su muerte. Además, se sabe que

escribió poesía, así como que compuso varios motetes y cantatas religiosas, dadas sus

excelentes dotes para la música.

En fecha indeterminada, Catalina de Mendoza fundó en Alcalá de Henares el

Colegio de la Compañía de Jesús, al que cedió en vida todos sus bienes. De igual modo,

se sabe que, cuando el rey Felipe II nombró al marqués de Mondéjar Capitán General

del reino de Nápoles, Catalina se hizo cargo del gobierno de las posesiones de su padre

en España.

Habiendo fallecido a comienzos de 1602, en 1635 el sacerdote jesuita Jerónimo

de Perea decide publicar una biografía de Catalina de Mendoza, incluyendo el

mencionado Coloquio que había quedado inédito. El título de la obra es Vida, y elogio

de Doña Catalina de Mendoza, Fundadora del Colegio de la Compañía de Iesús de

Alcalá de Henares. Escrita por el Padre Gerónimo de Perea de la misma Compañía de

Iesvs. Dedícala a la Excelent.ma Señora Doña Isabel de Sandoual, Duquesa de Ossuna,

Condesa de Ureña (Madrid, Imprenta Real, 1635).

BIBL. ~: SERRANO Y SANZ, Manuel, Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas. Del año

1401 a 1833, Madrid, Est. Tip. Suc. de Rivadeneyra, 1905, vol. II; SAINZ DE ROBLES, Federico

Carlos, Ensayo de un diccionario de mujeres célebres, Madrid, Aguilar, 1959; EQUIPO EDITORIAL,

Escritoras andaluzas, Sevilla, Editorial J.R. Castillejo, 1990; RODRÍGUEZ TITOS, Juan, Mujeres de

Granada, Granada, Diputación de Granada, 1998; CORREA RAMÓN, Amelina, Plumas femeninas en la

literatura de Granada (siglos VIII-XX), Granada, Universidad/ Diputación, 2002, págs. 322-

Biografía

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Fue hija natural de Iñigo López de Mendoza, III marqués de Mondéjar y IV conde de Tendilla, capitán general del reino de Granada y alcaide perpetuo de la Alhambra. Especial influjo sobre ella ejerció su tía, María de Mendoza, la Blanca, fundadora del colegio jesuítico de Alcalá, con la que convivió dieciocho años; para apartarla de su desmedida afición a los libros de caballerías, la tomaba como lectora de las obras de fray Luis de Granada, especial amigo de la familia por haber sido compañero de estudios de los hijos del II conde de Tendilla. A los quince años concertaron su matrimonio con el conde de la Gomera, Diego de Ayala y Rojas, que vivía con escándalo público en Sevilla y nunca se reunió con su esposa. Cuando ésta se enteró de los verdaderos motivos de la ausencia, dio por roto su compromiso, hizo voto condicionado de castidad y encargó al doctor Navarro, Martín de Azpilcueta, que tramitase en Roma la anulación del vínculo, lo que se conseguiría veinte años más tarde. Desde ese momento comenzó una nueva vida; y la arrogante joven, que, según su tío-abuelo el escritor Diego Hurtado de Mendoza, “parecía comía asadores”, se dio por entero a la oración y penitencia, no sin pasar por una profunda crisis espiritual, en forzada contradicción con toda su vida pasada; en 1575 adoptó el hábito de “beata” y sólo se reservó una habitación en la casa que había hecho construir en la calle mayor de Alcalá. Cuando su padre, en 1575, fue enviado como virrey a Nápoles (después de haberlo sido de Valencia), para compensarle de su fracaso político y militar en la insurrección de las Alpujarras, la dejó como gobernadora de su casa y estados; y en el testamento que otorgó en Nápoles, en 1579, nombró por albaceas y testamentarios “a la marquesa mi mujer, a D. Francisco de Mendoza, mi hijo, a Dña. Catalina de Mendoza, mi hija natural, y al Padre Don Luis de Guzmán [...]”. Durante cinco años (hasta la muerte del marqués en 1580) desempeñó con exquisita diligencia y ecuanimidad el encargo confiado, y mejoró notablemente la situación de la casa. Desde años anteriores venía pidiendo al padre general de la Compañía de Jesús que aceptase la renuncia de todos sus bienes y le permitiese hacer los votos de pobreza y obediencia. Una respuesta de éste de 1573 lo deja adivinar, cuando alude a sus “tan fervientes peticiones, que apenas hay quien resista a quien tan bien sabe alegar de su derecho, si el nuestro lo permitiera. Con el P. Luis de Guzmán [que había asistido a la Congregación General de ese año] he dado y tomado sobre ello. Él lleva la resolución, y v. m. se fíe del Señor a quien se ha entregado [...]”. Sería necesario estudiar las deliberaciones de los consejeros del general sobre este asunto, que se prolongaron durante el generalato del padre Acquaviva (iniciado en 1580), hasta que obtuvo por fin lo que pedía; y el 24 de junio de 1600, después de renunciar a todos sus bienes muebles y raíces a favor del Colegio de Alcalá, emitió los votos religiosos solemnes, que recibió el padre provincial de Toledo, Hernando Lucero, con la fórmula y rito acostumbrados. Fue, por consiguiente, la única mujer profesa de la Compañía de Jesús, dado que la princesa Juana de Austria había sido autorizada en 1554 a emitir sólo los votos privados de los religiosos no aprobados definitivamente. En meses anteriores se había puesto la primera piedra del edificio e iglesia de Alcalá, que la nueva profesa deseaba levantar; aunque por humildad no quiso imponer su criterio en las deliberaciones sobre las dimensiones de los edificios. En la renuncia había puesto como condición que en la futura iglesia serían sepultadas su tía y ella, como fundadoras, en los muros laterales de la capilla mayor. A sus funerales y entierro asistieron todas las órdenes religiosas, cofradías y autoridades de Alcalá. La primera piedra de la nueva iglesia se puso el 25 de marzo del mismo año. No se la debe confundir con su abuela homónima, Catalina de Mendoza, que constituyó universal heredera a la provincia de Toledo de la Compañía de Jesús, para la construcción y dotación de un Colegio en Mondéjar con treinta residentes, amplia capacidad para acoger las congregaciones provinciales y organizar misiones por la región. Un hermanastro de Catalina, Íñigo López de Mendoza, caballero de Santiago, catedrático de Cánones en Alcalá, embajador en Francia y Venecia, donde enviudó, ingresó en 1600-1601 en el noviciado de la Compañía de Jesús de Madrid, ciudad en la que falleció tres meses más tarde dando un claro ejemplo de virtud.

Obras de ~: “Coloquio que tuvo con Nuestro Señor el día que hizo votos”, en P. Gerónimo de Perea, Vida y elogio de doña Catalina de Mendoza, Fundadora del Colegio de la Compañía de Jesús de Alcalá de Henares, Madrid, Imprenta Real, 1635.

Fuentes y bibl.: F. Rodríguez, “Historia de la vida y muerte de Doña Catalina de Mendoza [...]”, Paris, Biblioteca Nacional, Fonds espagnol, 362; Archivo de Loyola, P. de Ribadeneira, “Historia de las Provincias de España [...] de las CJ”, libro IX, fols. 254-261; A. de Ezquerra, “Historia del Colegio de la CJ de Alcalá de Henares”, I/2, fols. 13-48; G. Ibáñez de Segovia, “Historia de la Casa de Mondéjar”, libro V, c. 42. P. Gerónimo de Perea, Vida y Elogio de Doña Catalina de Mendoza, Fundadora del Colegio de la Compañía de Jesús de Alcalá de Henares, Madrid, Imprenta Real, 1635; A. Morel-Fatio, “Une mondaine contemplative au xvi siècle. Doña Catalina de Mendoza”, en Bulletin Hispanique, 9 (1907), págs. 131-153 y 238-262 (reprod. en A. Morel Fatio, Études sur l’Espagne, vol. IV, Paris, H. Champion, 1925, págs. 295- 372); J. Hidalgo Ogáyar, Los Mendoza y Alcalá de Henares. Su patronazgo durante los siglos xvi y xvii, Alcalá de Henares, Universidad, Servicio de Publicaciones, 2002, págs. 46-53.

José Martínez de la Escalera, SI


Pintora y beata. Mujer de gran cultura, ocupó un lugar destacado en la corte de Felipe II. Como pintora se especializó en la pintura de flores y bodegones. Perteneció a la famosa familia de los Mendoza, una familia de la nobleza alavesa que más tarde se estableció en Guadalajara y, finalmente, se extendió por toda la península, llegando incluso a poseer un virreinato en Nueva España. Hija natural de Iñigo López de Mendoza, cuarto Marqués de Mondéjar, y de Luisa de Mosquera. Su padre tuvo otra hija legítima del mismo nombre, que se casó con el tercer conde de Puebla del Maestre. Catalina nació en Granada y, gracias a sus abuelos paternos Luis Hurtado de Mendoza y Catalina de Mendoza, recibió una esmerada y culta educación. Fue una mujer de amplia cultura, instruida en las ciencias, la religión, los idiomas, la música, el dibujo y la pintura. Recibió además una sólida formación espiritual. Fue dama de honor de Juana de Austria, hermana de Felipe II y regente en su ausencia tras enviudar como reina de Portugal. Catalina brilló en la corte por su belleza, ingenio y saberes. Se casó por poderes con el Conde de Gomera, pero a causa de una infidelidad y la vida licenciosa de éste, no llegó a convivir con él y pidió la disolución del matrimonio y la dispensa para entrar en religión. Quedó como administradora de los bienes de su padre cuando fue nombrado Virrey de Valencia en 1571 y luego en 1575 de Nápoles, hasta su vuelta en 1580, labor que realizó gran habilidad. Tras el regreso de su padre, la pintora le solicitó y recibió su autorización para disponer libremente de su herencia. Siguió la tradición familiar de realizar obras de beneficencia (fundación de hospitales y orfanatos) y de promoción de la religiosidad (dotación de bienes para la fundación de conventos y celebración del culto). Catalina hizo donación de su herencia a la Compañía de Jesús para la fundación del Colegio de Jesuitas de Alcalá de Henares. Como pintora, se especializó en la pintura de flores y bodegones, un género considerado menor, muy practicado por las mujeres. También realizó algunos retratos, como el del Conde de Gomera y el del pintor holandés Schalcken. Estilísticamente, su pintura se caracteriza por una gran minuciosidad y delicadeza. Catalina de Mendoza firmó su obra con el apellido familiar, tal vez porque las mujeres eran educadas en la cultura de lo privado y en la discreción. Actualmente, sus pinturas se encuentran diseminadas en diversos museos europeos. https://www.artehistoria.com/es/personaje/mendoza-catalina-de

  1. «Catalina de Mendoza | Real Academia de la Historia». dbe.rah.es. Consultado el 7 de noviembre de 2022. 
  2. «MENDOZA CATALINA DE | artehistoria.com». www.artehistoria.com. Consultado el 7 de noviembre de 2022. 

https://www.hidalgosdeespana.es/wp-content/uploads/2018/05/Hidalgos-553-enero-febrero-marzo-2018.pdf