Usuario:AntonioLainezn/Taller

La cultura de la innovación consiste en estimular las habilidades innatas en el ser humano: creatividad, experimentación, curiosidad, imaginación, para promover, impulsar y facilitar la innovación empresarial en todos los niveles de la organización, estimulando a otros para dedicar tiempo a actividades que no estén directamente relacionadas con sus tareas diarias, pero que tengan un impacto en el futuro de dicha empresa.

Se trata de hacer preguntas desafiantes que cuestionen el status quo y, lo que es evidente, poniendo en acción la innata curiosidad. Esto implica crear espacios donde los empleados se sientan cómodos imaginando respuestas creativas; y puedan experimentar y aprender, en lugar de depender de un líder visionario que tenga toda la información sobre cómo debería ser el futuro y cómo lograrlo.

Historia sobre la cultura de la innovación

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El concepto de "cultura de la innovación" se remonta a la década de 1980, cuando el investigador estadounidense Tom Peters acuñó el término "empresa innovadora". Peters definió una empresa innovadora como aquella que "constantemente busca nuevas formas de hacer las cosas" y "no tiene miedo de correr riesgos".

En la década de 1990, el concepto de "cultura de la innovación" se popularizó aún más gracias al trabajo de otros investigadores, como Clayton Christensen, que estudiaron cómo las empresas podían innovar y mantenerse competitivas en un entorno cambiante.

En este sentido, el concepto se ha desarrollado y ha ido evolucionando a lo largo de la historia en respuesta a la necesidad de las organizaciones y la propia sociedad de adaptación y progreso. Sin embargo, su evolución ha sido gracias a que, a finales del siglo XX, grandes empresas y organizaciones comenzaron a darse cuenta de que, para mantenerse competitivas en un entorno global dinámico y altamente competitivo, debían fomentar la innovación en su cultura interna.

Hoy en día, la cultura de la innovación es un concepto ampliamente aceptado por el mundo académico y, en general, deseado y mencionado por muchas entidades y organizaciones, pero buscado y trabajado de manera auténtica en una minoría de ellas. Y las razones, son que implica crear un entorno donde se fomente la creatividad, se permita el fracaso constructivo del que se aprende constantemente, se valore la experimentación y se premie la generación de nuevas ideas. Las empresas y sociedades que abrazan esta cultura son más ágiles y están mejor posicionadas para enfrentar los desafíos cambiantes y prosperar en un mundo en constante evolución.

Bloques de una cultura innovadora

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Las culturas innovadoras se basan en 6 pilares fundamentales, vinculados de manera dinámica, que la sustentan:[1]

  • Recursos: Los recursos comprenden tres factores principales: personas, sistemas y proyectos.
  • Procesos: Los procesos son la ruta que siguen las innovaciones a medida que se desarrollan.
  • Valores: impulsan las prioridades y las decisiones, que se reflejan en cómo una empresa gasta su tiempo y dinero.
  • Comportamiento: Los comportamientos describen cómo actúan las personas en favor de la innovación.
  • Clima: El clima es el tenor de la vida laboral.
  • Éxito: El éxito de una innovación se puede captar en tres niveles: externo, empresarial y personal.

Cultura e innovación

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Innovación y cultura de la innovación no son conceptos intercambiables.

La innovación se refiere a un logro concreto, un resultado que impulsa el cambio social o económico en una organización, gracias a la introducción de nuevos productos o servicios en el mercado.

Aunque una organización pueda comercializar productos innovadores, esta no tendrá la cultura de la innovación si subcontrata la innovación a otras empresas. De esta manera, siempre necesitará recurrir a terceros cada vez que desee innovar.

Por otro lado, la cultura de la innovación es un proceso que implica autosuficiencia.

En una empresa con cultura de la innovación, los empleados fomentan la curiosidad, creatividad e imaginación con el fin de detectar problemas o necesidades no resueltos (o no correctamente resueltos), crear prototipos de nuevos productos o servicios sin depender de terceros. A pesar de que la organización subcontrate la producción de algunos elementos de la cadena de valor, el proceso creativo se lleva a cabo internamente, gracias a la cultura innovadora de la empresa.

En este sentido, es muy importante que los miembros de una organización estén alineados en los conceptos fundamentales que manejarán en su “Lingua Franca”. Es decir, definir qué es, para ellos, por ejemplo, innovación, ideas, creatividad, estrategia, etc. y que esas definiciones sean comunes a todos los departamentos, al equipo humano y que, por tanto, defina su cultura. Esa descripción puede que no sea perfecta e, incluso, puede ser que con el tiempo necesite evolucionar, pero es esencial que una a los miembros de la empresa y que haga que todos hablen la misma lengua.

Cultura de la innovación como diferencia competitiva en las organizaciones

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Implementar una cultura de la innovación exitosa en una organización puede generar multitud de beneficios para la empresa, pero destacamos las siguientes:

  • Mejora de compromiso por parte de los empleados, pues conocen y comparten el propósito.
  • Motivación del equipo, ya que, las culturas innovadoras, permiten el crecimiento curioso, imaginativo y creativo que, combinado con la productividad, atraen talento.
  • Atracción de talento, pues la gente talentosa desea colaborar con otras personas talentosas. Y las tendencias, las crean personas talentosas combinando sus habilidades.
  • Excelencia empresarial, pues, si una empresa no crea una cultura de la innovación, es difícil que haya emociones que la lleven a la excelencia.
  • Mayor productividad, pero no desde la perspectiva producción/hora, que es mercantilista y cortoplacista, sino desde el impacto que tienen con los productos o servicios, experiencias de clientes, transformaciones, etc., que generan y que son los pilares de la viabilidad de las organizaciones.

Ejemplos de culturas empresariales innovadoras

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Compañías como 3M, Siemens, PepsiCo y Procter & Gamble son un claro ejemplo de empresas con una cultura de la innovación arraigada.[2]

Las cuatro llevan en el top 30 de las empresas más innovadoras y rentables del mundo durante más de 100 años y, pese a ello, los nombres de sus directivos no son tan conocidos como los de Google, Apple o Tesla que cuentan con líderes innovadores, pero, quizás, no con una verdadera cultura de innovación.

  1. «How innovative is your cmpanys culture?». Mit Sloan Management Review. 
  2. «¿Qué tan innovadora es la cultura de su empresa?». MIT Sloan Management Review.