Usuario:Avilaespada/Taller

María Eugenia Romano (1917-1987)

Primera mujer catedrática de Psicología en España, puesto que ocupó en la Universidad de Salamanca y posteriormente en la Universidad Complutense. Hizo contribuciones destacadas a la Psicología Clínica y al Psicodiagnóstico.

María Eugenia Romano nace en Valladolid el 2 de febrero de 1917. Cuando tiene ocho años, la familia se traslada a Gerona; allí, en el Instituto de Enseñanza Media realiza el Bachiller Elemental. De esta etapa quedó siempre en su vida un profundo afecto a Cataluña y particularmente a Gerona. Un nuevo traslado familiar les lleva a Soria, en cuyo Instituto termina el Bachillerato, siempre con las mejores calificaciones. Con quince años ingresa en la Universidad de Valladolid. Por imposición familiar debe estudiar Historia. Continúa sus estudios en la Universidad de Zaragoza; obtiene la licenciatura en junio de 1935, con un magnífico expediente. Y ha obtenido también en la Universidad de Zaragoza, el Título de Archivero, Bibliotecario y Arqueólogo. El curso 1935-1936 se matricula por fin en la Universidad de Madrid. Trabas administrativas la llevan a cursar un año de Preparatorio antes de la Especialidad de Filosofía. A causa de la guerra civil no puede reincorporarse hasta 1940, y finalmente en 1942 obtiene la licenciatura en Filosofía y Letras, sección de Filosofía, en la Universidad Complutense. Entre sus maestros ocupará siempre un lugar de preferencia García Morente. Los años siguientes estarán marcados por las oposiciones y los sucesivos destinos. En 1942, y con el número 2 de su oposición obtiene la plaza de profesor adjunto de Filosofía del Instituto de Cabra, donde permanecerá dos años; y, tras una breve estancia en el Instituto de Gijón, consigue en 1945 la Cátedra de Instituto. Su primer destino es Jaén. Dos años después se traslada a Osuna, donde permanece hasta su excedencia en noviembre de 1952. Para cumplir su idea de especializarse en Psicología, pasó a estudiar Medicina para especializarse en Psicología Clínica. A finales de 1952 se traslada ya de forma definitiva a Madrid. En la Universidad Complutense obtiene el título de Licenciado en Medicina y Cirugía en 1954. Pero ya antes de estas fechas se ha ido incorporando al campo de la Psicología Clínica. En 1953 se hace miembro de la Sociedad Española de Psicología, que tan sólo tiene un año de vida. Conoce entonces al doctor Germain y a su círculo de colaboradores, que entre el Consejo y Santa Bárbara intentaban sacar adelante una Psicología aún en pañales: Mariano Yela, José Luis Pinillos, Miguel Siguuán, Francisco Secadas, Jesusa Pertejo. Consigue una beca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y trabaja en el campo de la Medicina Psicosomática: "Aspectos psicosomáticos de la alopecia" y "Características de la Anorexia Mental". Marañón la requiere personalmente para que trabaje en su grupo, en el Servicio de Patología Médica del Hospital Provincial. Allí conoce a Rof Carballo, con el que seguirá colaborando hasta el final de su vida. López-Ibor le propone que se ocupe de la docencia de Psicología Médica en la Facultad de Medicina; accede así a la docencia universitaria en el curso 1954-55. Pasarán por ella veintiuna promociones de futuros médicos. Por la misma época toma la dirección del Departamento de Psicología Médica del Hospital Provincial, que se transformará posteriormente en el Hospital Clínico de San Carlos, en el que permanecerá hasta 1973.

También en esta década se crea la Escuela de Psicología, con sede en la antigua Universidad de la calle San Bernardo. Fue, durante muchos años, hasta que se creó la Sección de Psicología, en la Facultad de Filosofía y Letras, la única titulación específica en Psicología; a ella podía acceder licenciados de cualquier Facultad. María Eugenia Romano impartirá Psicodiagnóstico Clínico desde la fundación de la Escuela hasta su jubilación en 1985. Del mismo modo, también estará presente en la Facultad de Filosofía y Letras cuando se inicia la Sección de Psicología; su materia será Psicodiagnóstico ya desde la primera promoción que termina en el curso 1970-71. En la Escuela de Psicología mantenía la tradición de que los alumnos eligieran, a principio de curso, los temas del Programa que les interesaba desarrollar con mayor profundidad. La elección era siempre Técnicas Proyectivas; algunos años se elegía TAT o Machover, pero casi siempre se prefería el Rorschach. Esto hizo que para muchos psicólogos el nombre de la doctora Romano esté para siempre asociado con el Rorschach. Una de sus ideas fundamentales giraba en torno a la posibilidad de utilizar las Técnicas Proyectivas fuera de una interpretación de tipo psicodinámico, así como la necesidad de revisar el concepto de proyección, insistiendo en la variedad de tipos y niveles. Algunas consideraciones en torno a estos temas pueden encontrarse en uno de los capítulos del libro "El dibujo de la figura humana como Técnica Proyectiva" (1975).

Permaneció como profesora no numeraria veintiún años, hasta 1975 en que obtiene la Adjuntía en Psicología Médica y, en el mismo año, la plaza de Profesor Agregado de Psicodiagnóstico de la Universidad Autónoma. En 1978 accede a la Cátedra y se convierte en la primera mujer Catedrático de Psicología, en la Universidad de Salamanca, donde permanecerá hasta 1982. En el curso 1982-83 ya es Catedrático de la Universidad Complutense. Sólo permanecerá en ella dos cursos más: el 1 de octubre de 1985 le llega la jubilación. Dos meses después es intervenida quirúrgicamente, el diagnóstico es fatal, sobrevive veinte meses.

Referencias:

  • Calonge, I. (1988). María Eugenia Romano, apuntes biográficos. Papeles del Psicólogo (35). https://www.papelesdelpsicologo.es/resumen?pii=365
  • Peñaranda, M. y Quiñones-Vidal, E. (2008). La figura de María Eugenia Romano Pérez en el desarrollo de la Psicología española. Revista de Historia de la Psicología, 29, 3/4, 163-169. https://journals.copmadrid.org/historia/archivos/fichero_salida20220923111252895000.pdf
  • Romano, M. E. (1975). El dibujo de la figura humana como técnica proyectiva. Madrid: Gredos.
  • Romano, M. E. (1987). Recuerdo del doctor Germain. Papeles del Psicólogo, 28-29.