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Neuromito del cerebro con género

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El neuromito del cerebro con género es la creencia de que existen diferencias claras entre un cerebro masculino y uno femenino, aunque no hay pruebas científicas que respalden estas afirmaciones. [1]​ Esta idea ha sido utilizada históricamente para perpetuar estereotipos de género y limitar la participación de las mujeres en diversos ámbitos[2]Las aparentes y supuestas diferencias (tamaño, cuerpo calloso) han sido históricamente utilizadas para definir supuestas desigualdades: como existirían diferencias profundas y fundamentales entre los cerebros de hombres y mujeres, entonces los portadores de esos cerebros tendrían acceso a diferentes habilidades, de las cuales las superiores quedarían adjudicadas al sexo masculino. Los varones serían mejores para matemáticas y raciocinio, y las mujeres más irracionales y empáticas BORRAR. El concepto de neurosexismo se refiere a la interpretación sesgada de hallazgos neurocientíficos para justificar estos estereotipos. En la actualidad, muchos científicos consideran que la noción de cerebros claramente diferenciados por género es un neuromito [3][4][5]

Origen

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Se usa el término neuromitos se emplea para describir creencias erróneas o interpretaciones incorrectas en relación a los descubrimientos neurocientíficos. [6]

Algunos autores consideran que las diferencias en los cerebros de hombres y mujeres son "evidentes". Sin embargo, diversos estudios han demostrado que estas diferencias son mínimas y no justifican la idea de cerebros claramente diferenciados por género. Por ejemplo, la neurocientífica Lise Eliot de la Chicago Medical School sostiene que hombres y mujeres tienen las mismas estructuras cerebrales y que las diferencias que surgen durante el desarrollo son más significativas. Asimismo, se ha debatido sobre si las diferencias observadas son resultado de factores biológicos o de influencias sociales y educativas. [7][8][9]

Hasta la década de los años 2000 se creía que las diferencias relacionadas con el sexo en la función y la arquitectura cerebral estaban asociadas exclusivamente con comportamientos sexuales mediados por las hormonas sexuales y que el hipotálamo participaba en un gran número de funciones fisiológicas del desarrollo, como la diferenciación sexual del género y la orientación sexual. Además, se ha observado que dentro del hipotálamo existen diferencias claras entre los sexos, como el núcleo sexual dimórfico, lo que ha sido objeto de estudio en relación a la influencia de la actividad sexual en la plasticidad cerebral. [10][11]

Algunos autores consideran que las diferencias en los cerebros de varones y mujeres son «evidentes». Las diferencias epidemiológicas y clínicas serían evidentes debido a que enfermedades y trastornos como la esclerosis múltiple, la ansiedad, la depresión, los síndromes de dolor, la enfermedad de Alzheimer y «las deficiencias cognitivas» se encontrarían con mayor frecuencia en las mujeres.[12]

Algunos estudios sugieren que las mujeres tienen un cerebro más simétrico que los hombres, lo que podría ser beneficioso en caso de lesión cerebral. Se cree que esta simetría les otorga una mayor capacidad de recuperación, especialmente en casos de afasia, debido a estrategias bihemisféricas para el lenguaje. Además, se destaca que el cuerpo calloso más desarrollado en las mujeres facilita la interconectividad entre los hemisferios cerebrales, favoreciendo la recuperación de lesiones.[13]

Otros afirman el sexo influencia en el sistema nervioso central generando un cerebro masculino y otro femenino. Las diferencias en los cerebros de los dos sexos variarían en varios aspectos de la función y estructura asociados con la cognición, las emociones y las habilidades sociales[4]​.

Hay estudios que afirman que las mujeres habitualmente tienen un cerebro más simétrico que los hombres tanto anatómica como funcionalmente. Esta circunstancia sería un factor de pronóstico más favorable en caso de lesión, ya que ambos hemisferios tienen una mayor capacidad para asumir funciones. La mayor asimetría del cerebro masculino no sería un factor que favorecería la recuperación del daño cerebral, puesto que sus funciones tsupuestamente tenderían a estar más localizadas sobre la corteza cerebral. Este fenómeno sería especialmente visible en la afasia, con mejor pronóstico en las mujeres, ya que éstas frecuentemente disponen de estrategias bihemisféricas para el lenguaje de las que supuestamente carecerían los varones. La presencia de un cuerpo calloso más desarrollado en las mujeres facilitaría la recuperación de la lesión cerebral, gracias a la mayor interconectividad existente entre ambos hemisferios cerebrales. BORRAR

Diversos autores plantean que el sexo influye en la formación de un cerebro masculino y femenino en el sistema nervioso central. Las diferencias cerebrales entre ambos sexos abarcan aspectos de la función y estructura relacionados con la cognición, las emociones y las habilidades sociales. Algunos estudios sugieren que estas diferencias podrían ser adaptaciones que mantienen capacidades intelectuales similares, a pesar de variaciones en el volumen cerebral, favoreciendo competencias específicas para cada sexo. Estas adaptaciones se manifiestan de diversas formas, generando resultados complejos y a veces difíciles de interpretar. Se argumenta que algunas diferencias cerebrales podrían prevenir, en lugar de producir, disparidades en comportamientos y habilidades, posiblemente como mecanismos compensatorios para mantener capacidades intelectuales equitativas entre géneros, a pesar de diferencias en el volumen cerebral promedio https://elpais.com/elpais/2019/05/09/ciencia/1557403126_491115.html

Según el psicólogo Baron Cohen, la evidencia científica prueba que los cerebros de tipo femenino son mejores en empatía y comunicación, mientras que los cerebros masculinos son más fuertes en la comprensión y construcción de sistemas, no sólo computadoras y maquinaria, sino sistemas abstractos como la política y la música.​ El tema es que la mitad de las mujeres testeadas por él puntúan mejor para esa inclinación. El Test de Coeficiente Sistematizador de Empatía de Baron Cohen,​ equipara empatía e intuición a cerebro femenino,​ a pesar de que la mitad de las entrevistadas no puntúan bien esa destreza. BORRAR.

Nancy Eisenberg y Randy Lennon, al hacer un meta análisis de las investigaciones sobre el tema, encontraron que las diferencias de empatía entre los sexos eran una función de los métodos utilizados para evaluar la empatía. No encontraron diferencias en los géneross cuando la medida de la empatía eran observaciones fisiológicas al estado emocional de otra persona y encontraron pocas diferencias entre los géneros en cuanto a la capacidad de los niños para asumir roles afectivos y decodificar. BORRAR.

Louann Brizendine justificó, en 2006, con supuestos hallazgos científicos, que la estructura peculiar del cerebro femenino determina cómo piensan las mujeres. Ella consideraba que el sentido común nos indica lo diferentes que se comportan varones de mujeres y eso se debe a su cerebro diferente. Da como ejemplos que las niñas prefieren jugar a las muñecas y acunar muñecos bebés mientras que los niños prefieren los autitos y camioncitos, y todo se debe a las diferencias biológicas cerebrales. BORRAR.

Con estos argumentos, amparándose en supuestos hallazgos neurocientíficos, los médicos, psiquiatras, neurólogos o psicólogos aseguran que las mujeres son intuitivas y multitareas mientras que los varones son mejores en matemáticas y no pueden hacer más que una sola cosa por vez porque se concentran demasiado en una sola cosa, motivo por el cual no servirían para dedicarse a las tareas domésticas. 3 Diferencias neurobiológicas entre hombres y mujeres

Una creencia errónea asociada a este neuromito es la idea de que los hombres tienden a utilizar más el hemisferio izquierdo del cerebro, relacionado con el pensamiento lógico y racional, lo que supuestamente los hace destacar en matemáticas y habilidades espaciales, mientras que se cree que las mujeres tienden a emplear más el hemisferio derecho, vinculado con las emociones y la creatividad. Según esta concepción, se argumenta que las mujeres, al tener un hemisferio cerebral derecho más activo, poseen una mayor capacidad de reacción emocional y tienden a comunicar detalles con mayor énfasis en su comunicación, en contraste con los hombres que se caracterizarían por una comunicación más directa y concisa debido a su supuesta preferencia por el hemisferio izquierdo. https://www.oecd.org/education/ceri/neuromyth6.htm https://books.google.com.ar/books?id=dGfQ2TMB1lIC&printsec=frontcover&dq=inauthor:%22Louann+Brizendine%22&hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwjjp_OhjoHkAhV6LLkGHQycA-0QuwUIOzAC#v=onepage&q&f=false

Esta idea tiene sus raíces en Paul Broca, un médico francés que asoció lesiones cerebrales con la pérdida de ciertas capacidades lingüísticas, lo que lo llevó a especular sobre las funciones específicas alojadas en diferentes áreas del cerebro. Sin embargo, interpretar estas asimetrías funcionales como estilos de pensamiento distintos es una simplificación errónea y una extrapolación. https://asu.elsevierpure.com/en/publications/sex-differences-in-empathy-and-related-capacities https://elpais.com/diario/2006/03/21/salud/1142895605_850215.htmlLa noción de estilos de pensamiento hemisférico diferenciados carece de respaldo científico, ya que no hay evidencia que respalde la idea de que cada hemisferio cerebral funcione de manera independiente con un estilo de pensamiento único.La reducción de los hemisferios cerebrales a meros centros de habilidades específicas y la aplicación de esto a diferencias de género se basa en prejuicios y simplificaciones excesivas. Las investigaciones con escáneres cerebrales han demostrado que ambos hemisferios trabajan en conjunto de manera complementaria en todos los individuos.

No hay evidencia científica sólida que respalde la teoría de que los hombres utilicen un hemisferio más que las mujeres.Algunos autores consideran que las diferencias cerebrales entre hombres y mujeres podrían ser adaptaciones para cumplir objetivos particulares justificados evolutiva y socialmente. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/jnr.23953Las discrepancias neurales relacionadas con el sexo, tanto en estructura como función cerebral, podrían reflejarse en el comportamiento de ambos géneros, y las diferencias observadas en investigaciones sobre el cerebro masculino y femenino podrían ser resultado de hallazgos incidentales debido al carácter incidental de muchos descubrimientos.La mayoría de las afirmaciones sobre diferencias entre el cerebro masculino y femenino se basan en estudios con un número limitado de participantes. https://www.lanacion.com.ar/sociedad/la-batalla-de-los-sexos-el-mito-de-las-diferencias-entre-los-cerebros-nid1612196

Además, existen casos donde mujeres tienen un tamaño cerebral mayor que algunos hombres. No hay fundamentos biológicos que respalden la idea de una separación clara entre razón y emoción en distintas áreas del cerebro.https://theness.com/neurologicablog/more-left-brain-right-brain-nonsense/https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12880784/ Es importante destacar que ambos hemisferios están integrados funcionalmente y la mayoría de las redes cerebrales incluyen áreas de ambos hemisferios, siendo interdependientes. Por ejemplo, aunque los sonidos del lenguaje se procesan principalmente en el hemisferio dominante, ambos hemisferios reciben información auditiva de ambos oídos y regiones auditivas primarias. La pérdida funcional de uno de los hemisferios podría resultar en la incapacidad para percibir sonidos del lado afectado después de un accidente cerebrovascular. https://www.scientificamerican.com/article/5-common-myths-about-the-brain/


Referencias

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  1. «Neurosexismo: cómo la neurociencia destruyó el mito de que los hombres y las mujeres tienen cerebros distintos». BBC News Mundo. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  2. «¿Tiene género el cerebro? *». Gaceta UNAM. 28 de noviembre de 2019. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  3. «Cuestión de sexos». OverDrive. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  4. a b «La excusa machista del neurosexismo». La Vanguardia. 28 de abril de 2019. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  5. ww7.logokracia.com http://ww7.logokracia.com/2019/03/07/neurosexismo-cuando-el-heteropatriarcado-se-apoya-en-la-mala-ciencia/?usid=26&utid=5677372918 |url= sin título (ayuda). Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  6. «Neuromitos | El Gato y La Caja». El Gato y La Caja | Ciencia + diseño. 2 de diciembre de 2014. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  7. Bernal, Ignacio Morgado (20 de mayo de 2019). «¿Son diferentes los cerebros de mujer y hombre?». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  8. «¿Son realmente tan diferentes los cerebros de hombres y mujeres?». BBC News Mundo. 29 de septiembre de 2014. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  9. Editores, Viguera. «Neurologia». neurologia.com. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  10. Swaab, D. F. (1995-05). «Development of the human hypothalamus». Neurochemical Research 20 (5): 509-519. ISSN 0364-3190. PMID 7643957. doi:10.1007/BF01694533. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  11. «Ciencia al Día - Artículo 4 Biología». www.ciencia.cl. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  12. Brooks, Claudette Elise; Clayton, Janine Austin (2 de enero de 2017). «Sex/gender influences on the nervous system: Basic steps toward clinical progress». Journal of Neuroscience Research (en inglés) 95 (1-2): 14-16. ISSN 0360-4012. PMC 5123599. PMID 27870446. doi:10.1002/jnr.23902. Consultado el 8 de marzo de 2024. 
  13. Pérez, José Antonio Portellano (2005). Introducción a la neuropsicología. McGraw-Hill/Interamericana de España. Consultado el 8 de marzo de 2024.