Leila gil/Taller
de Pablo de Santa María

Pablo de Santa María, grabado calcográfico de Manuel Salvador Carmona sobre dibujo de Manuel Eraso para los Retratos de los españoles ilustres, 1804.
Género Historiografía
País España
Formato Manuscrito
Edición traducida al español
Título Las siete edades del mundo
Fecha de publicación 1416-1418

LAS SIETE EDADES DEL MUNDO, PABLO DE SANTA MARÍA Pablo de Santa María, fue rabino mayor de la Judería burgalesa, más tarde se vuelve al catolicismo, donde es bautizado con el nombre de Pablo de Santa María, como su mujer no quiso convertirse, él se separa y educa a sus hijos, entre ellos, el futuro humanista y obispo de Burgos Alfonso de Cartagena. Pablo de Santa María se orientó hacia el mundo eclesiástico, estudió teología en París y en Aviñón. Cuando se hizo mayor, se fue apartando de la vida cortesana, y dejó todos sus bienes a los pobres. Falleció el 30 de agosto de 1435. Hacia 1416-1418, escribió el sumario historiográfico que es el tema de este artículo, Las Siete edades del mundo. Combina en versos de arte mayor castellanos una exposición de la historia universal según el esquema de siete edades del mundo con la de historia nacional.  Este texto también es conocido con el título de Las Edades trovadas.

Datación temporal y autoría editar

No se ha podido establecer una fecha exacta de composición de Las siete edades del mundo. Pero es de vital importancia clarificar la cuestión temporal ya que se trata de un tratado historiográfico.

Ha sido atribuido a diferentes autores de manera errónea y por tanto su datación también ha sido la equivocada. Tomás Antonio Sánchez fue el primero en  tratar de resolver estas cuestiones: estableció al Marqués de Santillana[1]​ como el autor de Las siete edades. Como el Marqués murió en 1458, Sánchez propone que la fecha debería estar entre los años 1455 y 1458.

El primer editor de las Siete Edades, Eugenio Ochoa, asignó a Íñigo López de Mendoza como autor en su obra Rimas inéditas de don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, de Fernán Pérez de Guzmán, Señor de Batres, y de otros poetas del siglo XV. Ochoa analiza determinados aspectos internos del prólogo de las Siete edades y justifica que fue compuesta en 1426 por López de Mendoza.

Con la publicación de su tesis doctoral[2]​, Judith G. Krieger fija la fecha de inicio de escritura en 1416 y la de finalización como muy tarde en 1426.

Contra la hipótesis anteriormente expuesta de Krieger, Conde afirma que la obra fue compuesta en especial durante los años de Pablo de Santa María ejerció como tutor de Juan II, es decir, entre los años 1406 y 1416. Se basa en la naturaleza de “espejo de príncipes” que tiene esta obra y que además, está dedicada al propio Juan II[3]​.

Finalmente Juan Carlos Conde expone su hipótesis final, Siete Edades fue compuesta en 1416, o al menos entre 1416-1418, y pretende explicarlo con un supuesto error de lectura y una mala interpretación de la cifra numérica referida a la fecha que contiene el manuscrito[4]​.

Pablo de Santa María editar

El rabino y posterior obispo de Burgos, Pablo de Santa María, fue una figura fundamental en la sociedad y cultura castellana entre finales del siglo XIV y principios del siglo XV.

Judío de nacimiento, obtuvo cargos de prestigio en la corte y contó con una gran influencia política. Llegó a tener una relevante carrera religiosa: rabino mayor de la aljama de Burgos. Su conversión en 1390, justo antes de las persecuciones contra las comunidades judías en 1391, supuso un punto de inflexión en su trayectoria. Han sido muchos los estudios y análisis historiográficos que han girado en torno a la vida, sin embargo su producción literaria no ha tenido la misma suerte. Pablo de Santa María escribió en hebreo, latín y castellano. De su obra hebrea no se han conservado demasiadas evidencias, han pervivido sólo dos textos: la generalmente conocida como La Carta de Purim[5]​ y un fragmento epistolar.  Sus obras latinas han sido los más conocidas y difundidas; interpretaciones bíblicas, Las Additiones ad Postillam Nicolai de Lyra y el Scrutinium scripturarum[6]​. Su producción en castellano se enmarca en la tradición de sumarios de crónicas tan popular en la época del cuatrocientos castellano. Cabe destacar las dos obras historiográficas, Las Siete edades del mundo y la Suma de las corónicas de España.

Composición editar

La obra Las Siete edades del mundo es en definitiva un relato historiográfico como se ha mencionado anteriormente. Su intención de estoria queda explícitamente reflejada en el inicio del prólogo. Así, Pablo de Santa María: “so breve compendio de escriptura una copilaçion, casi reportorio, de algunas estorias a vuestra altza pensé dirigir” (p.276). En este prólogo, se especifica además que la obra está escrita en verso, en coplas de arte mayor. Juan Carlos Conde establece dos razones por las cuales Pablo de Santa María escogió componer en verso su obra: la primera, para facilitar la memorización al joven rey Juan II. Hay más casos de obras escritas en versos dirigidas a la enseñanza en el cuatrocientos castellano; Tratado de las apostemas de Diego el Covo o el Sumario de la Medicina de Francisco López de Villalobos. El segundo motivo es que, durante el siglo XV castellano el verso de arte mayor era el usado para las denominadas obras “dignas”, lo suficientemente elevadas para ser destinadas a la educación de un rey.

Tras la creación de esta primera obra historiográfica en verso se generó una herencia de composiciones que trataron de emularla durante los siglos XV - XVI.

El texto se organiza en base a una superestructura textual, el esquema de las siete edades del mundo. Esta forma de entender la cronología histórica viene dada por una tradición cultural muy asentada en la Península Ibérica, el concepto del hombre como microcosmos7, es decir, traza una conexión directa entre las siete edades del mundo y las siete edades del hombre.

Se vertebra entre dos relatos independientes. El primero es una historia universal que establece su inicio en la creación del mundo y se desarrolla hasta el final del Sacro Imperio y el inicio del Cisma de Occidente (finales del siglo XIV) siguiendo el esquema que ya ha sido mencionado. Se entrelaza esta primera parte con la historia de España, que comienza en sus orígenes bíblicos hasta el rey al que va dirigida esta obra, Juan II. El relato de la historiografía nacional está, sin embargo, en una parte fuera de la estructura de las siete edades, completamente autónoma y llamada Fundamento de la Población de España.

La obra Pablo de Santa María y su esquema de las siete edades del mundo derivado del esquema de seis aetas mundi de San Agustín se incluye en la tradición literaria castellana de la historia universal, aunque poco frecuente fue muy importante en la cultura y literatura medievales castellanas. Muy pocos críticos han estudiado dónde se posicionaría esta obra en la larga lista de tratados historiográficos que comenzó entre los siglos IV-V con la historiografía cristiana. Sólo Alan Deyermond con su “Historia universal e ideología nacional en Pablo de Santa María” y Judith Krieger en “Pablo de Santa María” han tratado esta cuestión, aunque de manera errónea en el caso de Krieger al compararla con el Chronicon Mundi del Tudense.

Ideología editar

No son muchos los estudios que se han ocupado del contenido ideológico de Las siete edades del mundo, la crónica en verso de Pablo de Santa María.

Alan Deyermond, ha hecho importantes estudios sobre Pablo de Santa María (en 1985, 1986,1988,2009).

Para Deyermond, la finalidad de Las siete edades es clara: «That chronicle makes skilful use of a variety of techniques to depict Juan II as rightful heir to the Visigothic kings of Spain and thus, implicitly, to validate the legitimacy of the Trastámaran dinasty» (Deyermond 2009, 65). Que quiere decir que en la crónica usa una variedad de técnicas para representar a Juan II como heredero legítimo de los reyes visigodos de España. por lo que implícitamente quería la legitimidad de la dinastía Trastámara.

Uno de los elementos fundamentales a ese propósito es la estructuración de un esquema repleto de connotaciones e implicaciones mesiánicas, que se mezclan con los otros elementos centrales de Las Siete edades. también debemos destacar la idea de traslatio imperii. Esto sitúa la historia castellana en la cima del desarrollo de la historia universal.

La sucesión de unas monarquías a otras, que subyace el esquema de las cuatro monarquías es otro de los elementos del discurso de Pablo de Santa maría.

Deyermond destaca el especial vínculo de Castilla con la monarquía visigótica que aparece en Las siete edades.

Por otro lado,  Ryan Szpiech en 2010 elaboró un documentado artículo en el que abarca el subtexto polémico contra el judaísmo de Las siete edades, como intencionalidad del texto.

La obra se presenta más bien como parte de un programa de enseñanza para el joven Rey de elementos fundamentales para la creación y explicación de una imagen del poder real precisa y determinada de dos de los elementos más importantes para imponer el poder real.

Posterioridad editar

Existen dos vías fundamentales por las que se desenvuelve la posterioridad de Las Siete edades del mundo:

  • La primera realizada por quienes recibieron el texto como si fuera una obra historiográfica. Según los manuscritos que permiten comprobar esta interpretación, y la obra de Sancho Busto de Villegas, Historia del mundo, que usó la obra de Pablo de Santa María como fuente.
  • La segunda, está definida por quienes se interesaron por el texto como representante de la poesía cuatrocentrista. Son varios los testimonios que sustentan esta interpretación, pero no van más allá de 1500.

Bibliografía editar

  • Conde, J. Carlos. “Las siete edades del mundo” de Pablo de Santamaría. Estudio y edición crítica. Ediciones Universidad Salamanca, 1999.
  • Conde, J. Carlos. Actas del II Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval. “Sobre el texto Las siete edades del mundo de Pablo de Santamaría”. Universidad de Alcalá de Henares, 1992.
  • Conde J. Carlos. “Las siete edades del mundo” de Pablo de Santamaría y significación ideológica. Páginas 61-95. Revista Publicaciones del Semyr. Modelos intelectuales, nuevos textos y nuevos lectores. Contextos literarios, cortesanos y administrativos. Primera entrega. Presentación y dirección de Pedro M. Cátedra. Sociedad de estudios medievales, Salamanca, 2012.
  • Conde, J. Carlos. “Notas léxicas a las Siete edades del mundo de Pablo de Santa María”. Revista de Lexicografía, 1995-1996, 2: 29-48. ISSN: 1134-4539.
  • Krieger, Judith G. “Pablo de Santamaría, the Purim Letter and Las siete edades del mundo”, Mester, XVII (2), 1988, paginas 95-103.
  • Serrano Y Pineda ,L  “Don pablo de Santa María” : Gran rabino y obispo de Burgos. 3 de noviembre de 1940
  • Serrano Y Pineda, L. Pablo de Santamaría: gran rabino y obispo de Burgos, El Monte Carmelo, Burgos, 1941.
  1. Tomás Antonio Sánchez introdujo en su Colección de poesías castellanas anteriores al siglo XV una noticia de Las siete edades del Mundo que aparecía en un manuscrito del Marqués de Santillana, esta es la razón del error en la atribución de autoría.
  2. 2 “Pablo de Santa María: His Epoch Life and Hebrew and Spanish Literary Production”.  Krieger también estudia las Additiones, páginas 75-76, y el Scrutinium en su artículo, páginas 76-78 (1988).
  3. Se justifica en que concluiría justamente como máximo en 1419, cuando Juan II ya es mayor de edad. Por otra parte, la historia era un tema fundamental en la educación de príncipes.
  4. José Carlos Conde expone estos planteamientos en su edición crítica: la obra comienza con la profecía de Elías “de cómo el mundo avía de durar seys mill años, de los quales fasta aquí ya tenemos çinco mill e quatroçientos e treynta pasados” y los críticos creen que esta fecha se corresponde con el 1426. Conde cree que hay un error de lectura en esa interpretación y en realidad es “çinco mill e quatroçientos e veinte” situando por tanto la fecha en 1416.
  5. Estudiada por Isaac Abrahams en Paul of Burgos in London (1900) Judith Krieger en Pablo de Santa María, the Purim Letter and Siete Edades del Mundo (1988). 6Krieger también estudia las Additiones, páginas 75-76, y el Scrutinium en su artículo, páginas 76-78 (1988).
  6. Krieger también estudia las Additiones, páginas 75-76, y el Scrutinium en su artículo, páginas 76-78 (1988).