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Álvaro Antonio Enríquez de Almansa y Borja (1587-1643), VII marqués de Alcañices, grande de España.

Nació en Zamora por el año 1587 y fue bautizado en la parroquia de San Martín de aquella ciudad, siendo sus padrinos Pedro Enríquez de Ledesma y María de Andrade. Fue armado caballero de la Orden de Santiago el 23 de enero de 1599, en Madrid, previa orden del monarca del 18 de enero. Por real cédula expedida el 2 de marzo de 1613, Felipe III le autorizó a profesar en el monasterio de Uclés, donde estaba recuido.

Sirvió en la toma de la Mamora (1614) con 5 criados y 3 camas radas, todos a su costa, en el galeón San Juan Bautista. El 7 de marzo de 1624 fue nombrado ministro de la Junta de Obras y Bosques en Sevilla por una real cédula que, luego extraviada, tuvo que volver a ser expedida el 11 de julio de 1640. Felipe IV le concedió el mando de la Compañía de Hombres de Armas de las Guardias el 21 de noviembre de 1624, puesto que había dejado vacante el duque de Uceda, y al año siguiente le mandó prevenir la gente de guerra que a su costa debía ir hasta Lisboa, lo mismo que en 1535.

El marqués, que ya era gentilhombre de cámara, fue nombrado montero mayor del rey el 30 de enero de 1623, sucediendo al duque del Infantado, y cazador mayor el 23 de abril de 1628, en sustitución del duque de Pastrana. El 31 de diciembre de 1637 se le expidió el nombramiento de capitán general de las galeras de Nápoles, en ausencia de su primo Melchor Centellas de Borja, cédula que se volvió a repetir el 30 de abril de 1638 por omisión de cierta formalidad. El 18 de agosto de 1640 el rey ordenó que, mientras durase su servicio en Nápoles, el marqués reciba todos los sueldos y gajes anejos a su oficio de cazador mayor. Cinco días después, dispuso que lo acompañase a la jornada de Cataluña y a las Cortes de Aragón y Valencia, «para que me sigáis disponiéndolo de manera seais el primero en el exemplo, que en ello me daré por vos muy servido», apurándolo para tal efecto por otra carta del 21 de septiembre. Se le dio el mando de la caballería del reino de Nápoles por carta del 25 de abril de 1642, vacante por el príncipe de Botera, pero al mismo tiempo fue urgido a que viniera a España sin ejercerlo, para así poder acompañarlo al monarca a las fronteras catalanas.

En premio de sus servicios, el 30 de agosto de 1626 el monarca le concedió la Grandeza de España, perpetua y hereditaria, para su título de marqués de Alcañices. La gracia se publicó el 10 de mayo de 1640 y el marqués fue investido como grande de España en una ceremonia que tuvo lugar el 7 de octubre de 1642, en el Palacio Real de Zaragoza. Fue su padrino el conde-duque de Olivares y asistió solemnemente el conde de Grajal, su sobrino, pero por la «indisposición larga del marqués» este acto no tuvo lugar en público. De dicha enfermedad murió al año siguiente, a los 57 años, y su cuerpo fue sepultado en el panteón familiar del monasterio de San Francisco de Alcañices, desde donde su esposa luego dispuso que fuera llevado a la capilla mayor de la iglesia que ella edificaba para el colegio de la Compañía de Jesús en Toro.

Matrimonio y descedencia

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Casó en 1612 con Inés de Guzmán y Pimentel, hija segunda de Enrique de Guzmán —quien fuera II conde de Olivares, virrey de Sicilia y Nápoles, embajador en Roma y Francia, mayordomo mayor de Felipe II etc.— y su esposa María Pimentel de Fonseca. De este matrimonio nació Francisco Enríquez de Almansa y Guzmán, que murió a poco de su nacimiento el 13 de abril de 1612, y otros cinco hijos de nombres desconocidos, pero que corrieron la misma suerte.

Tras la muerte de Álvaro, el marquesado de Alcañices recayó en su primo Juan Enríquez de Borja y Almansa (m. 1675).

Referencias

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