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Villa Centenario, Resistencia, Chaco editar

Villa Centenario editar

Villa Centenario es uno de los primeros barrios de la ciudad de Resistencia, Chaco. Antes de ser Provincia (1951), ya existía este barrio con características que aún hoy lo hacen único.

Alrededor del área central de la ciudad, según el trazado original, se debían ubicar quintas. Menciona Pompert de Valenzuela que así fue en el caso de Villa Centenario y Villa Palermo, “en varios casos los propietarios de los terrenos que le fueron asignados, (...) encararon la ejecución de un loteo y la venta de unidades, funcionando a modo de inmobiliarias.”[1]​ Estas grandes porciones de tierra adquiridas, o incluso cedidas en la campaña colonizadora a distintos inmigrantes para su producción, comenzaron así a ser parte del trazado urbano de la pujante Resistencia. Hacia 1920 existían tres villas: Alta, Centenario y Arazá (actual Progreso) que expandieron la ciudad del área central del primer trazado[1]​. Su nombre lo lleva desde 1910, cuando se festejó el centenario de la Revolución de Mayo[2]​.

El loteo y las primeras ventas de terrenos editar

Las tierras, en su mayoría pertenecientes por aquel entonces a Attwell y Oxholm, comenzaron a lotearse, dando lugar a que las subdivisiones fueran adquiridas por familias. Muchas de estas familias llegaron desde el interior provincial, o bien desde otras provincias, a trabajar y buscar oportunidades en el Chaco y la Resistencia Industrial.

En su mayoría, los primeros pobladores compraron su terreno en cuotas.  El pago bajo esta modalidad se registraba “en una libretita” en la que se sellaban las cancelaciones.

 

Esta modalidad de compra y pago de los terrenos era usual en la época y posibilitaba a una familia trabajadora hacerse de un terreno.

Según cuentan los vecinos, de la av. Castelli hacia la calle Dodero fue el primer sector en poblarse. Allí se asentaron y compraron sus tierras las primeras familias que llegaron al barrio.

En cambio, de la calle Dodero hacia Edison, el paisaje es recordado como monte, urbanizándose muy lentamente desde los años 60, según la narración de sus pobladores.

Por aquel entonces, el Riacho Arazá, presente de manera contundente en la historia de la ciudad, ofició de límite simbólico entre lo urbano y lo rural. “Del otro lado del Arazá, era el campo”, recuerdan reiteradas veces los vecinos. El riacho era un límite natural a la expansión urbana. Desaparecido este límite, la urbanización creció al sur.

Las canillas Públicas editar

Hasta mediados de la década del sesenta, el agua llegaba al barrio a través del sistema de canillas públicas.  

Una de las primeras canillas se encontraba ubicada en Castelli y San Martín, en el recordado Almacén Mariasch.

Además, se recuerdan otras canillas, como las que se encontraban ubicadas en Calle Colón y Toledo, Colón y Hardy, Av. Las Heras y Mármol, José María Paz y Castelli, y en Sáenz Peña y Toledo, entre otras más, que además de proveer agua a los vecinos, oficiaban de punto de encuentro y referencia.  

La primera calle con agua potable domiciliaria, allá por la década de los 60, fue la Colón. De esta manera, tener agua en cada casa significó un gran logro para aquella época.

Hacia 1966, el Diario El Territorio estimaba que el 60% del barrio accedía a este servicio: “La cañería llega hasta Edison por Calle Colón. Inclusive la Avenida Edison tiene agua a todo lo largo del barrio”.[2]

Las Veredas y las primeras mejoras en las calles editar

Las progresivas mejoras del barrio llegaron también con mucho esfuerzo y compromiso vecinal. Una de las obras gestionadas, ejecutadas y financiadas por los vecinos que tuvo un impacto significativo fue la “Veredita” de la calle Colón, una de las primeras veredas del barrio. Se la menciona como producto de la organización vecinal. Se recuerdan rifas, bailes y colectas entre los vecinos, con el fin de juntar el dinero necesario para su ejecución.

En otros tiempos, los días de lluvia y los pequeños desbordes del Riacho Arazá, producían el anegamiento de calles y veredas por varios días.

En aquel contexto, contar con una vereda permitía la salida del barrio: ir a trabajar, a la escuela y acceder al centro de la ciudad. Se presentaba como una verdadera vía de conexión del área sur con el centro de la ciudad.

En otro sector del barrio, los vecinos utilizaban la vereda de la Av. Las Heras que llegaba hasta la cárcel.

La Av. San Martín fue una de las primeras calles del barrio en asfaltarse. Antes de llegar el pavimento, la tierra y las grandes cunetas son rememoradas por los vecinos.

La pavimentación de la Av. San Martín se extendió por un largo período, los vecinos lo rememoran como una operación manual, casi artesanal. Un trabajo que llevó años y abarcó la pavimentación de Av. San Martín desde Castelli a Edison. De tal manera, la Av. Alberdi y la Av. San Martín fueron las primeras calles que contaron con asfalto. Por su parte, la Avenida Castelli, en aquel entonces, contaba con solo un carril central.

En 2017 se concluyó la pavimentación en todas las calles del barrio. De esta manera, se ejecutaron dichos trabajos en las calles Dodero entre San Martín y Arbo y Blanco; Toledo entre José María Paz y Roque Sáenz Peña; Seitor entre Roque Sáenz Peña y San Martín; Seitor entre Arbo y Blanco y Las Heras; Hardy entre Roque Sáenz Peña y Las Heras; Colón entre Toledo y Edison y San Lorenzo entre Seitor y Edison.

  1. a b Pomper de Valenzuela, María Cristina (2016). Historia de Resistencia y su sociedad (1872-2003) (2da edición). Resistencia: Contexto Libros. 
  2. a b El, Territorio (15 de octubre de 1966). «Amplio sector de Villa Centenario pide que se arreglen calles y desagües».