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Inclusión digital en Chile

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La inclusión digital es la búsqueda para que todas las personas puedan tener acceso a las tecnologías de la Información y comunicación (TIC), sin distinción de territorialidad, edad, situación económica, género o salud. Su objetivo principal es poder insertar de manera democrática a las comunidades que no tienen acceso a la información que brinda internet, para que así se pueda obtener una conectividad óptima e inclusiva para que todos y todas puedan informarse, comunicarse, y contribuir en la sociedad digital. [1]



Introducción

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Una de las bases que se necesita para que no haya exclusión digital son tres puntos en los cuales se ha puesto énfasis que son manejar bien las tecnologías, tener acceso a una buena red de internet y poseer  herramientas tecnológicas. [2]​ Aun así, esto no es suficiente para que se pueda incluir digitalmente sino que se debe enseñar a saber qué se puede hacer con estos aparatos tecnológicos.

Actualmente en Europa el 89% de su población tiene acceso a internet, en cambio, en África sólo el 40% de la población alcanza a tener conexión a la red, lo que hace la inclusión digital es insertar a las sociedades excluidas de la tecnología.[3]​ Esta problemática afecta principalmente a los sectores más vulnerables, entre ellos podemos encontrar a los sectores rurales, minorías raciales, personas de bajos recursos económicos, gente con discapacidad, entre otros.

 

Principales exclusiones digitales

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Una de las principales exclusiones digitales que se hace en las tecnologías es por la escasez de habilidades que se tiene como la falta de accesibilidad, la poca alfabetización digital, [4]​ la escasa confianza que se tienen las personas al utilizar un aparato móvil y la dificultad de las páginas. Un buen ejemplo de esto son las personas de mayor edad pues para ellos no es innato el uso de celulares o computadores, también a gente que no puede leer porque son no videntes, las personas de campo que tienen poca señal para poder conectar a través de un aparato móvil o gente que no tiene los recursos para comprar un teléfono o computador y, por ende, no pueden tener redes sociales y conectarse con el mundo digital.

Así como se dijo anteriormente, una de las principales segregaciones digitales que existe alrededor del mundo es la de las zonas rurales, que genera otra brecha social con respecto a las zonas urbanas, desde inicios de este siglo se han tomado medidas para reducir este índice a través de la instalación de computadores y antenas o torres de señal para reducir esa brecha, pero el problema va más allá de la infraestructura, para analizar este caso hay que tomar en cuenta muchos factores como por ejemplo: la dinámica de las poblaciones, su medio ambiente; su historicidad; su organización socioeconómica y cultural y su gobernanza, el estado y tipo de la ciber infraestructura instalada (si la hay), y las habilidades digitales de la población. Esto también puede vincularse a la gran centralización que se vive en el continente Latinoamericano, es decir la gran concentración de servicios y recursos que hay en las capitales y grandes ciudades.

De igual manera, los adultos mayores también son los grupos primordiales en los cuales se enfoca la inclusión digital son los adultos mayores, que parecen estar más aislados en la actual era de la globalización, esto quizá a causa  del choque generacional, desde iniciativas privadas o estatales, se han tomado medidas para disminuir la brecha digital de estas personas. Un ejemplo de esto es el programa de inclusión que desarrolló la Pontificia Universidad Católica de Chile en conjunto con Coopeuch y la el 31 de mayo de 2022, esto a causa del problemático aislamiento que generó las cuarentenas en la población mayor, ya que la falta de manejo y conocimiento digital provocó que muchos ancianos no lograran realizar trámites ni pedir salvoconductos, lo cual dificulto el desplazamiento y la rutina de los adultos mayores.[5]

Las múltiples tecnologías que existen al día de hoy, que también son parte de la red comunicativa, permiten al usuario más longevo integrarse de manera participativa. Lamentablemente la mitad de las personas a nivel global no cuenta con el acceso adecuado a la red. Muchas de estas personas pertenecen a la tercera edad, que aunque muchos participen de manera activa, la mayoría carecen del uso adecuado del internet y todas sus plataformas.

La manera más eficiente para que el adulto mayor acceda de manera fácil a las plataformas, que hoy en día se usan para bancos, hospitales, comisarías y trámites en general, son en crear páginas web que sean fáciles de comprender para todo público incluyendo a personas de la tercera edad. Para que exista la inclusión digital se deben derribar barreras, tanto en una buena instalación de internet o en proporcionar tecnologías acorde a las actuales plataformas, para esto es fundamental el apoyo y la educación digital.

Iniciativas

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Para lograr que no haya exclusión digital se ha puesto énfasis en tres puntos, manejar bien las tecnologías, tener acceso a una buena red de internet y poseer  herramientas tecnológicas. Aunque esto no es suficiente para tener inclusión digital sino que se debe saber qué hacer con estas tecnologías.  

Una de las soluciones que se da a esta problemática es que la UNESCO organiza la “mobile learning week” que da la opción de educar digitalmente a las personas que lo necesiten, también la comisión europea financia el programa “Horizonte 2020” que ayuda las persona con discapacidades a integrarse a la vida digital. Igualmente, Chile no se queda atrás pues en el Ministerio de la Mujer y Subsecretaría del Trabajo lanzaron en 2020 cursos gratuitos para aprender y reconvertirse en los ámbitos laborales con la tecnología.

Además, las páginas web pueden ser inclusivas, aparte de tener buena conexión a internet y tener herramientas tecnológicas, se puede hacer más fácil el acceso a estas plataformas mediante diferentes formas como mostrar de manera sencilla la información de las páginas web, con componentes dinámicos visuales y escritos. Igualmente, que el precio del internet (planes de datos, tanto en celulares como wifi) sea más asequible a los consumidores. Un buen ejemplo de esto, es el caso de Brasil pues una página web con un peso de 2.5Mbs cuesta $0.18 para descargar una sola página web. Por lo que, si uno descarga 10 páginas web equivaldría a un pasaje de transporte público en este país.  

Véase también

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Referencias

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  1. «Inclusión digital, clave para un futuro en igualdad». Iberdrola. Consultado el 25 de noviembre de 2022. 
  2. «Inclusión digital». Wikipedia, la enciclopedia libre. 2 de noviembre de 2022. Consultado el 25 de noviembre de 2022. 
  3. GrupoRPP (17 de septiembre de 2022). «En pleno 2022, un tercio de la población mundial sigue sin tener acceso a Internet». RPP. Consultado el 25 de noviembre de 2022. 
  4. García-Ávila, Susana (31 de agosto de 2017). «Alfabetización Digital». Razón y Palabra 21 (3_98): 66-81. ISSN 1605-4806. Consultado el 25 de noviembre de 2022. 
  5. reflexiones sobre inclusión digital como modalidad de inclusión social. 3 - 5 diciembre 2014.