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Religiosidad en Tlalpan, Distrito Federal, México

La religiosidad se define, según el DRAE, como la: “Cualidad de religioso/Práctica y esmero en cumplir las obligaciones religiosas” (2001, entradas 1y 2).[1]​ En este sentido, ¿cómo se reflejan estas características y qué tanto se convierte, la religiosidad, en elemento de cohesión social para los habitantes de la delegación Tlalpan, en su mayoría de raíces campesinas-nahuas (Portal, 1994), al sur del DistritoFederal?[2]

Breve reseña histórica

Lo que hoy es la actual delegación se funda hacia el año 700 AC por un grupo de inmigrantes presumiblemente otomíes a las faldas del cerro del Ajusco. La palabra Tlalpan proviene de los vocablos náhuatls “tlalli” (tierra) y “pan” (sobre); posteriormente se agregó el vocablo “firme” debido a su ubicación a las orillas del lago de México-Tenochtitlán. Entonces su denominación es “Lugar de tierra firme” (Enciclopedia de los Municipios y Delegaciones de México, “Nomenclatura”).[3]

Los habitantes originarios alcanzaron un gran desarrollo económico-político sustentado en la agricultura al grado que la ciudad llegó a poseer una extensión de 400 hectáreas y una población de 20 mil habitantes aproximadamente según algunas estimaciones (Enciclopedia de los Municipios y Delegaciones de México, “Reseña histórica”, párrafo 4).[4]

Durante esta etapa la historia de Tlalpan se vio marcada por dos acontecimientos determinantes: la erupción del volcán Xitle en el año 100 AC lo que obligó a sus habitantes a emigrar hacia el norte y la llegada de las siete tribus nahuatlacas (en el siglo VII) lo que derivó en que Tlalpan se convirtiera en parte del señorío de Xochimilco, primero, y mexica, después (Enciclopedia de los Municipios y Delegaciones de México, “Reseña histórica”, párrafos 7-9).[5]

Es en el siglo XVI que se inicia, según algunas fuentes, el período colonial en la demarcación (Enciclopedia de los Municipios y Delegaciones de México, “Antecedentes coloniales”, párrafo 3).[6]​ En esta época se da la fundación de los pueblos, con base en la congregación de indios, y los barrios, habitados por españoles y mestizos, propios del territorio tlalpense (Portal, 1994, 39).[7]

Durante la primera mitad del siglo XIX Tlalpan va cambiando de jurisdicción entre el Distrito Federal y el Estado de México y en 1855 se anexa definitivamente al primero (Enciclopedia de los Municipios y Delegaciones de México, “Siglo XIX”, párrafos 1 y 9).[8]​ Por último, en 1928, ya en el siglo XX, con la creación de la Ley Orgánica del Distrito Federal Tlalpan se convierte en delegación (Portal, 1994, 38-39).[9]

Datos estadísticos

Tlalpan es la delegación con mayor extensión territorial del Distrito Federal con 309. 72 km2 mismos que corresponden al 20.66% del total del territorio de la ciudad. Esta delegación se divide en 74 colonias, 11 barrios y 8 pueblos (Portal, 1994, 38).[10]​ Según datos del Panorama Sociodemográfico del Distrito Federal, derivado del Censo Nacional de Población y Vivienda 2010, publicados por el Instituto Nacional de Geografía (INEGI) en 2011, la delegación Tlalpan posee una población total de 650, 567 habitantes quienes representan el 7.4% de la población general del Distrito Federal; de éstos, el 81.8% manifiestan profesar la religión católica mientras que el 6.3% profesan otras religiones. Por último, 10, 290 habitantes de cinco años o más declaran hablar alguna lengua indígena (además del español) y sólo 51 que hablan únicamente alguna lengua indígena; de éstas, las principales son el náhuatl con el 31.4% y el mixteco con el 1.2% de hablantes respectivamente (INEGI, apartado Tlalpan).[11]

De la cosmovisión al sincretismo

La especificidad histórico-político-geográfica de Tlalpan (como la de muchos otros lugares de México) le provee de los elementos culturales para la conformación de una identidad particular de sus habitantes, especialmente quienes habitan las zonas rurales de la delegación (Portal, 1995, 41)[12]​ sustentada en aspectos religiosos que van de la cosmovisión de raigambre prehispánica al sincretismo de raíces novohispanas y que terminan por redefinir al ser tlalpeño o tlalpense hasta el día de hoy.

La concepción mítica del universo y la vida, más su puesta en práctica a través de los rituales (Camarena y Tunal, 2009, 6),[13]​ que veía en los fenómenos naturales (lluvias, calor, granizadas), los sitios considerados sagrados: cuevas, montes (Portal, 1995, 43)[14]​ y algunas otras manifestaciones suprahumanas, fueron la base en la que se sustentó la manera en que los antiguos pobladores crearon su interpretación del mundo (es decir su cosmovisión); misma que al fusionarse con la religión cristiana traída de ultramar por medio del proceso evangelizador dan como resultado el sincretismo religioso mediante el cual los habitantes de la campiña tlalpeña han redimensionado su cotidianeidad (Galán y Guevara, 1997, 23)[15]​ creando una nueva cosmovisión que tiende a insertar a los pobladores de las zonas campesinas dentro de la dinámica social urbana (Portal, 1995, 41), [16]​al mismo tiempo que se manifiesta como un elemento particularizador de su esencia y su persona.

La religión-religiosidad como sistema estructurante de la identidad

La práctica de ciertos rituales religiosos católicos que se relacionan con festividades que giran alrededor de las figuras patronales (santos y santas) o relacionadas directamente con la religión católica, según la página oficial de la autoridad delegacional existen alrededor de 35 celebraciones de este tipo, más una feria, entre pueblos y barrios de Tlalpan (“Festividades de los pueblos”, 2015),[17]​ se convierte en un eje estructurante de una red social que tiene como base el sistema de cargos y las mayordomías (Portal, 1995, 41; Ortega y Mora, 2014, 51-52).[18][19]

La figura del santo patrono (relacionada también con los dioses antiguos), junto con las festividades asociadas, se convierte, entonces, en la base del sistema que organiza y da significado de pertenencia a los habitantes de las zonas de carácter rural (y a las que no lo son) ya que por medio de ella (la figura patronal) se obtiene respuesta a las preguntas ¿quién soy?, ¿a dónde voy?, ¿cuál es mi lugar en el mundo? (Portal, 1994, 41),[20]​ además de que las figuras sociales asociadas a estas celebraciones (el sistema de cargos) no sólo llegan a poseer un cierto estatuto social diferenciado al resto de la comunidad, sino que insertan a los individuos y al colectivo dentro de los parámetros de lo moderno y lo tradicional: en las celebraciones tlalpenses los jóvenes y las mujeres pueden acceder al sistema de cargos (Portal, 1994, 41),[21]​ mientras que en algunas localidades como Santa Ana Tlacotenco, en Milpa Alta, sólo las mujeres participan de la danza de las Aztecas (Ortega y Morales, 2014, 57)[22]​ por poner un par de ejemplos.

De esta manera, la religión y su puesta en práctica, la religiosidad, crean una cultura particular y única (Camarena y Tunal, 2009, 1)[23]​ que identifica, distingue y unifica a determinados grupos sociales, en este caso a los tlalpeños, con relación a otros (los habitantes del centro del Distrito Federal principalmente), pero que también los une a otras tradiciones cercanas (los pueblos originarios de la misma ciudad y zonas conurbadas) y los inserta en la modernidad al mismo tiempo que les ayuda a conservar sus tradiciones.

REFERENCIAS

  1. Real Academia Española. 22ª. edición, 2001 con enmiendas hasta 2012 (2001). «Diccionario de la Lengua Española». Espasa Calpe. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  2. María Ana Portal Ariosa (1995). «“Práctica religiosa e identidad social entre los pueblos de Tlalpan, México, DF”». PDF. Alteridades, 4 (7), pp. 37-44. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  3. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Sin fecha). «"Tlalpan"». Consultado el 23 de septiembre de 2015. 
  4. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Sin fecha). «“Reseña histórica”». Consultado el 23 de septiembre de 2015. 
  5. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Sin fecha). «"Reseña histórica"». Consultado el 23 de septiembre de 2015. 
  6. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Sin fecha). «"Antecedentes coloniales"». Consultado el 23 de septiembre de 2015. 
  7. María Ana Portal Ariosa (1994). «“Práctica religiosa e identidad social entre los pueblos de Tlalpan, México, DF”». Alteridades, 4 (7), pp. 37-44. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  8. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Sin fecha). «“Siglo XIX”». Consultado el 23 de septiembre de 2015. 
  9. María Ana Portal Ariosa (1994). «“Práctica religiosa e identidad social entre los pueblos de Tlalpan, México, DF”». Alteridades, 4 (7), pp. 37-44. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  10. María Ana Portal Ariosa (22 de septiembre de 2015). «“Práctica religiosa e identidad social entre los pueblos de Tlalpan, México, DF”». Alteridades, 4 (7), pp. 37-44. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  11. Instituto Nacional de Geografía (2011). «Panorama sociodemográfico del Distrito Federal. Apartado Tlalpan». Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  12. María Ana Portal Ariosa (1995). «Cosmovisión, tradición oral y práctica religiosa contemporánea en Tlalpan y Milpa Alta”». Alteridades, 5 (9), pp. 41-50. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  13. María Elena Camarena Adame y Gerardo Tunal Santiago (2009). «“La religión como una dimensión de la cultura”». Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, número 22, segundo semestre, pp. 1-15. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  14. María Ana Portal Ariosa (1995). «“Cosmovisión, tradición oral y práctica religiosa contemporánea en Tlalpan y Milpa Alta”». Alteridades, 5 (9), pp. 41-50. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  15. Mónica Galán Trejo y Blanca Patricia Guevara Domínguez (1997). «Tradición oral y medios masivos de comunicación». Tesis de Licenciatura, México, Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  16. María Ana Portal Ariosa (1995). «“Cosmovisión, tradición oral y práctica religiosa contemporánea en Tlalpan y Milpa Alta”». Alteridades, 5 (9), pp. 41-50. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  17. Delegación Tlalpan (Sin fecha). «“Turismo. Festividades de los pueblos”». Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  18. María Ana Portal Ariosa (1995). «“Cosmovisión, tradición oral y práctica religiosa contemporánea en Tlalpan y Milpa Alta”». Alteridades, 5 (9), pp. 41-50. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  19. Mario Ortega Olivares y Fabiola Morales Rosales (2014). «“Mayordomías y fiestas patronales en los pueblos originarios de Santa Ana Tlacotenco y Santiago Tzapotitlán, nahuas del Distrito Federal, México”». Diálogo Andino, número 43, pp. 51-63. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  20. María Ana Portal Ariosa (1994). «“Práctica religiosa e identidad social entre los pueblos de Tlalpan, México, DF”». Alteridades, 4 (7), pp. 37-44. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  21. María Ana Portal Ariosa (1994). «“Cosmovisión, tradición oral y práctica religiosa contemporánea en Tlalpan y Milpa Alta”». Alteridades, 4 (7), pp. 37-44. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  22. Mario Ortega Olivares y Fabiola Morales Rosales (2014). «“Mayordomías y fiestas patronales en los pueblos originarios de Santa Ana Tlacotenco y Santiago Tzapotitlán, nahuas del Distrito Federal, México”». Diálogo Andino, número 43, pp. 51-63. Consultado el 22 de septiembre de 2015. 
  23. María Elena Camarena Adame y Gerardo Tunal Santiago (2009). «“La religión como una dimensión de la cultura”». Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, número 22, segundo semestre, pp. 1-15. Consultado el 22 de septiembre de 2015.