Usuario:Octavio Rodiviera/Taller/Yacimiento arqueológico de La Fortaleza

El yacimiento arqueológico de La Fortaleza es... (aquí la definición de lo que es, los detalles más abajo).

El conocido como yacimiento arqueológico de La Fortaleza en realidad se configura como Bien de Interés Cultural (BIC) Zona Arqueológica de Las Fortalezas. El BIC está conformado por tres promontorios rocosos y el espacio circundante entre los mismos. A pesar de ello, se utilizará el término yacimiento arqueológico de La Fortaleza por ser el más arraigado en la población.

Desde mediados del siglo XX se ha asociado este lugar con La Fortaleza de Ansite, el lugar donde se produjo el final de la Guerra de Conquista de Gran Canaria. Sin embargo, en la actualidad se descarta esta interpretación, apuntando como lugar más probable para Ansite las laderas y cresterías del Macizo de Amurga. Respecto a los topónimos que se atribuyen a este lugar, hay cierta confusión entre lo que aparece en la cartografía oficial, lo publicado en la bibliografía científica y lo recogido entre la población del lugar.

La Fortaleza Grande editar

Citada en la cartografía de GRAFCAN como "La Fortaleza". De los tres roques, es éste el más conocido, ocupando el lugar central del conjunto, y denominado también popularmente como “La Fortaleza de Ansite”. A día de la mayoría de especialistas niegan que Ansite, el último lugar de resistencia indígena durante la conquista de Gran Canaria, se encuentre en este lugar. En la actualidad se apuesta por su ubicación en las laderas del cercano Macizo de Amurga, relación que parece verse confirmada de forma reciente. [1]

La Fortaleza Chica: editar

Cuchillo situado más al norte, de menor dimensiones que los otros dos. Aparece en la cartografía elaborada por GRAFCAN como "Risco de Mirito".

Fortaleza de Abajo editar

Gran elevación rocosa de morfología amesetada, situada al Sureste de la agrupación formada por La Fortaleza Grande y La Fortaleza Chica, al otro lado del Barranco de La Fortaleza o de Mariquita Antonia. D. Vicente Sánchez Araña, vinculó este roque con el espacio de Titana, roque vinculado a varios episodios bélicos durante la conquista.

CONTEXTUALIZACIÓN GEOGRÁFICA editar

El BIC Las Fortalezas se encuentra en el municipio de Santa Lucía de Tirajana. Este municipio, constituido en el año 1815, tiene una superficie de 61,55 kilómetros cuadrados. Según los datos del INE El municipio de Santa Lucía contaba en el año 2022 de una población de 74.560 habitantes, siendo el tercer término municipal en número de residentes de la isla. El núcleo de Santa Lucía, capital del municipio, dista de La Fortaleza apenas 5 kilómetros. El yacimiento de La Fortaleza se localiza a una altitud sobre el nivel del mar de unos 500 metros, se presenta como el límite sur de una amplia meseta situada en la ladera oriental del Barranco de Tirajana. El núcleo habitado más cercano al conjunto arqueológico es el de La Sorrueda, pequeño poblado caracterizado, entre otras cosas, por albergar algunas viviendas ejemplo de la arquitectura tradicional canaria. Los aspectos de geografía humana que en la actualidad caracterizan el entorno de Las Fortalezas son fruto del desarrollo histórico de la Caldera de Tirajana. Así, apenas finalizada la conquista de la isla, Tomás Rodríguez de Palencia recibe un repartimiento de tierras y aguas en la comarca de Tirajana, desarrollándose en un principio el cultivo del azúcar, en el marco del desarrollo de esta industria como monocultivo a nivel insular durante el siglo XVI. De este periodo queda como testimonio la toponimia, véase como ejemplos la población de El Ingenio de Santa Lucía. De este temprano periodo dataría también la introducción en el lugar de los olivos, que hasta la actualidad es uno de los principales componentes del paisaje agrícola santaluceño, y una de las bases económicas de la comarca a lo largo de su historia. En las cercanías de Las Fortalezas se aprecia por otra parte un importante desarrollo del cultivo cerealista, destacando grandes extensiones de tierras abancaladas, es decir, adecuadas a estas prácticas. En la actualidad, prácticamente todas ellas se encuentran en situación de abandono. Además, en el espacio se cuenta con ejemplos de ingeniería hidráulica desarrollada a partir del auge de los cultivos de exportación durante el siglo XX. Hay que recordar en este punto que Santa Lucía es el principal exportador de tomate a nivel del archipiélago. Así citaremos el caso de la cercana Presa de Tirajana, conocida popularmente como Presa de La Sorrueda. La geografía física de La Fortaleza y su entorno hay que enclavarla en la evolución de los diferentes periodos de actividad volcánica y regresión erosiva que han dado lugar al actual edificio insular. La Caldera de Tirajana es una gran depresión erosiva de incalculable valor geológico y geomorfológico que ocupa parte del centro geográfico de la isla. Entre su punto más alto (el vértice del Pico de Las Nieves a 1950 metros sobre el nivel del mar), y el centro de la misma existe una diferencia de cota 1325 metros, lo que nos da una idea del elevado grado de pendiente. Todo este complejo estructural geológico tiene su origen en procesos erosivos que han generado grandes desplazamientos de materiales, que se producen a raíz de dichos mecanismos. Ello conlleva el deslizamiento de tierras y rocas duras sobre otras capas de materiales plásticos e impermeables. Se configuran así los grandes barrancos sureños, que constituyen una red de drenaje que ataca de forma inmisericorde los impresionantes paredones que limitan la caldera erosiva, haciéndola cada vez más profunda y ancha. Del interior de esta caldera surge el Barranco de Tirajana, que constituye una de las cuencas hidrográficas más importantes a nivel insular con una superficie de 76 kilómetros cuadrados. Desagua dando lugar a la llanura de origen aluvial más extensa de la isla, entre los Llanos de Sardina y los Llanos de Juan Grande. Se trata de un clima semiárido, que puede plantear escasez de recursos hídricos incluso en pleno invierno, con unas precipitaciones anuales que rondan entre los 250 y 500 milímetros, situándose la temperatura media anual entre los 15 y 18 grados. La vegetación dominante en todo el cauce del Barranco de Tirajana, y por extensión en el entorno de Las Fortalezas, es la correspondiente al matorral de sustitución, característica de zonas fuertemente antropizadas. Por otro lado, y al margen de estos condicionantes, también hay que decir que localizaremos áreas aisladas donde hallaremos interesantes formaciones de vegetación eminentemente termófila, como algunos ejemplos de manchones de acebuche (Olea europaea). En las zonas más altas de este sistema, ocupando los escarpes que limitan la vertiente meridional de la Caldera de Tirajana, se encuentran los bosques dominados por el pino canario (Pinus canariensis). En el tramo medio del barranco, destaca especialmente una de las formaciones vegetales más características de la comarca de Tirajana, en este caso los palmerales, dominados por la especie canaria Phoenix canariensis. En el entorno de Las Fortalezas contamos con ejemplos destacables de esta formación arbórea, como el magnífico palmeral de La Sorrueda, o bien otros de menores dimensiones, pero en excelente estado de conservación, distribuidos por los barrancos que flanquean este conjunto arqueológico. Otras de las especies vegetales presentes en el entorno de Las Fortalezas son: leñabuena (Neochamalace pulverulenta), tabaiba amarga (Euphorbia obtusifolia) o balo (Plocama pendula) entre otras. La fauna existente en la zona, aunque no lo parezca a simple vista, es muy variada. Así, podremos encontrar, en función del tramo de barranco en que nos situemos, diversos tipos de aves, reptiles, mamíferos y anfibios, además de cierta cantidad de animales domésticos que en algunos casos, llevan a cabo su vida con total libertad en el paisaje, algo muy habitual en zonas rurales como la que nos ocupa. En cuanto al número de especies que vamos a localizar, el número mayor va a estar representado por los insectos, seguidos por las aves, entre éstas últimas podemos destacar las siguientes: aguililla (Buteo insularum), cernícalo (Falco tinnunculus dacotiae), lechuza (Tyto alba alba) o alcaudón real (Lanius excubitor) entre otras. Los reptiles cuentan también con una buena representación en la zona, pudiendo observar: lagarto de Gran Canaria (Gallotia simoyi sthelinii), perenquén (Tarantola boettegeri), lisa de Gran Canaria o lagartija (Chalcides sexlineatus). Los mamíferos salvajes se reducen a los siguientes taxones: conejo (Oryctolagus cuniculus), ratón de campo (), rata (Rattus rattus), erizo moruno (Atelerix algirus). Los anfibios se distribuyen en los numerosos charcos que se forman en los cauces de barranco tras las lluvias, o bien en los depósitos artificiales creados por el hombre para almacenar agua como los estanques o presas. En esta caso citamos el ejemplo de la rana común (Rana perezi).

CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA

El BIC de Las Fortalezas se encuentra dentro de un contexto geográfico e histórico, que podríamos denominar como la comarca histórica de la Caldera de Tirajana. Lo que sucede en la Caldera repercute en el yacimiento arqueológico y viceversa. En este sentido, la riqueza arqueológica del entorno que rodea a La Fortaleza es enorme, así como el registro etnográfico y arquitectónico documentado. Esto se debe entender como una muestra de la intensidad de ocupación de esta zona. Dentro de este contexto histórico debemos destacar, si bien reposicionada en el espacio, el capítulo de Ansite, el lugar donde se produce la rendición de los aborígenes el 29 de abril de 1483. A pesar de los esfuerzos realizados, tanto a través de trabajos de documentación histórica como arqueológica (y su difusión) se sigue vinculando el nombre de Ansite con el topónimo de La Fortaleza. Esto se debe al “trabajo” desarrollado por D. Vicente Sánchez Araña, entre los años 60 y 90, convirtiendo dicha fecha (29 de abril) en la celebración insular de la isla (San Pedro Mártir). Esta relación implicó la celebración de actos en el lugar, desde la mitad de los años 60, forjando una relación (casi) indisoluble. Uno de los textos históricos en los que se apoyó esta polémica, y que con más detalle describe este episodio histórico, es proporcionado por Tomás Marín de Cubas [2]​, sin embargo, este mismo texto, fue utilizado por el investigador D. Santiago Cazorla León, [3]​ para defender la ubicación de Ansite, en el barrio de Los Sitios.

"...Saviendo que el enemigo estaba en Tirajana, y sus terminos recojio Pedro de Vera poco menos de mil hombres con algunos gomeros, que llevo, hizo envarcar algunas compañias por mar llevando lo mas estorvoso, y lo grueso de la gente llevo por tierra, invio espias delante y salimos de Galdar dia de Santa Engracia por abril año 1477 miercoles 16 descubrimos por el camino el alto risco de Bentaiga que ia no tenia gente tenia arboles en su llanada una palma y un mui alto pino, y dicese tienen alli un buen charco de agua citio inhavitable por el mucho yelo y frío. Desembarco la demas gente en el puerto Tazartico con silencio por los canarios, que huvo aviso estaban fortificados en una fortaleza llamada Ancite cerca de Tirajana, que hoy llaman El Citio, divisabanse otros riscos con mas gente llamados / Veneguera Mogan, y antes de sitiar el Peñon de Ancite se mando a acometer otras fuerzas y pregono fuesen todos pasados a cuchillo quando por bien no quisiesen darse a el rey de Castilla. Ynvio Pedro de Vera a su hijo Rodrigo de Vera con tres compañias, y con Guadartheme a un risco peinado altissimo llamado Titana, que tenia la suvida por una montaña agria, y de malos pasos por onde de improviso la ganaron los xristianos la entrada quedando de guarda veinte arcabuseros, no juzgando los canarios el modo de serles tomados los passos, onde mataron a veinte y cinco canarios y los demas pidieron la ovediencia con muchas familias que hisieron vajar ante Pedro de Vera, y amigablemente fueron perdonados, y tratados traheron grandes cantidades de bastimentos, gofio, cevada, cecinas, cabras, manteca, higos pasados, datiles, y otras cosas de su uso; mandaronles que se fuesen a havitar a Galdar, o a sus territorios como de antes. Luego que estos canarios salieron de Titana a el mismo punto otros desmandados la ocuparon llenandola como hormigas, con mas fiereza que los primeros; mandaron se fue a sitiar a otra llamada Fataga onde estaba el rey Tazarte con la gente mas feroz, y atrevida en aquella tierra aspera y mui agria, inviose adelante a Guadartheme para que les avisase del peligro en que todos los canarios estaban de morir a cuchillo no reduciendose por bien, fue por dos partes a un tiempo cogidas las entradas, y salidas con increible presteza, y valor que los canarios se hallaron suspensos, y aturdidos, hallo Guadartheme a un tio suio que era faisage o consejero a quien asento bien la propuesta de predonar a los canarios, mando Pedro de Vera que vajasen todos avajo sin armas, y el feroz Tazarte no queriendo reducirse, ni poder pelear por estar ia citiados se llego a la punta mas empinada del risco y cruzando los brazos al pecho dixo dos vezes mui alto a tiz Tirma, a tiz Tirma, y dio una vuelta en el aire, y se desrrisco de aquella eminencia. Vajo el faisage viejo hermano de la reyna de Galdar muger de Guanache ia difuntos; y despues fue xristiano y tubo el nombre del padrino Juan Delgado, fueron todos perdonados, y mandados a sus citios a coger sus sementeras de que iban muy gustosos. Llegamos a otra fortaleza mui larga y aspera llamada Gitagana, y por no detenernos paso el exercito a dar vista a Ancite lunes 28 de abril; esta era la ultima onde estaba la fuerza de la ysla con el Tazartico reyezuelo de Telde, y la reyna Arminda, tenian propuesto todos primero morir, que entregarse: y bien de mañana se hizo esquadronar en tres partes el exercito de a 300 hombres, y las espias hallaron dos faciles suvideros; se pregono la guerra fuese a sangre sin perdonar a vida por estar aqui los culpados en la muerte de Muxica y sus viscainos aqui se reconosio havia de costar / triunfo la victoria por la reveldia de los canarios, que havian respondido a todo, mas Guadartheme se fue a Pedro de Vera, con el semblante tristissimo casi llorando por el por el desastrago fin que se les esperaba con su sobrina alcanso de ir primero a hablarla, y a ver si podia reducir a algunos. Cogidas ia las entradas con buena guarda de gente, se fue a ellos Guadartheme, a el reconoserle alsaron todos a un tiempo niños, hombres, y mugeres los gritos, y voceria que resono que aquellos barrancos casi media legua: fue grande la alegria que de su vista tuvieron, hablo a su sobrina, y prima, que fue reducida con todos los canarios, y canarias, y todas las familias, que se les llegaron de aquel territorio, menos Tazartico y un faisage biejo de Telde, que ambos se derriscaron llegandose el muchacho a el viejo le cojio de un brazo, y diciendo a tiz Tirma, a tiz Tirma, de un salto vajaron hechos pedasos. Vajaron el peñon de Ancite todos los nobles canarios de cavello largo y rubio sin armas acompañados con Guadartheme rendidos ante Pedro de Vera dando la obediencia a el rey de Castilla en su nombre y de la señora unica heredera de toda la tierra hija unica de matrimonio del legitimo y verdadero señor Guanache Semidan, tio de Guadartheme, y de otros gaires, y faisages, que ellos daban su palabra de llevarla a entregar al Real de Las Palmas [en] cojiendo sus panes, que seria despues de San Juan. Mucho insto Pedro de Vera que viniese luego, mas llevose en rehenes consigo 160 canarios los mas esforsados que asistiesen con Guadartheme y se fuesen a vivir a Galdar, diose fin a la conquista martes a las dies horas del dia 29 de abril, de San Pedro Martir año de 1477 en Ancite junto a Tirajana onde hoy llaman El Citio por memoria..."

La localización de Ansite a uno u otro lado del Barranco de Tirajana conllevó una disputa abierta entre los ayuntamientos de Santa Lucia de Tirajana y San Bartolomé de Tirajana, que trataban de atraer hacia sus respectivos territorios municipales el lugar, para de ese modo incluir el emblema de La Fortaleza en sus respectivos escudos. La solución se plantea cuando la Real Academia de la Historia emite un informe, el 17 de mayo de 1974, donde posibilita que La Fortaleza y Ansite sean la misma figura histórica. De las conclusiones de este trabajo se establecen que Santa Lucía podrá presentar en su escudo el lema de Ansite. Estos hechos, demuestran, cómo estos hechos han afectado no solo en la realidad histórica del lugar, sino en su propia percepción. Sin embargo, a poco que revisamos la documentación histórica, percibimos como el lugar, tras su ocupación indígena, se coloniza y utiliza por la nueva sociedad. La primera referencia histórica es de 1520 como tierras de cultivo de cereal [4]​, y posteriormente, por ser solicitada, por un carpintero, Francisco Hernández en 1555 [5]

“(…) en la comarca de Tirahana donde el avita a donde dizen La Fortaleza tengo puestas cierta cantidad de colmenas y es lugar dispuesto para colmenar porque es sin perjuicio de ningunas personas”.

El yacimiento y su entorno pasa de mano en mano, sin que en apariencia haya una nueva utilización del espacio. En el año de 1891 René Verneau [6]​ da cuenta de su visita a la Fortaleza Grande y La Fortaleza Chica, aportando la siguiente descripción:

“Están llenas de cuevas que estuvieron antiguamente habitadas, y en la cima de la mayor todavía se ven dos altares de sacrificio. Exploré la mayor parte de las cuevas y me suministraron una serie de objetos interesantes”.

Como fruto de esta expedición, el antropólogo francés recuperó del interior de una cueva, en un nicho u hornacina, un fragmento y un ídolo entero de una cueva de La Fortaleza. Dos años después en 1893 Millares Torres [7]​ hace referencia a multitud de cuevas que:

"...se suponen estuvieron habitadas por los Faisanes, encargados de recibir las ofrendas expiatorias. El lugar consagrado especialmente a este uso parece haber sido una concavidad en figura de brasero, abierto en piedra de tres a cuatro metros de diámetro, que se eleva en los más alto de una de las estribaciones de la montaña...” 

En el año 1899 Chil y Naranjo, en el marco de las actividades realizadas al auspicio del Museo Canario, nos habla de una expedición realizada en 1886 y en la que localizaron cuevas sepulcrales y un almogarén. Será Víctor Grau-Bassas, quien como conservador de El Museo Canario realice una la más valiosa descripción del yacimiento incorporando, además, algún dibujo. Dada la importancia de la mencionada referencia para la comprensión actual del conjunto de Las Fortalezas y de algunos de sus elementos más característicos, la reproducimos con integridad a continuación [8]

“Almogarén de Santa Lucía”. editar

Hacia el SE del pueblo de Santa Lucía sobre el barranco de Tirajana y en la vertiente izquierda existe un almogaren en una montaña que llaman la Fortaleza. Es un cuchillo de roca basáltica que la formó una de las erupciones más modernas del volcán de Tirajana. Tendrá una longitud de 800 metros, una altura de 250, calculándose en 100 la parte erizada que es la que aparece en el croquis. Un túnel recto y perfecto lo atraviesa de un lado al otro. En este almogaren hay que examinar cuatro partes: el túnel, la subida, las cuevas y los braseros. El túnel lo considero obra de la naturaleza, pues los canarios no poseían herramientas para abrirlo, ni tenían motivos para ello, pero sí creo que fuese perfeccionado pues es completamente recto y su bóveda de arco, igual en toda su extensión. Mide: de largo 30 metros, 8 metros de alto en toda su longitud, 8 de ancho en la boca del naciente y 9 en la del poniente. El suelo es igual, solo que está lleno de piedras de diversa naturaleza, vestigios de paredes que allí existían, a lo largo del túnel adosado al muro existe una pared por cada lado destruida en parte, y en parte reconstruida modernamente con piedras y barro pero muy toscamente. Por la puerta de naciente hay dos rampas, una grande de 9 metros de ancho, formada con una pared bien construida que se originó al SE y otra rampa también pero de solo un metro en sentido opuesto. La puerta de poniente termina en una explanada de 8 metros de largo por cinco de ancho, sostenida por una pared bien construida. De ella parte uno de los caminos que conducen a lo alto de la montaña. Caminos: los que conducen de lo bajo a lo alto de este almogaren pasando por la cueva, son varios y se observan solo por el lado de poniente. Están hábilmente trazados, si bien están muy destruidos; demuestran que se subía fácilmente a lo alto, operación que hoy es bastante arriesgada. El croquis demuestra con claridad su construcción. Los constructores se iban ayudando de la configuración, poniendo piedras y paredes allí donde la roca era deficiente. Este sistema de camino lo he observado, aunque en vestigios, en las cuevas más inaccesibles, de modo que hacían fácil el acceso a sitios que hoy nos son completamente inaccesibles. Las cuevas parecen ser de vivienda pero de gente destinada a funcionar en aquellos sitios, pues se observan muchas comunicaciones, ocultas, teas quemadas clavadas en las grietas, vestigios de fuego en el suelo y bastantes huesos de cabritos. En una de éstas se encontró un punzón o aguja de hueso y una piedra pulimentada, con bastantes fragmentos de vasijas de barro. En una de las cuevas extremas, que fue destinada a depósito de cadáveres, existen muchos huesos y cráneos, de los cuales tomo dos. En todas estas cuevas se encuentran pedazos de vasijas de barro, pero no se ha podido dar con ninguna entera, perteneciendo los fragmentos a distintas vasijas. Yo me inclino a creer que estas vasijas fueron rotas expresamente cuando venían a traer ofrendas. Los braseros son dos -uno dudoso, otro está bien definido-. Es la construcción canaria mejor que hasta ahora he podido ver. El ajuste de las piedras supone un trabajo de paciencia muy grande. Es ovalado - 3 metros por 4 metros aproximadamente-. Aun cuando digo brasero, no es que haya hallado vestigios de fuego en él; pero dada la figura y los usos canarios no se me ocurre otra explicación.

Como se percibe, ni se habla de paredes defensivas, ni hay ninguna referencia a la posibilidad de que aquel lugar sea Ansite. Ya en el año 1954 el Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas Sebastián Jiménez Sánchez, acomete algunos trabajos en este lugar. Según este autor, en la zona colindante a la vaguada de María Antonia se encuentran cuevas funerarias donde recogieron:

múltiples restos humanos, algunos de ellos quemados por la acción de bálsamos y resinas empleados en la preparación de las momias.

Este mismo autor citaba [9]​ la existencia de:

casas de piedra suelta, de planta cruciforme oval y cuadrada; almogaren o santuario formado por cazoletas labradas en la roca; tagoror o lugar de asambleas o reuniones, baladero, cuevas viviendas; cuevas funerarias, silos y otros cubículos y recintos de usos diversos; asimismo múltiples fragmentos de cerámicas neolíticas aborigen canaria, objetos prehispánicos varios, como figurillas de barro y piedra pintaderas, vasijas de barro, morteros pétreos, hachas basálticas, etc.

Debemos destacar la amistad existente entre el comisario Jiménez Sánchez y Sánchez Araña, permitiendo el primero la creación de una colección, inicialmente ilegal, que tuvo que legalizar posteriormente, y que pudieron acelerar la destitución de su cargo del propio comisario de excavaciones D. Sebastián Jiménez Sánchez. Ya en el año 1988 se realiza la Campaña de Prospección en la Caldera de Tirajana bajo la dirección de Rosa Schlueter Caballero y que realizó el Gabinete Técnico de Arqueología Canarias S.A.L. en cuyo inventario se integra La Fortaleza bajo la denominación de La Fortaleza de Ansite. En el verano de 1990 se lleva a cabo la primera intervención arqueológica propiamente dicha en La Fortaleza, desarrollada en la base norte del risco, en el entorno del denominado altar, y dirigida por Rosa Schlueter Caballero. Dicha intervención dio como resultado la localización de una estructura (hoy denominada “casa de Rosa Schlueter” en honor a su excavadora), que según le contó el propio Sánchez Araña, había sido excavada con anterioridad, aunque no se tenía constancia documental al respecto. Así, se comprobó que el yacimiento lejos de restringirse al ámbito del roque, puede extenderse al noroeste, hacia la zona llana inmediata a La Fortaleza, conformado por estructuras de piedra en superficie. Con posterioridad a estos trabajos, la citada investigadora Rosa Schlueter encabezó otros proyectos, tales como el levantamiento topográfico ejecutado en el año 2001, o el calco de los grabados rupestres presentes en el entorno de la cima de La Fortaleza Grande, descubiertos años atrás por Juan Carlos Domínguez.

HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA editar

Los trabajos arqueológicos en el BIC de Las Fortalezas han sido intermitentes en el tiempo. Sin embargo, desde el año 2008, los trabajos se han consolidado, tanto a nivel de intervenciones arqueológicas, como de estudios. Todo ello con una repercusión inmediata en las tareas de difusión y divulgación posterior. Se debe destacar que los trabajos realizados solo han aumentado el valor y el significado histórico del lugar, alejándonos cada vez más de la idea romántica a la que se le vinculaba. La importancia de este lugar viene dada por diversos factores: - Concentración de una amplia variabilidad de manifestaciones arqueológicas en un ámbito reducido. Así, dentro del extenso repertorio de unidades identificadas en el mencionado conjunto, distinguimos manifestaciones que hacen referencia a las actividades de subsistencia, elementos relacionados con las prácticas funerarias y áreas, cuya especial configuración, sugiere una relación con prácticas vinculadas al mundo simbólico. - Variabilidad de manifestaciones arqueológicas en lo referente a los conjuntos de hábitat. Así, por ejemplo, se constata tanto los elementos de hábitat basados en el aprovechamiento de las cuevas como aquellos que se disponen en estructuras de piedra. - Las manifestaciones relacionadas con las actividades de subsistencia se complementan con una nutrida representación de espacios identificados como graneros o áreas de almacenamiento. - Se registran tipologías de estructuras que escapan a las caracterizaciones realizadas habitualmente para la isla de Gran Canaria, tanto por su morfología constructiva como por la especial distribución y ubicación de las mismas dentro de los roques. - El estado de conservación de ciertos espacios el idóneo. Así, graneros, las estructuras situadas en la cima tanto de La Fortaleza Grande como de La Fortaleza de Abajo, o las casas de la ladera oeste de La Fortaleza Grande presentan un muy buen estado de conservación. - Las dataciones realizadas en la actualidad nos muestran una ocupación prolongada en el tiempo. Se inicia en los albores del siglo V, perdurando hasta el siglo XV. Además, dentro de esta secuencia cronológica se perciben cambios y dinámicas no lineales, tal y como se están proponiendo también para la isla de Gran Canaria. Como muestra de lo anterior, y de forma esquematizada, los trabajos de prospección realizadas concluyen que el BIC de La Fortalezas dispone de un total de 80 cuevas distribuidas entre los tres roques, aunque hay que decir que se han unificado algunas unidades por su proximidad o por formar grupos homogéneos, posiblemente destinados a una finalidad concreta como la de granero, por lo que el número real de cavidades existentes es superior al que figura en el inventario. Por otro lado, se ha conseguido individualizar un total de una veintena de estructuras de piedra, a las que hay que añadir los numerosos muros de delimitación existentes, además de los destinados a la habilitación de pasos y caminos, localizados en el roque de La Fortaleza Grande. A lo anterior hay que añadir la presencia, en la cima del espacio anteriormente mencionado, de varios paneles de grabados rupestres en los que se recogen motivos antropomorfos, así como signos líbico bereber.

LA FORTALEZA CHICA editar

Cuevas editar

El número de cuevas registrado en este cuchillo, localizado al norte de La Fortaleza Grande es relativamente reducido, hecho que se explica, en primer lugar, debido a las menores dimensiones de La Fortaleza Chica, pues proporciona un número de ambientes más reducido para la existencia de cuevas naturales. En concreto se registraron un total de 20 cavidades frente a las 49 descritas en La Fortaleza Grande. Otro de los elementos a destacar en La Fortaleza Chica es la relativa abundancia de solapones y cuevas funerarias en comparación con la anterior. Así observamos como en 8 de las unidades descritas se evidencia la presencia de restos humanos, que estarían indicando un uso sepulcral de las mismas. Si bien, hay que decir que prácticamente todos estos contextos se encuentran alterados, algunos de forma muy profunda, siendo la mayor parte cuevas de reducidas dimensiones. Destaca por el gran número de cuevas funerarias, identificándose este espacio como el gran cementerio de Las Fortalezas. Se han estudiado diversos restos humanos obtenidos de las cuevas citadas. El registro datado ubica la utilización de estas cuevas entre los siglos VII y XIII.

Monumentos funerarios editar

Vinculado a este espacio, nos encontramos con una serie de construcciones que se ubican en la vertiente este de La Fortaleza Chica. Cuatro de ellas han sido excavados de forma reciente, existiendo otras dos de factura similar en la zona. Si bien estructuralmente parecían túmulos funerarios, tras su excavación se pudo comprobar que el interior de las estructuras no contenía restos humanos. Al encontrarse dentro de los márgenes de lo que fue la necrópolis del poblado, La Fortaleza Chica, y dada su semejanza con elementos arqueológicos similares documentados en la isla, se han interpretado como monumentos funerarios. El término «monumento» viene del latín manera, que significa ‘recordar’ o ‘hacer pensar’. De hecho se cree que, precisamente, esa es su función: la de recordarnos el pasado en el presente, trayéndolo de vuelta. Su carácter monumental y la forma de trabajar la piedra, también coincide con el hábitat en superficie de La Fortaleza Grande, pues en ambos casos se pudieron documentar restos de talla, fruto del desbastado in situ de las piedras para convertirlas en material constructivo.

Cronología editar

Las dataciones que se han obtenido de este espacio apuntan que estas estructuras pudieron ser construidas entre los siglos XIV y XV.

LA FORTALEZA DE ABAJO editar

Cuevas editar

El roque de La Fortaleza de Abajo se encuentra alejado del núcleo que forman La Fortaleza Grande y La Fortaleza Chica, al estar separado por el curso del barranco de Mariquita Antonia o de La Fortaleza. Esta diferenciación geográfica se observa también en el registro arqueológico presente en este entorno. En el caso de las cuevas destaca un número considerablemente menor que el documentado en los enclaves anteriormente descritos. En total se han inventariado 8 cuevas en este espacio. Entre las unidades inventariadas, el uso predominante que se ha podido constatar es el habitacional, tanto por su morfología como por el material arqueológico presente.

Estructuras de piedra editar

Se ha constatado la existencia en la cima de este lugar de cuatro construcciones de piedra seca. La parte superior del roque se configura como una plataforma llana que la convierte en una especie de meseta, a priori, un entorno favorable para el establecimiento de este tipo de elementos. Si bien, hay que tener en cuenta que dicho factor favorable desaparece al sopesar lo dificultoso del acceso a este entorno. A la mencionada plataforma sólo se puede acceder a través de un único paso localizado al este, el cual es poco practicable, ya que, además de angosto, discurre en buena parte por un recorrido casi vertical, por el que es necesario que trepar en algunos tramos. Esta peculiaridad confiere a la zona alta del lugar, un carácter fortificado que hay que tener en cuenta a la hora de buscar una posible explicación a la concentración de estructuras presentes en ese entorno. La interpretación de la finalidad de dichas estructuras es compleja. Por un lado, contrasta la escasa densidad de cuevas en la ocupación del entorno inmediato. Por otro lado, la relativa abundancia de estructuras de piedra parece indicar que existía un cierto interés en dotar a este contexto de un uso relativamente habitual. Sin embargo, la tipología constructiva de las estructuras se escapa de las que habitualmente hemos utilizado para describir aquellas construcciones a las que se ha adjudicado la función de hábitat, pareciendo corresponder más a una funcionalidad simbólica, como en el caso de las localizadas en la cima de La Fortaleza Grande. Las semejanzas de las morfologías de las estructuras de uno y otro lado, permite plantear, también cierta correlación cronológica. A lo anterior hay que unir la especial configuración del espacio en el que se ubican, que como hemos comentado tiene un marcado carácter, si no de fortificado, al menos de difícil acceso, debido a los condicionantes naturales. Estas condiciones, unidas a la privilegiada situación geográfica del sitio, con una gran visibilidad, parecen apoyar también una interpretación de estas construcciones alejada de la función doméstica. No obstante, la escasez de trabajos arqueológicos en el espacio implica que debamos movernos en el terreno de la hipótesis.

LA FORTALEZA GRANDE editar

Este espacio es el que concentra el mayor número de manifestaciones arqueológicas, así como de intervenciones realizadas. Los trabajos realizados estos años han permitido generar una interpretación histórica del espacio, generando una narrativa exclusiva de este espacio 11. Este discurso propio, junto a su relativa accesibilidad, así como la posibilidad de acotación, son entre otros, los motivos para centrar en este espacio su gestión como parque arqueológico.

Cuevas editar

La Fortaleza grande destaca por el gran número de cuevas que se abren a ambas vertientes, habiéndose inventariado 51 unidades. Consideramos que la práctica totalidad de las mismas son de origen natural dados los condicionantes geomorfológicos del lugar, si bien podemos asegurar que en algunas de ellas se haya efectuado un proceso de retoque artificial, tanto en el agrandamiento de las dimensiones interiores, como en el acondicionamiento de los accesos y en la creación de habitáculos secundarios. La distribución de las cuevas en este farallón rocoso sigue el orden lógico creado por la disposición de la crestería, es decir, con una vertiente orientada al naciente y otra orientada al poniente, localizándose las cuevas en los andenes que se distribuyen a ambos lados. Si bien el número de cavidades es uniforme tanto en la vertiente oeste como en el este, será esta última la que destaque por la variedad de tipologías. Asimismo, es en ésta donde se localizan las unidades de mayores dimensiones. Uno de los elementos más destacados del registro arqueológico de La Fortaleza Grande es la variabilidad tipológica y funcional, hecho comúnmente registrado en los grandes poblados de cuevas pertenecientes al pasado prehispánico insular. Existen: unidades que presentan las características comunes de los espacios dedicados al hábitat, hecho observable en su morfología y en los restos arqueológicos documentados (aunque sean escasos); unidades relacionadas directamente con las anteriores, con una función vinculada al almacenamiento, es los que tradicionalmente se ha venido denominado graneros, al atribuírsele la función principal de poner a buen recaudo los productos vegetales cultivados y recolectados; y, aunque su número parezca sensiblemente inferior a las tipologías comentadas anteriormente, cuevas relacionadas con el mundo funerario, que parecen ocupar un lugar secundario en cuanto a la distribución funcional que se aprecia en este entorno. De este modo, parece que las cavidades con mejores aptitudes se reservan para usos relacionados con la subsistencia de los vivos. Así mismo, su representatividad para el estudio de las poblaciones que allí han sido depositadas, se ha visto tremendamente mermada por las continuadas sacas de material a las que se han visto sometidas las cuevas sepulcrales, proceso que se ha desarrollado ininterrumpidamente desde los tiempos de René Verneau. La cara este de La Fortaleza Grande es más abrupta que la oeste, ya que la misma es, en su mayor parte, un cantil cortado que reduce considerablemente la existencia cavidades practicables. Sin embargo, estas difíciles condiciones orográficas no impiden que se localicen algunos ejemplos de cuevas de grandes dimensiones, especialmente relevantes por la apreciación que se hace en ellas de diversas funcionalidades. Sin duda, la cavidad más destacable visualmente, y la más conocida por todo aquel que se ha acercado a este lugar, es el conocido como “el túnel”, que, con una longitud que supera los 30 m. de largo y 10 m. de ancho, atraviesa de parte a parte la crestería que conforma La Fortaleza Grande. El interior destaca por los muros que flanquean los laterales, así como las acumulaciones de piedra que ocupan el espacio central de la gran cueva. Ya a finales del siglo XIX hace mención a este lugar Víctor Grau-Basas, dedicándole un amplio apartado en su descripción de La Fortaleza. En el mismo documento cita que:

el suelo está lleno de piedras de diversa naturaleza, vestigio de paredes que allí existían, a lo largo del túnel adosado al muro existe una pared por cada lado destruida en parte, y en parte reconstruida modernamente con piedras y barro.

Esta descripción nos indica que si bien parece evidenciarse un retoque reciente en las estructuras presentes en el interior del túnel, la existencia de una gran acumulación de piedras en el interior, así como los muros laterales, son parte original de la conformación de esta peculiar gruta.

Estructuras de piedra en la cima editar

La Fortaleza Grande presenta una enorme riqueza en lo referente a la presencia de construcciones de piedra seca, no solo en el propio espacio físico que ocupa la elevación, sino también en la ladera y el llano que se dispone al norte de la misma. A partir del túnel descrito anteriormente, comienza el camino de acceso hacia la cima. Es apreciable la existencia de pasos acondicionados, así como plataformas y muros que regulan el paso, y a su vez convierten la parte superior en un recinto delimitado, cuyo único acceso se realiza a través de una escalinata que es flanqueada por una especie de torreón pétreo de grandes dimensiones. En dicha plataforma se localizan cuatro estructuras de piedra de tendencia circular. Estas estructuras, presentan accesos orientados al poniente. Grau-Basas, que las denominó como braseros, parece hacer mención especial a una de ellas diciendo que:

Es la construcción canaria mejor que hasta ahora he podido ver. El ajuste de las piedras supone un trabajo de paciencia muy grande.

La específica disposición de estas estructuras, las peculiares características morfológicas de las mismas, y los datos obtenidos en las diferentes intervenciones arqueológicas defienden un uso ritual de este espacio. Estaríamos ante un santuario, que parece empieza a funcionar entre a finales del siglo VII y que está en vigor hasta el siglo XIII.

Estructuras de piedra en la base editar

El entorno que queda al pie norte de La Fortaleza Grande ha sido profusamente afectado por la acción antrópica, en concreto, al ser terrenos relativamente llanos y muy favorables para las prácticas agrícolas, se encuentran muy transformados para este fin, si bien en la actualidad todas estas actividades se encuentran en desuso. A este proceso de reutilización histórica hay que añadirle el impacto que supuso la instalación del denominado “altar” y graderío a instancias de Vicente Sánchez Araña, con el fin de realizar celebraciones vinculadas a la fecha conmemorativa del final de la Conquista de Gran Canaria. A pesar de estos factores, en este sector todavía se localizan abundantes testimonios de construcciones de piedra, que son la evidencia de lo que a buen seguro fue un conjunto estructural de mayores dimensiones desaparecido a causa de las roturaciones agrícolas. En el inventario realizado en el año 2008 se contabilizaron un total de 7 estructuras. A día de hoy (2023), el número de estructuras claramente documentadas en la zona asciende 14, pero intuimos que el número total es seguramente superior, ya que en la ladera abancalada situada tras el altar se observan indicios que indicarían la presencia de otras construcciones que permanecerían sepultadas por las terrazas de cultivo, o bien, integradas en sus muros. Por tanto, el área de La Fortaleza se erige como uno de los espacios más sobresalientes de este yacimiento, ocupando, además, una extensión de unos 2.500 metros cuadrados. Los trabajos arqueológicos han permitido rescatar un poblado mucho más complejo de lo esperado inicialmente. Nos hallamos ante un caserío compuesto por, al menos, tres calles, que se distribuyen siguiendo la pendiente natural de la ladera, con pequeños pasos toscamente empedrados que unen las distintas vías de paso. El poblado presenta también, como característica, cierto abigarramiento de las construcciones, condicionando el paso y, por lo tanto, la creación de los caminos. Esta condición permite elucubrar que, en el momento actual y teniendo en cuenta la posición de los caminos documentados y las arquitecturas existentes, es más que probable que existan aún muchas estructuras indígenas por documentar. En este momento (2023), se contabilizan algo más de una docena de estructuras, a las que debemos sumar las que se encuentran bajo de las piedras. Estas acumulaciones parecen provenir de las limpiezas de los campos para facilitar sus cultivos. De hecho, algunas zonas de este espacio se transformaron en improvisados bancales, quedando muchas piedras marcadas por el paso de la reja del arado. En 1990 se llevó a cabo la primera intervención arqueológica dirigida por Rosa Schlueter Caballero, en la que se constató la presencia de una estructura de tendencia globular situada tras el denominado altar. En dicha intervención se exhumó parcialmente una escalinata de acceso. La mencionada investigadora interpreta el hallazgo como parte de un conjunto de amplias dimensiones que se encontraría sepultado por los elementos añadidos por iniciativa de Sánchez Araña. Entre el año 2018 y la actualidad, se terminó de excavar dicha estructura que fue bautizada con el nombre de “Casa de Rosa Schlueter” en honor de su excavadora. En esta pudo documentarse dos arquitecturas que en su momento final conformaron una sola pieza. Esto se desprende de las recientes interpretaciones de hibridación de estructuras cruciformes y estructuras circulares, presentes en el yacimiento de forma previa. La estructura pudo ser datada entre los siglos XIII y XV. Junto a esta se ha excavado otra arquitectura de forma parcial, mientras que en los otros lugares intervenidos, solo se retiraron las acumulaciones y vertidos de piedra que ocultaban las estructuras, permitiendo, así, mejorar su comprensión. Las casas descubiertas se aglutinan en lo que sería la calle más baja en cota. Todas ellas se encuentran parcialmente enterradas en la ladera, mientras que la fachada estaría totalmente exenta. Este modelo se repite en otros poblados de la isla. Las morfologías documentadas no se corresponden todas con estereotipo de «casa cruciforme», es decir, una estructura en forma de cruz griega, donde a partir de una entrada se organizan dos pequeñas estancias laterales, con tamaños aparentemente estandarizados, de aproximadamente dos metros de largo y de ancho, denominadas alcobas, y una habitación central de tamaño más variable, que suele presentar un hogar central. Este modelo, si bien se puede considerarse como generalizado, no es exclusivo. Este hecho se confirma con la documentación de otros tipos de construcciones tales como casas con una sala alcoba, algunas de tendencia circular, o estructuras complejas formadas por la agregación de arquitecturas morfológicamente diferentes, quizás, como señal de momentos diferentes de edificación.

Grabados Rupestres editar

En un escalón situado en un nivel inmediatamente inferior a la plataforma donde se localiza el santuario de la cima, se ubican varios paneles donde se registran varios grabados de tipología antropomorfa. Dichos grabados se disponen aprovechando la presencia de varios farallones rocosos que presentan amplias superficies planas, óptimas para la plasmación de este tipo de manifestaciones. Los grabados se vinculan al camino de ascenso, por lo que se interpreta su presencia como una parte más de los rituales que se realizaban en esta parte del yacimiento. Se descarta así, que esas murallas tengan un carácter defensivo, apostándose por su función como obras de acondicionamiento del camino hacia la cima. Los petroglifos, realizados mediante el picado continuo, se localizan relativamente cercanos unos a otros, distribuidos en un intervalo de unos 35 m. Se registran tres áreas con manifestaciones rupestres, que describimos de norte a sur. - Área 1: localizada al pie de un roquete basáltico. En la misma se localizan tres paneles diferenciados, si bien se encuentran a escasa distancia uno de otro (apenas 1 m.), cada uno de ellos se compone de un solo grabado antropormorfo realizado a partir de un piqueteado interior muy claro y ancho, que le hace poseer una morfología rectangular en su tronco. - Área 2: se localizan otros dos paneles de grabados antropomorfos. El ubicado más al norte mide algo más de 20 cm. de altura, presenta los brazos abiertos en cruz. El segundo panel representa una figura que destaca por el reducido tamaño de las extremidades inferiores, además de presentar un apéndice que parte de la cabeza a modo de “melena”. - Área 3: Se compone de una única figura antropomorfa con los brazos abiertos en cruz y tronco con morfología de rectángulo alargado. Destaca por la presencia entre las extremidades de un apéndice que podría representar los atributos sexuales del individuo. En el mismo espacio se localiza un pequeño panel alfabetiforme (líbico-bereber) compuesto por cuatro grafías.

FUENTES: editar

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  1. MORENO BENÍTEZ, M.A. y ÁLVAREZ PÉREZ, J. (2019): “De la negación al olvido de los Riscos de Sagrados de Umiaya. Apuntes para la recuperación de su memoria”, Anuario de Estudios Atlánticos, nº 66, 66-005, pp. 1-31.
  2. Marín de Cubas, T. (1986): Historia de las siete islas de Canaria
  3. CAZORLA LEÓN, S. (1998) «Los Tirajanas de Gran Canaria». Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana
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  9. JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S (1972). Memoria Explicativa de Hitos Históricos en el Término Municipal de Santa Lucía de Tirajana