Usuario:PabloEscudero7/Zona de pruebas

Estrés laboral

Según los datos de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el trabajo, en el año 2009 se estimaba una pérdida de 1.250 millones de días de trabajo anuales debidos a problemas de salud relacionados con el trabajo [1]​. Por su parte, el Consejo de Seguridad de Estados Unidos, cifra dicha pérdida en 183 billones de dólares anuales en 2010 [1]​, lo que conlleva que cada trabajador debe incrementar su productividad una media de 1.300 dólares para que se pueda suplir dicho déficit [1]​.

Estos factores, asociados a malas condiciones de trabajo, obstaculizan la integración y el desarrollo del individuo, lo cual lleva a que muchos profesionales experimenten frustración y un alto nivel de tensión emocional, que conlleva un aumento de los niveles de estrés laboral y de desgaste profesional. En una reciente investigación llevada a cabo en más de 2.000 trabajadores[1]​, de diversos sectores tanto públicos como privados, se observó que el 41% informaba de altos niveles de estrés laboral. Dos de cada tres indicaban sentir un aumento significativo de sobrecarga de trabajo, y un 36% un menor apoyo por parte de compañeros y supervisores. Además, uno de cada cinco no informaba sobre su alto nivel de estrés y un 48% evitaba tomarse días de baja por enfermedad, por miedo al despido.


Reseña histórica

editar

El concepto de estrés laboral propiamente dicho surge hacia 1930, cuando Hans Selye (1907-1983), un joven estudiante austriaco de la carrera de medicina de la Universidad de Praga observó que todos los enfermos, independientemente de la enfermedad que sufrían, presentaban síntomas comunes y generales. Este joven lo denominó “síndrome de estar enfermo” o “síndrome general de adaptación”. el cual es conocido al día de hoy como estrés.

Conceptualizaciones

editar

Selye definió el estrés como

"Una respuesta del organismo ante la percepción de una amenaza caracterizada por una fase de alarma, -donde el organismo se prepara para dar una respuesta-, una fase de resistencia, -donde aparecen los cambios específicos que permitirá enfrentarnos a la situación-, y una fase de agotamiento, -donde se produce un progresivo desgaste de la energía utilizada para hacer frente a la amenaza. Cuando dicha percepción de amenaza se encuentra relacionada con la organización y la gestión del trabajo hablamos entonces de estrés laboral"

[1]​.

El estrés laboral, según la Comisión Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo se define como "las nocivas reacciones físicas y emocionales que ocurren cuando las exigencias del trabajo no igualan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador"[1]​. En general, y atendiendo al modelo de Karasek y de Karasek y Theorel, el equilibrio entre la demanda y el nivel de control producirá el grado de estrés en un momento determinado. La ausencia de un proceso de recuperación tras un periodo de estrés continuado, así como la propia naturaleza acumulativa del mismo puede llevar a un estrés crónico. El modelo de estrés laboral de Karasek y Theorell ha sido empleado para predecir la influencia que produce la tensión laboral sobre la salud de los trabajadores, brindando evidencia de la relación que se establece entre los niveles de estrés laboral y la aparición de enfermedades, especialmente de tipo coronaria[2]​ .


Estrés es un término incorporado al español de la voz inglesa stress “tensión provocada por situaciones agobiantes y que originan reacciones psicosomáticas”

Las investigaciones distinguen dos tipos de estrés: el estrés que es beneficioso y positivo para el organismo y el distrés que es perjudicial y negativo.[3]

¿Cómo aparece el síndrome de burnout?

editar

El síndrome de burnout aparece en el individuo como una respuesta al estrés laboral crónico, que surge al trabajar bajo condiciones difíciles, que se caracteriza por un estado de desgaste físico, emocional y cognitivo, y que tiene consecuencias muy negativas para la persona y para la organización.


Factores que producen estrés en el ámbito laboral

editar

Los factores que producen estrés se denominan estresores. El análisis de los mismos, es importante en el proceso de la prevención y control del estrés laboral. Son los estímulos que desencadenan las experiencias de estrés-tensión.[4]​ La sobrecarga de trabajo, la ausencia de descansos, largas horas de trabajo, tareas rutinarias con escaso significado y la no utilización de las habilidades del trabajador son algunas de las características del diseño de la tarea que mayores niveles de estrés generan en el trabajador. Es así, que una persona con elevadas exigencias en el trabajo y bajo poder de decisión en la tarea, tiene grandes posibilidades de desencadenar reacciones psicológicas adversas,tales como fatiga, ansiedad y depresión, así como enfermedades físicas en general[2]​. Factores influyentes son también las condiciones físicas y ergonómicas del puesto como la contaminación acústica o una ventilación e iluminación inadecuadas.

Revisando los desarrollos más actuales que se desmarcan de estas líneas cabe destacar el estudio realizado en 63 países con una muestra de más de 420.000 participantes en los que se observa los niveles de autonomía y de libertad de elección como el factor más consistentemente relacionado con altos niveles de bienestar y menores niveles de estrés laboral y burnout. :Estos datos apoyarían la llamada paradoja Easterlin 18 donde mayores niveles de ingresos y de estado del bienestar no predicen de manera linear los niveles de bienestar, o inversamente proporcional los niveles de estrés, sino más bien que la relación sería curvilínea, por lo que existiría un punto de saturación donde un mayor poder adquisitivo no conllevaría un aumento de los niveles de bienestar. Sin embargo, según este estudio mayores niveles de autonomía y de libertad de elección sí estarían relacionados con un incremento en los niveles de bienestar, y menores niveles de desgaste profesional.

En cuanto a las consecuencias, los procesos de estrés y desgaste profesional se han caracterizado por su impacto global, en la medida en que se observan efectos directos no sólo a nivel individual, sino social y organizacional, siendo la gravedad de las consecuencias significativamente mayores en el caso del burnout.

También se han detectado consecuencias en cuanto al rendimiento laboral inmediato, muchas veces moderado por factores personales como la inteligencia emocional, o la auto-eficacia.

Síntomas

editar

Inicialmente el estrés puede mejorar la actividad del individuo provocando un proceso de incremento de recursos (atención, memoria, activación fisiológica, rendimiento, etc.) que hace aumentar la productividad[5]​. Sin embargo, cuando este proceso de activación es muy intenso o dura mucho tiempo, los recursos se agotan y llega el cansancio, así como la pérdida de rendimiento. Para realizar tareas complejas, o para aumentar la velocidad en tareas simples, se necesita un cierto grado de activación. Sin embargo, un exceso de activación dificulta la realización de dichas actividades. Los síntomas más habituales que produce el estrés laboral son:

  • Decaimiento
  • Cansancio
  • Inseguridad
  • Apatía
  • Dificultad para tomar decisiones
  • Ira contenida.
Pero además, el estrés laboral conlleva otra serie de desarreglos o síntomas físicos como:
  • Taquicardias
  • Dolores de cabeza
  • Dificultades para conciliar el sueño
  • Boca seca y frecuente sudoración
  • Ansiedad
  • Náuseas
  • Dolores musculares

En el caso de las mujeres, desarreglos en la menstruación (amenorrea o dismenorrea). Incremento de la presión arterial. Incremento de los niveles de azúcar en sangre. Si la situación que nos provoca estrés se mantiene en el tiempo, puede convertirse en un problema serio de salud. El estrés laboral también afecta los hábitos alimenticios.

Tratamiento

editar

Ante una situación de estrés, el reposo suele ser el mejor tratamiento. Sin embargo, cuando se mantiene en el tiempo, se debe acudir a la consulta del psicólogo o al médico, para que ayude al sujeto a establecer una serie de pautas y prioridades y, sobre todo, a tratar de cambiar y controlar los factores que desencadenan el estrés. A la hora de tratar el estrés es importante: establecer un horario de comidas y de sueño. Es aconsejable realizar un análisis de sangre para determinar si tiene falta de vitaminas o de hierro. Para conciliar el sueño, si el estrés es muy elevado, es frecuente que el médico recete algún tipo de fármaco que ayude a conciliar el sueño. También es recomendable la realización de actividad física. La utilización de técnicas de relajación ayudará a controlar la ansiedad. En ocasiones, el estrés puede requerir tratamiento a base de tranquilizantes o ansiolíticos.


Notas y Referencias

editar