Un arquetipo es un modelo paradigmático o patrón de comportamiento que muestra cómo se actúa de acuerdo a la naturaleza del entorno y sus factores, siendo una respuesta inconsciente, una manera de funcionar que trasmite su significado por medio de la costumbre o tradición. Se puede decir que los arquetipos cambian con el paso del tiempo, ya que están condicionados a un contexto histórico, político, social. Algunos de los más famosos arquetipos utilizados por la psicología moderna se encuentran en el arte y más específicamente en las obras de teatro griegas, es decir que se crea un modelo de actuación a partir de un personaje mitológico, transformándose en formulas o conjunto de ideas que tienen un fin determinado.

[1]

Carl Gustav Jung establece que este modelo de actuación da las herramientas necesarias para hacer juicios de valor, formular opiniones, y tomar decisiones. Todo esto atribuido a la tesis del Inconsciente Colectivo donde postula que en cada persona existe un lugar donde se queda todo aquello que reprimimos y creemos olvidar. “Los arquetipos aparecen de una forma que por lo general muestra de manera inconfundible el flujo de la elaboración consciente, que juzga y valora” (Jung, 2009), es decir que el contenido del inconsciente colectivo son los arquetipos

[2]


En el mito se presenta a la Gorgona o Medusa, como un monstruo con apariencia de reptil, cabellera conformada de serpientes, alas grandes y doradas, además de sus característicos ojos que con tan solo mirarlos cualquier mortal queda petrificado. Sus orígenes son discutidos por varios mitólogos, algunos exponen que era hija de Porcis y Ceto, deidades marinas, y que junto con sus tres hermanas nacieron con esa forma monstruosa. Pero la versión a la que se apega la crítica arquetípica es la que propone a Medusa como una joven muy bella a quien Poseidón viola y Atenea castiga convirtiéndola en el reptil humanoide que se conoce.

[2]

Esta trama es una parte fundamental en la creación de un arquetipo, es decir que el hecho de que la situación que se plantea tenga un principio, un medio y un fin, dan las herramientas necesarias para la construcción de dicho arquetipo, de manera que se pueda interpretar su actuar bajo preceptos subjetivos de actuación. “La idea de que los mitos son ante todo manifestaciones psíquicas que reflejan la naturaleza del alma” (Jung, 2009), esto quiere decir que el subconsciente por medio de todo aquello que reprimimos y ocultamos se crean criterios para actuar.

[2]

Se trata de una mujer hermosa que sufrió un gran trauma, debido a esto se ha aislado de la sociedad y aparta -petrifica- a todo aquel que se le acerca. Interpretando lo siguiente ¿Se puede decir que Medusa era realmente mala? O ¿Sera su manera de actuar ni buena ni mala, solo de acuerdo a sus experiencias? desmenuzando las características físicas que se dan en el libro Mitología Griega; Dioses y Héroes por Ángel Garibay y se interpretan como metáforas para convertirse en características reales, se puede obtener la siguiente tabla.

Características e interpretación: Cabellera hecha de serpientes: Presencia de varias perspectivas u opiniones respecto a algo, la consideración excesiva de la cosas puede crear estrés y confusión y por ende un criterio difuso de actuación. Dientes de jabalí: Gran imprudencia e incongruencia a la hora de comunicarse, evidentemente existe una dificultad para transmitir un sentir, esta apariencia o dificultad asusta a las demás personas y contribuyen a su aislamiento que influye de manera directa a su manera de desenvolverse en sociedad. Mirada que transforma en piedra: Referente a una actitud fulminante, que aleja y daña a los que tratan de aproximarse, reprimiendo todo sentir y pensar, que termina explotando en forma de ataque. Largas alas doradas: Gran capacidad de retención de información, gran capacidad de observación y cobertura.

[2]

Las características anteriores dan un perfil de una persona retraída socialmente, antipática, observadora, con un pasado tortuoso cuya consecuencia sigue atormentando su existencia. De manera que Medusa no es buena ni mala, solo vive atrapada en una etapa postraumática debido a que esta experiencia cambio su manera de ver el mundo e interactuar con él. En Grecia se refieren a ella como un “monstruo” por qué no se toman en cuenta las circunstancias a las que está expuesta, ya que actúa con base a lo único que ha conocido la crueldad humana y divina, que la ha llevado a perder toda virtud que poseía, convirtiéndola en un ente impulsivo, antisocial y llena de dolor.

“Allí los impulsos auditivos se trasmiten a la conciencia o bien al alma, según sea la actitud del oyente” (Estés, 2000)

[2]

[2]

El arquetipo típico de una mujer dañada es que sea muy vulnerable, muy pasiva y extremadamente tímida, por otro lado Medusa utiliza su trauma como una coraza de hierro que le protege de más daño, se presenta agresivamente desafiando las bases de comportamiento básico y crea una manera de auto protección excesiva, volviéndose una mujer salvaje, indomable que a pesar de sus problemas tiene una autonomía y es capaz de sobreponerse, ateniendo a sus posibilidades, ante el aislamiento y la mísera que le rodean.

[2]

En el mito Medusa es decapitada por Perseo y de su sangre nace Pegaso y Crisaor. Perseo monta a Pegaso y utiliza la cabeza de medusa como arma “La espantosa cabeza lo guía en sus viajes por el mundo y le permite dar muerte a Atlas por su descortesía” (Siebers, 1993). Esto da a entender que la hostilidad y defectos de medusa pueden ser usados como armas contra los demás pero también contra nosotros mismos. El hecho de que Pegaso y Crisaor nacieran de ella, debido a la violación por parte de Poseidón, da las dos perspectivas que vivían dentro de ella, una virtuosa y valerosa y otra creada por una experiencia traumática que funciona como un creador de máscaras para lo que realmente se es.

“Para no verla de frente y transformarse en piedra bajo su mirada, se guió por la imagen de

Medusa reflejada en el escudo. Se acercó a ella y la decapitó de un solo tajo. Un caballo alado brotó de su sangre” (Pacheco, 1990)

[2]

[2]

[2]

¿Pero de qué manera hace una característica fantástica alusión a una característica real? Esto se logra por medio de metáforas o símiles, ya que debido a que este arquetipo nace de la mitología griega cuyas obras tenían como principal objetivo educar a la población y dejar una enseñanza con respecto a los preceptos délficos como se presenta en el libro La sangre de medusa y otros cuentos marginales, “Al centro de la tumba que los sepulta en vida Perseo y Fermín son el mismo hombre y sus historias forman una sola historia” (Pacheco, 1990). Pacheco converge dos historias con un mismo significado, que al final crean un patrón de comportamiento con un fin determinado de acuerdo a las decisiones tomadas y la manera de afrontar las consecuencias.

[2]

Un arquetipo se caracteriza por ser algo automático algo que influye dentro de uno mismo pero sin saberlo, actuando como catalizador o filtro de acción, “El Arquetipo presenta esencialmente un contenido inconsciente, que al conciencializarse y ser percibido cambia de acuerdo con cada conciencia individual que surge” (Jung, 2009), esto quiere decir que cuando Medusa fue decapitada, en un plano real se dio cuenta del contenido de su inconsciente y cambió su manera de actuar con base a la persona que realmente era, dando pie a la virtud y belleza de una criatura como Pegaso.

[2]

Referencias Bibliográficas.

  1. Jung, Carl Gustav (2009). Arquetipos e inconsciente colectivo. Barcelona: Paidós. 
  2. a b c d e f g h i j k l Jung, Carl Gustav (2009). Arquetipos e inconsciente colectivo. Barcelona, España: Paidós.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «libro» está definido varias veces con contenidos diferentes