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Capitalismo gore

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El capitalismo gore es un término propuesto por Sayak Valencia, hace referencia a una nueva interpretación sobre la economía hegemónica y global que permea los espacios geográficos de las fronteras. Compuesta de dos términos ya conocidos, capitalismo y gore, se referencia a aquella violencia ejercida de manera extrema con fines políticos. Regularmente, el término está asociado con el derramamiento de sangre por parte del crimen organizado. Dentro del capitalismo gore, el cuerpo ha sustituido —dentro de la cadena de producción— a la mercancía.

Esta clase de capitalismo ha sido ignorado por los sistemas económicos globales dominantes. Dado que se trata de un sistema que no enmascara sus métodos de dominación, en los que prevalece la violencia contra los cuerpos, es frecuente encontrarlos en territorios fronterizos donde las situaciones de precarización y contacto de dos nacionalidades, propone el ambiente favorable para su desarrollo.

A su vez, el término es considerado parte de campos prohibidos. Es decir, pertenece a los círculos como el mercado negro, la deepweb y el crimen organizado. Por lo que no es común encontrarlo dentro de los libros de economía formal.

Funcionamiento del capitalismo gore

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Esta clase de sistema, entendiéndose como lo propone Valencia, viene de la historia de violencia que permea el siglo XX. Sin embargo, no es hasta la realidad económica del XXI que es posible que el capitalismo gore se desarrolle con plenitud. Pese a que la Historia ha estado llena de eventos violentos, sólo es posible que el siglo XXI se convierta en una realidad gore dado que la violencia resulta un trabajo remunerado económicamente.

«En el capitalismo gore la violencia se utiliza, al mismo tiempo, como una tecnología de control y como un gag que es también un instrumento político. El gag es parte de la tradición humorística y teatral, especialmente circense [...]. La violencia y su espectacularización se erigen como vectores transversales a todos los campos de conocimiento y la acción, constituyéndose como el modelo por antonomasia de interpretación de la actualidad [...]»[1]

Por lo que la violencia como un espectáculo sólo pudo existir a partir de una segregación en las personas. Esta segregación solo puede ser ocasionado por un sistema que los obligue a ser distintos y marcar una línea entre poder e inferioridad: el capitalismo. La diferencia entre primermundistas y tercermundistas radica en una diferencia social, política y económica; en donde, evidentemente, la superioridad ganará a la debilidad de la clase trabajadora. A ambas partes, los productos de la globalización y el flujo de contenido criminal, que se sirve del poder globalizador, llegarán a través de la televisión, el radio, la música y la literatura. Dichos modelos van a legitimar las identidades violentas que surjan de la diferencia radical entre clases sociales.

Posteriormente, la llegada de este contenido no tendrá restricciones dado el neoliberalismo bajo el cual los países de Primer Mundo. El concepto de estado-nación y todos los beneficios que éste traía consigo, terminarán por ser obsoletos para una población que exige la protección contra una violencia irrefrenable ocasionada, paradójicamente, por una globalización que prometía felicidad, ventajas económicas y beneficios individuales. Aunque, hay que considerar que las personas con poder económico sumamente alto, son capaces de transmitir cualquier contenido que ellos deseen, incluso si es uno donde el cuerpo funja como su pancarta promotora.

Mercado-nación

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Ya que la globalización y toda su ideología mercantil domina el aspecto social y político de la escena, el estado-nación termina por ser un sistema obsoleto que no representa ventaja alguna para una sociedad hiperconsumista y que aún cree en los principios de igualdad y de eliminador de barreras que "trae consigo" la globalización. Ante esto, Sayak Valencia hace una intervención interesante en su libro: «Entendemos globalización como la desregulación en todos los ámbitos, acompañada de la debilitación máxima de las mediaciones políticas en beneficio exclusivo de la lógica del mercado. Esto incluye:

  1. Mercado laboral desregulado
  2. Desterritorialización (segmentación internacional y descontextualización del ámbito propio de cada país)
  3. Decodificación de flujos financieros por la aplicación exacerbada de la política neo-liberal.
  4. Estrategias aplicadas para que el dinero viaje a la velocidad de la información (maridaje de la economía con la tecnología)»[2]

Narco-nación

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Aquellos países que pertenecen al Tercer Mundo también han desestructurado a su estado-nación; sin embargo, puesto que han quedado marginados por el poder del capitalismo buscan otra forma de estructurarse. Por lo que el discurso que sustituye al mercado es el de la violencia, en México, por ejemplo, el crimen organizado es uno de los mayores exponentes en la violencia ejercida hacia la población. Principalmente son los cárteles de droga quienes ejercen el poder, éste integra la lógica del mercado y la violencia como la forma de empoderarse.

Esta clase de poder no es una novedad del siglo XXI en México. En autoras como Saya Valencia, menciona que «desde finales de la década de 1970, el Estado mexicano no puede ser concebido como tal, sino como un entramado de corrupción política que ha seguido las órdenes del narcotráfico en la gestión del país; una amalgama narco-política que se ha radicalizado en la última década y que mantiene enfrentados al gobierno y al crimen organizado en la contienda por el monopolio del poder»[3]​.

Sujetos endriagos

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Los sujetos endriagos son los individuos que comercializan cuerpos ajenos y renuncian al propio, exponiéndolo a su destrucción y muerte. Utilizan las estrategias de poder de los Estados para lucrar con la libertad e integridad de las poblaciones, incrementar su poder económico y adquirir una identidad política y social. Estos sujetos se apropian del discurso del heteropatriarcado, lo que les permite constituirse como agente de violencia.  

El cuerpo del capitalismo gore

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Dentro de este nuevo sistema económico, el cuerpo ha adquirido un nuevo valor. Aunque, de acuerdo a la autora Sayak Valencia, con la llegada de la modernidad, el cuerpo adquiere otra categoría que se adapte a los nuevos tiempos. Todo lo que se origina a su alrededor cumple un objetivo para conceptos superiores para entidades sociopolíticas de mayor dimensión. El cuidado del cuerpo, la conservación del mismo, su libertad, su integridad y su bienestar se puede vender como un producto mercantil.

Estados de excepción

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El término, propuesto por Giorgio Agamben, hace referencia a las épocas de crisis donde las cuestiones de la ciudadanía y los derechos individuales se pueden disminuir, reemplazar, y rechazar en el proceso de demanda de esta extensión del poder ejercida por un gobierno. Básicamente, la suspensión de derechos en época de crisis1.

Necroempoderamiento

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El necroempoderamiento es el uso predatorio de los cuerpos, a través de una violencia inimaginable para cumplir los fines privados de las organizaciones criminales.

Biopolítica

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El término ha sido utilizado en diversos campos como la sociología, la antropología y la economía; sin embargo, dentro del capitalismo gore el término se acuña tomando en cuenta el poder que se ejerce a través de lo biológico. La legislación de los Estados modernos reconoce que los individuos son sujetos activos que poseen un cuerpo propio y vivo. Sin embargo, esta noción, al mismo tiempo, está atravesada por diferentes mecanismos de regulación de los cuerpos que terminan por restringir o privar a las poblaciones de la posibilidad de conservar la vida. Estas decisiones que se toman en torno a la vida de los individuos se les conoce como biopolítica.

Necropolítica

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La necropolítica es la reinterpretación de las políticas que controlan las vidas de los individuos ejerciendo poder sobre los cuerpos para decidir sobre su muerte. Este mecanismo opera bajo la lógica de la legislación de los Estados modernos que reconoce el derecho de los individuos para decidir sobre su vida, pero que, al mismo tiempo, lo restringe.

Véase también

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Referencias

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  1. Valencia, Sayak (2010). «Estallido del Estado como formación política». Capitalismo gore. Melusina. p. 26. ISBN 9788496614871. 
  2. Valencia, Sayak (2010). «Estallido del Estado como formación política». Capitalismo gore. Melusina. p. 31. ISBN 9788496614871. 
  3. Valencia, Sayak (2010). «Estallido del Estado como formación política». Capitalismo gore. Melusina. p. 33. ISBN 9788496614871.