Usuario:Valeria Herrera Trujillo/Taller

«Hiperrealismo»

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Óleo sobre lienzo, 140x160cm, 2014, Magda Torres Gurza.

El hiperrealismo es una tendencia radical de la pintura realista surgida en Estados Unidos a finales de los años 1960 que propone reproducir la realidad con más fidelidad y objetividad que la fotografía. A veces se confunde con el fotorrealismo que es menos radical.

El término hiperrealismo es también aplicable a la escultura y la historieta (Luis García, Alex Ross, etc).

Historia editar

En la década de 1920, los pintores del precisionismo ya trabajaron con la ayuda de fotografías fielmente reproducidas (como en el caso de Charles Sheeler, pintor y fotógrafo a la vez). Pero es innegable que el arte pop sigue siendo el precursor inmediato del hiperrealismo, pues toma la iconografía de lo cotidiano, se mantiene fiel a la distancia de su enfoque y produce las mismas imágenes neutras y estáticas.

Los fotorrealistas nunca se constituyeron en grupo, pero sí hicieron exposiciones que los presentaron como un estilo: La Imagen fotográfica y 22 Realistas, ambas en Nueva York, a mediados de los años sesenta. En esa época la abstracción era la tendencia dominante y el realismo estaba mal visto; se consideraba un arte que copiaba de fotografías o de la realidad y sin ningún interés. Sin embargo, artistas como Chuck Close, Jhon Anibal Herrera Cueva o Richard Estes, desarrollaron técnicas totalmente nuevas de representación de la realidad, consiguiendo resultados a veces asombrosos.

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Terraza de Lucio (1962-1990), de Antonio López García.

Chuck Close hace uso de la fotografía para la realización de sus retratos, que se apartan totalmente del retrato tradicional y se acercan más hacia el cartelístico y sugestivo principio cinematográfico del primer plano en superpantalla, hacia la no-distancia de la técnica de la instantáneas y hacia el gesto objetivador de las fotografías clínicas y policiales. En su obra trata problemas como la percepción del espectador y la focalidad. Close no parte de la realidad sino que la aborda indirectamente a través de la fotografía que proyecta sobre el lienzo.

Como todos los fotorrealistas, no hay huellas de pinceladas y el artista parece estar ausente; los cuadros se cubren con una fina capa de pintura, aplicada con pistola y pincel, raspadandola si es necesario, con una cuchilla para que no quede ningún relieve, ninguna materia.

Richard Estes, conocido por sus cuadros de escaparates y escenas urbanas, utiliza varias diapositivas del mismo objeto, de modo que en sus cuadros se ve no sólo el escaparate sino también lo que hay dentro de la tienda y lo que se refleja en el cristal. Sus lugares públicos están desiertos, en un modo de abstraer la funcionalidad de lo representado que es típica del fotorrealismo.

Don Eddy pinta coches y David Parrish motos. El francés Jean Olivier Hucleux pinta cementerios de personas y cementerios de coches, en un realismo que es una repetición de la realidad. Ed Ruscha, a caballo entre el arte pop y el fotorrealismo, pinta gasolineras, cuadros de palabras y hace libros de fotografías.

Otras características del fotorrealismo son la exactitud en los detalles, contrastada con la irrealidad del efecto espacial y la capacidad de convertir en temas pictóricos los detalles visuales de la realidad. Estos pintores ejercen un alto grado de conceptualismo al plasmar la diferencia entre el objeto real y su imagen pintada: lo real, trasladado al lienzo mediante la cámara fotográfica, fotografiado mediante recursos pictóricos. Al utilizar la fotografía en el proceso de la realidad al cuadro, lo real queda roto y manipulado dos veces, en el cuadro y en la fotografía, de ahí el aspecto de irrealidad que diferencia el fotorrealismo del realismo tradicional.

Otros artistas estadounidenses de esta tendencia son Robert Cottingham, John Kacere, Paúl Staiger, Richard McLean, Malcolm Morley y John de Andrea.

Algunos artistas que, sin ser específicamente fotorrealistas, han utilizado la fotografía como medio de expresar la realidad son el francés Christian Boltanski, quien utiliza fotos de álbumes familiares de otras personas que según sus propias palabras, serían, tras haber fallecido, la prueba de su existencia; el alemán Gerhard Richter, que emplea fotografías desde 1962 de forma continuada, aunque su trabajo ha explorado prácticamente todos los posibles terrenos de la pintura y no es por tanto un fotorrealista puro como los anteriores. El estadounidense Richard Artschwager lleva fotografías de interiores a una superficie de celotex con un granulado fino al que aplica un ligera mano de pintura blanca y negra.

Con respecto a la escultura hiperrealista estadounidense hay que destacar a Duane Hanson, que reproduce a tamaño natural personajes sacados de las clases trabajadoras, y a Segal que emplea la misma técnica que Hanson: vaciado de yeso de los modelos, relleno de los moldes con fibra de vidrio y poliéster, ensamblaje de las partes y pintado en color carne; la pieza se termina vistiéndola con ropas usadas. John de Andrea esculpe desnudos de un hiperrealismo tan acusado que parecen personas reales, al igual que Nancy Graves hace con sus esculturas de camellos.

En el caso español, algunas de las figuras más relevantes del hiperrealismo serían los pintores Antonio López, Eduardo Naranjo o Gregorio Palomo. El caso de Antonio López es especial, puesto que, al contrario que la mayoría de hiperrealistas, no utiliza fotografías.

En el mercado del arte actual, las figuras más consolidadas por su trayectoria son el chileno Claudio Bravo, quien mediante sus bodegones, dibujos y, especialmente, su serie de pinturas de telas, paquetes y papeles, ha logrado reinventar el hiperrealismo, dándole una condición casi metafísica; y el argentino Enrique Sobisch, radicado y fallecido en Madrid, cuyas obras, de gran perfección artística, compiten con la instantánea fotográfica.

Estilo y métodos editar

El estilo hiperrealista se centra más en el énfasis de los detalles y los sujetos. Las pinturas y esculturas hiperrealistas no son estrictas interpretaciones de fotografías, ni son ilustraciones literales de una escena en particular o tema. En lugar de eso, se utilizan elementos adicionales, a menudo sutiles o pictóricos, para crear la ilusión de una realidad que, de hecho, o bien no existe o no puede ser vista por el ojo humano.[1]​ Además, se puede incorporar temática emocional, social, cultural y política como una extensión de la ilusión visual, una salida distinta de la vieja escuela y mucho más literal que el fotorealismo. [2]​ Los pintores y escultores hiperrealistas aplican algunos medios mecánicos para transferir imágenes al lienzo, incluyendo dibujos preliminares y moldes. Normalmente se usan proyecciones fotográficas para calcar las imágenes sobre los lienzos y otras técnicas rudimentarias, de manera que se asegura la precisión.[3]​ Por otro lado, los escultores aplican poliéster directamente sobre cuerpos o moldes para crear esculturas más realistas. El hiperrealismo requiere un alto nivel de destreza técnica y virtuosismo para simular una falsa realidad. Como tal, el hiperrealismo incorpora limitaciones de la fotografía, por ejemplo, la profundidad de campo, la perspectiva y la gama de enfoque. Las anomalías encontradas en las imágenes digitales, tales como fractalización, también son explotadas para enfatizar sus orígenes digitales por algunos pintores hiperrealistas, como Chuck Close , Denis Peterson , Bert Monroy y Robert Bechtle. [4]

Temas editar

Los temas varían desde retratos, arte figurativo, naturaleza muerta, paisajes, paisajes urbanos y escenas narrativas. El estilo hiperrealista más reciente es mucho más literal que el fotorrealismo, que exige detalle pictórico con un énfasis en temas sociales, culturales o políticos. Este contraste también se puede observar en la nueva forma del fotorrealismo continuado con su evitación de anomalías fotográficas. Los pintores hiperrealistas a la vez simulan y mejoran las imágenes fotográficas para producir ilusiones visuales ópticamente convincentes de la realidad, a menudo en un contexto social o cultural. [5][6]

Algunos hiperrealistas tematizan regímenes totalitarios y gobiernos militares del Tercer Mundo a través de sus representaciones narrativas del legado de odio y la intolerancia. [7]Denis Peterson y Gottfried Helnwein representan desviaciones políticas y culturales de la decadencia de la sociedad en su trabajo. El trabajo de Peterson[8]​ se centra en la diáspora , los genocidios y los refugiados. [9]​ Por otro lado, Helnwein desarrolló su trabajo poco convencional narrativo que se centra en el pasado, las desviaciones presentes y futuras del Holocausto . Los temas provocativos incluyen imágenes enigmáticas de genocidios, sus trágicas secuelas y las consecuencias ideológicas. [10][11]​ Temáticamente, estos controversiales artistas hiperrealistas agresivamente enfrentaron a la condición humana corrupta a través de pinturas narrativas como medio fenomenológico[12]​, estas pinturas hiperrealistas son una crítica histórica sobre el maltrato grotesco de los seres humanos. [13][14]

Las pinturas y esculturas hiperrealistas crean además una solidez tangible y efectos de la presencia física a través de luces y sombras sutiles. Las formas y áreas más cercanas a la vanguardia de la imagen aparecen visualmente más allá del plano frontal de la tela; y en el caso de las esculturas, los detalles tienen más claridad que en la naturaleza. [15]​ Las imágenes hiperrealistas son típicamente de 10 a 20 veces el tamaño de la fuente de referencia fotográfica original. También se conserva una resolución extremadamente alta en color, precisión y detalle. Muchas de las pinturas se logran con un aerógrafo, usando acrílicos, aceites o una combinación de ambos. Ron Mueck escala sus esculturas hiperrealistas mucho más grandes o más pequeñas que en la vida real, lo que termina siendo, en detalle, increíblemente convincente a través del uso meticuloso de resinas de poliéster y moldes múltiples . Las imágenes digitales de Bert Monroy parecen ser pinturas reales tomadas de fotografías, sin embargo, son creadas totalmente en computadora.

Hiperrealistas editar

  1. Fleming, John and Honour, Hugh The Visual Arts: A History, 3rd Edition. Harry N. Abrams, Inc. New York, 1991. p. 680-710
  2. Meisel, Louis K. Photorealism. Harry N. Abrams, Inc., Publishers, New York. 1980.
  3. Meisel, Louis K. Photorealism. Harry N. Abrams, Inc., Publishers, New York. 1980. p. 12-13.
  4. Battock, Gregory. Preface to Photorealism. Harry N. Abrams, Inc., Publishers, New York, 1980. pp 8-10.
  5. Petra Halkes, "A Fable in Pixels and Paint - Gottfried Helnwein's American Prayer". Image & Imagination, Le Mois de la Photo à Montréal, McGill-Queen's University Press, 2005 (ISBN 0-7735-2969-1)
  6. Alicia Miller, "The Darker Side of Playland: Childhood Imagery from the Logan Collection at SFMOMA", Artweek, US, Nov 1, 2000
  7. Jean Baudrillard, "The Precession of Simulacra", in Media and Cultural Studies : Keyworks, Durham & Kellner, eds. ISBN 0-631-22096-8
  8. name="autogenerated2007"
  9. Robert Ayers, Art Critic, “Art Without Edges: Images of Genocide in Lower Manhattan”, Art Info June 2, 2006 [1]
  10. [2]Uso incorrecto de la plantilla enlace roto (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  11. «Julia Pascal, "Nazi Dreaming", ''New Statesman'', UK, April 10, 2006». Helnwein.com. 10 de abril de 2006. Consultado el 29 de mayo de 2014. 
  12. George Ritzer, The McDonaldization of Society (2004). ISBN 978-0-7619-8812-0
  13. Rywalt, Chris. «Christoper Rywalt, "Denis Peterson", NYC Art, June 7, 2006». Crywalt.com. Consultado el 29 de mayo de 2014. 
  14. Robert Flynn Johnson, Curator in Charge, "The Child - Works by Gottfried Helnwein", California Palace of the Legion of Honor, Fine Arts Museums of San Francisco, ISBN 0-88401-112-7, 2004
  15. Boorstin, Daniel. The Image: A Guide to Pseudo-Events in America year=1992. Random House. ISBN 978-0-679-74180-0. 
  16. http://www02.zkm.de/thek/index.php?option=com_content&task=view&id=31&Itemid=37