Polaina

indumentaria

Las polainas son una prenda que protege la pierna desde la rodilla hasta el tobillo en el caso de la polaina larga y desde el tobillo hasta el empeine del pie en el caso de la polaina corta.

Pernera.

Las polainas son medias o calcetines sin pie que se colocan en el exterior de la bota y del pantalón. Tienen forma tubular y se enganchan al pie, según la necesidad de sujeción, por una cinta, sirga o correa. Según su uso, se utilizan diferentes tipos de cierres – cremallera, botones, etc. – si bien la mayoría se ajustan por elasticidad.

Históricamente, las polainas han sido prenda de labradores y pastores. Las polainas de cuero han formado parte de diferentes uniformes militares como complemento de la bota. Se ajustaban por botones, enganches o trenzado.

Botines y polainas.

Actualmente, se emplean para abrigo de los niños y también como protección contra piedras, humedad y suciedad en montañismo y otros deportes de aventura. En este caso, se utilizan materiales resistentes que incrementan la retención calorífica del calzado. Suele tratarse de prendas impermeables con cierre elástico superior y enganche rígido al pie.

Las polainas cortas fueron indumentaria típica de los estratos burgueses en el siglo XIX e inicios del siglo XX, en tales casos (cubriendo la bocamanga del pantalón y el empeine del calzado) más que cumplir con la función de abrigo cumplían con una función de adorno simbólico (como en cierto modo los sombreros chistera, bombín y homburg o las cadenillas en la cintura para los relojes de faltriquera).

Según el Diccionario de la Real Academia Española, en germanía se conocían por el nombre de grullas.[1]

Polainas de montaña o «guetres» editar

 
Polainas cortas de senderismo
 
Uso de polainas en una ruta por Gredos.

Las polainas de montaña o «guetres» son unas fundas de material impermeable que se colocan en las piernas por encima de las botas. Su función es la de evitar que entre en la bota nieve, agua o pequeñas piedras.[2]

Existen dos tipos de polainas, unas altas, que llegan hasta debajo de la rodilla, y otras bajas, que solo alcanzan media pierna. Según la función para la que se desee se deben usar unas u otras: las altas para la nieve o agua, y las bajas para otro tipo de protección como piedras, ramas u otros materiales.

Estructura editar

  • En la parte superior suelen llevar una goma elástica para impedir que resbalen hacia abajo.
  • La sujeción bajo la bota más habitual es la sirga de acero, pero las más resistentes son las correas de neopreno o de uretano. Hay que ser muy cuidadosos a la hora de poner la hebilla para que no quede en el borde de la suela y no se aplaste al caminar.
  • Cremalleras laterales para facilitar la puesta. Las mejores llevan una solapa con cierre de velcro que impide entre la humedad por ellas.
  • En la parte inferior, por delante, llevan un pequeño gancho para sujetar la polaina a los cordones de la bota, quedando de ese modo sujetas y aportando mayor sujeción.

Las dos polainas no son, por tanto, iguales, sino simétricas. Una para la pierna derecha y otra para la izquierda. Al ponerlas, las cremalleras deben quedar en la parte externa, con los ganchitos de los cordones por delante.

Referencias editar

  1. RAE, ES ..
  2. Polaina, Telefónica, archivado desde el original el 16 de agosto de 2011, consultado el 23 de febrero de 2012 ..

Véase también editar

Enlaces externos editar