Andrea Brustolon (Belluno, 20 de julio de 1662 - ibidem, 25 de octubre de 1732) fue un escultor italiano del periodo Barroco, reconocido principalmente por sus tallas en madera y diseño de mobiliario.

Biografía y carrera artística

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Nacido en Belluno, pequeña ciudad perteneciente a la República de Venecia, comenzó su trayectoria artística en el taller del genovés Filippo Parodi, quien a su vez era seguidor de Bernini, y que se encontraba en el véneto atendiendo encargos en la propia Venecia y en Padua (1677).[1]

Tras unos años de formación en Roma (1678-80) Brustolon se estableció en Venecia, donde las familias adineradas y las órdenes religiosas presentaban multitud de oportunidades de trabajo. Se documenta a partir de 1680 su actividad en varias iglesias venecianas en labores de talla ornamental, en tal número que se supone la existencia de numerosos ayudantes que permitieran al artista la satisfacer la numerosa demanda.[1]

Una de las obras más destacadas del autor en esta época veneciana es la bimah de la Sinagoga Scola Levantina, en el Ghetto del barrio de Cannaregio. Se dispone como un triunfal baldaquino sostenido por columnas salomónicas, con rica talla de follaje y guirnaldas de frutas y flores, en el que se muestra el gusto de Brustolon por las formas complejas y movidas, así como el uso de la madera vista, sin policromar, resaltando su calidad material; esto era posible por el empleo de maderas resistentes y duras, de acabado brillante, como nogal, boj o árboles frutales, o bien de procedencia exótica, como el ébano. Sin bien en la forma esta bimah recuerda al Baldaquino de la Basílica de San Pedro de Bernini, la decoración presenta un horror vacui característico del Barroco final.[2]

 
Andrea Brustolon: Consola para porcelana, circa 1700, Ca' Rezzonico, Venecia.

Igualmente inspirados en Bernini, en este caso en la Cathedra Petri, serán los muebles que realizará para decorar las residencias de la aristocracia veneciana, como los Venier di San Vio o los Correr di San Simeone. De la obra berniniana toma el empleo de figuras humanas haciendo la función de cariátides o telamones en versión más reducida, generalmente aplicados a los soportes de los muebles, como patas o reposabrazos. Lo original del tratamiento que Brustolon hace de estos elementos es su naturalismo, su nivel de detallismo y la lectura de carácter simbólico, normalmente asociada a la mitología, con la que se pretende resaltar el poder, la riqueza y la cultura de los poseedores de estos objetos. Se trasciende así la mera función del mueble y este se convierte en una marca de estatus.

Ejemplo de todo ello es la pieza más conocida del escultor, la consola de la Sala Brustolon del Ca' Rezzonico de Venecia, encargada por la familia Venier. Es en realidad un expositor de porcelana, pero dado el bulto redondo de las figuras que lo componen, esta pieza trasciende la condición de mueble y se acerca más a la escultura propiamente dicha. Iconográficamente, presenta una combinación de elementos mitológicos grecorromanos (Hércules con el perro Cerbero y la Hidra de Lerna en la base, dioses fluviales en la parte superior) y otros de carácter exótico (etíopes o moros encadenados, jarrones de porcelana oriental) así como una amalgama de materiales: madera negra de ébano, madera de nogal, incrustaciones, porcelana... las figuras de los moros, características del autor, muestran un inusual interés por el desnudo masculino y un gran naturalismo, presente también en otras partes como los animales fantásticos de la base o la roca tapizada de vegetación que simula ser el tablero de la consola. Este mueble forma parte en realidad de un conjunto de figuras "portavasos" y esculturas exentas, que repiten el modelo a escala más simple y son muestra del gusto caprichoso y extravagante de las élites europeas de finales del siglo XVII y principios del XVIII. [3]

Otro fastuoso conjunto mobiliar le fue encargado por la familia veneciana de los Pisani, probablemente para la Villa Pisani de Stra. Se trata en este caso de un grupo de sillones tapizados, en cuyas patas y reposabrazos fueron talladas figuras representando los doce meses del año, incluyendo los Signos del Zodiaco. Nuevamente el naturalismo y la atención al detalle, así como lo recargado de la talla y la originalidad iconográfica hacen de estos muebles un ejemplo del gusto teatral y grandilocuente del último Barroco, próximo al Rococó.[4]

Referencias y bibliografía

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  1. a b «Andrea Brustolon». Encyclopaedia Britannica. Consultado el 27 de julio de 2024. 
  2. El uso de maderas duras, difíciles de tallar pero de acabado lustroso y brillante será una constante en la obra de Brustolon y sus imitadores y seguidores, ver Anna Maria Spiazzi; M. De Grassi; G. Galasso Andrea Brustolon 1662-1732, Il Michelangelo del legno, Skira, 2009, ISBN: 885720187.
  3. Luis Feduchi: Historia del mueble.Barcelona, 1994, Editorial Blume.
  4. Ver: Rudolf Wittkower: Arte y arquitectura en Italia, 1600-1750. Manuales de arte Cátedra, 2007. ISBN 9788437624099