Cecilia Cubas
Cecilia Mariana Cubas Gusinky (Asunción, 14 de enero de 1973-Ñemby, diciembre de 2004 o enero de 2005[1][2]) fue una empresaria paraguaya conocida por ser la hija del expresidente de la república Raúl Cubas Grau, quién gobernó el país desde 1998 hasta marzo de 1999, y de la empresaria Mirta Gusinky, últimamente política, de la senadora del Partido Colorado desde 2013 y hasta 2018.
Cecilia Cubas | ||
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empresaria en 4P de Paraguay | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Cecilia Mariana Cubas Gusinky | |
Nacimiento |
14 de enero de 1973 Asunción, Departamento Central, Paraguay | |
Fallecimiento |
diciembre de 2004 o enero de 2005 (31 años) Ñemby, Departamento Central, Paraguay | |
Causa de muerte | Asesinato asfixia (secuestrada) | |
Nacionalidad | Paraguaya | |
Familia | ||
Padres | Raúl Cubas y Mirtha Gusinky | |
Información profesional | ||
Ocupación | Empresaria | |
Fue secuestrada entre la tarde y noche del 21 de septiembre de 2004 por un grupo armado de izquierda, algunos de sus miembros parte del Partido Patria Libre (antecesor del actual EPP), quienes la interceptaron cerca de su domicilio en el barrio Laguna Grande de Fernando de la Mora.
Su cuerpo fue encontrado sin vida el 16 de febrero de 2005, luego de casi 5 meses de secuestro, en un sótano tapiado (túnel bajo tierra) de una casa ubicada sobre la calle Las Palmas 342 en el barrio Mbocayaty de Ñemby.
Al momento que fue hallada ya llevaba entre 30 y 60 días aproximadamente de fallecida; según el grado de descomposición de su cuerpo se dedujo que fue asesinada en la noche de Navidad del año 2004, siendo sedada (ingiriendo tabletas de disomnilán) y luego enterrada viva en el túnel encontrado en la "casa del horror" en Ñemby. Otro dato, según medios periodísticos, es que se encontraba embarazada, producto de ser violada por uno o varios de sus secuestradores.[3]
Secuestro
editarMomento de su secuestro
editarAproximadamente a las 18:45 horas del 21 de septiembre de 2004, cuando ya se encontraba prácticamente a unos metros de su residencia, en el barrio Laguna Grande de Fernando de la Mora, al doblar sobre la calle Coronel Machuca vio que un automóvil Volkswagen Santana, color azul, apareció en el camino, bloqueándole el paso. En ese interín, un Ford Escort color rojo le cierra el paso desde atrás. Según testigos del hecho, fueron 5 los hombres que interceptaron a la mujer, disparando a mansalva contra su camioneta (la Policía contabilizó 26 disparos), las ruedas desinfladas a balazos, en la carrocería, faros, parabrisas, etc.
Uno de los hombres, con un martillo pesado de metal, rompe la ventana del acompañante para así abrir la puerta e inmovilizar a Cecilia. Enseguida la subieron al interior del automóvil Santana azul y se alejaron a gran velocidad, dejando abandonada la camioneta de la víctima y el Ford Escort chocado
Luego de unas horas el vehículo con el cual llevaron a Cecilia fue abandonado sobre la calle Blas Garay a pocos metros de la Ruta Nacional 2, km 8. Los secuestradores la alzaron a una camioneta Ford Ranger color blanco y la condujeron hasta una vivienda en la calle Las Palmas 342, en el barrio Mbocayaty, de Ñemby.
Esa misma noche, unas horas después del secuestro, Diana Sosa -una amiga de Cecilia- atendió la primera llamada telefónica de los secuestradores. Era la voz de un hombre, de acento campesino, que confirmaba que Cecilia había sido secuestrada y que quienes la tenían en su poder volverían a comunicarse.
Pruebas de vida y pago de rescate
editarDesde la primera noche del secuestro, los familiares y cercanos de Cecilia recibieron varias llamadas telefónicas, algunas de ellas con indicaciones para buscar "pruebas de vida", de lugares insólitos como el interior de la cisterna de un baño en un centro comercial de la capital, debajo de monumentos públicos en parques, plazas, etc.
Estas pruebas de vida eran fotografías de Cecilia sosteniendo portadas de diarios (para ubicarse de la fecha), cartas hechas a manuscrito por Cecilia. Los familiares se comunicaban y negociaban a través de correos electrónicos. Los secuestradores se referían a Cecilia como "la fruta". Por ejemplo, en uno de los correos electrónicos recibidos por los Cubas, decía, "No creo que la fruta pueda aguantar más tiempo, recuerde que ya se está pudriendo".
El 13 de noviembre de 2004 se realizó el primer y único pago de rescate, en una zona rural del departamento de Caaguazú, que fue de USD 300 000. Luego de ello, los Cubas aguardaron la liberación, pero el hecho no se produjo, ya que los secuestradores consideraron el último pago como una "multa" por el trato de los Cubas hacia ellos. Los mismos tampoco volvieron a comunicarse, hasta unos días antes de la Navidad del 2004, cuando les dieron el ultimátum a los Cubas para que realizaran el pago de los USD 3 000 000 y dieran la respuesta en el noticiero del Canal 13, otros Telefuturo y SNT Cerro Corá. Esta vez fue la última comunicación por parte de los secuestradores.
Desenlace trágico
editarEl 16 de febrero de 2005, en horas de la mañana, la fiscal antisecuestro Sandra Quiñonez –quien había sido apartada de la investigación del caso Cecilia- resolvió allanar la casa de Las Palmas 342, en el barrio Mbocayaty de Ñemby, según ella, para identificar la casa donde se realizó un video de una supuesta práctica de secuestro (este video fue incautado en la casa del barrio Miraflores, de San Lorenzo, en el año 2003).
Al principio no hallaron nada, solo una casa abandonada, aunque sí comprobaron que era la casa donde se filmó el corto video. Pero había más: un piso de cemento hecho recientemente y aparentemente hueco. Ante esto se pidieron refuerzos para romper el piso y cavar la tierra, pensando que encontrarían armas del grupo armado que secuestró a María Edith Bordón de Debernardi en 2001, hasta que empezó a filtrarse un desagradable olor que pensaron que era de humedad, que luego descubrieron que era el olor de un cuerpo en un muy avanzado estado de descomposición.
Ya en horas de la noche, con una multitud de personas congregadas, y con toda la prensa transmitiendo en vivo, estando presentes los familiares y cercanos de Cecilia, y hasta el mismo presidente de la República de ese entonces, desde el fondo de la tierra empezó a verse el cadáver de una mujer. El informe forense confirmaría que se trataría de Cecilia Cubas, que –según los técnicos forenses- ya llevaba cerca de 30-60 días fallecida.
Veinte personas fueron condenadas a 35 años de prisión por la muerte de Cecilia, aunque los principales sospechosos de ser autores materiales del hecho están prófugos. Varios implicados en el secuestro operan actualmente como miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP, fundado en 2008), que opera en el norte del país. Luego se descubrió que los secuestradores habrían sido asesorados por el grupo terrorista colombiano FARC, también la participación de varios miembros de la policía paraguaya en el secuestro.
Se calcula que Cecilia Cubas fue asesinada en la noche de la Navidad del año 2004, siendo sedada (ingiriendo tabletas de disomnilán) y luego enterrada viva en el túnel encontrado en la "casa del horror" en Ñemby. Otro dato, según medios periodísticos, es que se encontraba embarazada, producto de ser violada por uno o varios de sus secuestradores.
Curiosidades
editarAl menos desde noviembre de 2004 se manejaba la información de que Cecilia podría haber estado en la "casa del horror" (lugar donde fue encontrado su cadáver en febrero de 2005). Según se comentaba, un personal policial había filmado la casa del horror a principios de diciembre de 2004, sin embargo esa información no trascendió a sus superiores, sino a un grupo limitado de personas. Entre ellos se encontraba un sacerdote de aquella localidad, quien una feligresa suya le había comentado sobre movimientos raros en la "casa del horror". La suegra del policía Gregorio de la Cruz Martínez coincidentemente vivía al lado de la casa del horror. Este policía fue dado de baja posteriormente por omisión de informar a sus superiores.[4]
Por otra parte, el propietario de la casa del horror figuraba a nombre de un indígena de apellido Rojas, quien este último dijo que desconocía la casa y que había empeñado su cédula de identidad en 1995 a cambio de víveres en una despensa de Caaguazú. Se descubrió que su firma fue falsificada para adquirir la casa a finales del 2003.[5]
Lo mismo ocurrió con los vehículos utilizados para secuestrar a Cecilia: El automóvil Ford Escort fue comprado con una cédula de identidad falsificada de Cristhian Manuel Rivas (22), un vendedor de mandioca del mercado de Hernandarias que denunció el extravío de su documento en agosto del 2003. El segundo automóvil Santana condujo a detener en Mariano Roque Alonso a Gustavo Marcelo Balbuena, quien dijo haber vendido el coche un año atrás. El seguimiento detectó que hubo al menos otros diez compradores.[6]
Referencias
editar- ↑ http://www.abc.com.py/edicion-impresa/judiciales-y-policiales/ex-fiscal-general-confirma-version-del-testigo-clave-dionisio-olazar-389362.html
- ↑ https://www.ultimahora.com/dionisio-olazar-dice-que-el-comite-politico-decidieron-muerte-cecilia-n520446.html
- ↑ https://www.ultimahora.com/cecilia-cubas-fue-enterrada-viva-la-fosa-segun-estudio-n504018.html
- ↑ «Desde noviembre ya corría de boca en boca, pero no se hizo nada para salvarla». ABC Color. Consultado el 9 de mayo de 2021.
- ↑ «Emiliano Rojas no sabe nada de la vivienda que está a su nombre». ABC Color. Consultado el 9 de mayo de 2021.
- ↑ «Hallan el Santana que usaron los captores de hija del ex presidente». ABC Color. Consultado el 9 de mayo de 2021.