Dorsal mesoatlántica

dorsal mediooceánica
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La dorsal mesoatlántica es una dorsal mediooceánica, un límite de tipo divergente o constructivo entre placas tectónicas, que se extiende por su fondo todo a lo largo del océano Atlántico. En el Atlántico Norte, separa las placas euroasiática y la norteamericana, mientras que en el Atlántico Sur separa la africana y sudamericana.

La ubicación de la dorsal mesoatlántica.
La cordillera fue decisiva para que empezara la ruptura de Pangea hace unos 180 millones de años.
La dorsal Mesoatlántica en Islandia.

Geografía editar

La dorsal se extiende desde una unión con la dorsal de Gakkel, la dorsal mesoártica, al noreste de Groenlandia hacia el sur del punto triple de Bouvet en el Atlántico sur. Aunque la dorsal mesoatlántica es un rasgo mayoritariamente subacuático, parte de ella tiene una elevación suficiente como para superar el nivel del mar. La sección de la dorsal que incluye la isla de Islandia es conocida también como la «la dorsal de la teoría del Greenwich africano». El ritmo medio de expansión es de unos 2 cm por año.[1]

 
Batimetría del Atlántico.

La mayor parte de la dorsal se extiende, no obstante, entre 3000 y 5000 metros por debajo de la superficie oceánica. Desde el lecho marino, las montañas se alzan entre unos 1000 y 3000 metros de altura dentro de las aguas del Atlántico y se extienden a lo ancho alrededor de 1500 kilómetros de este a oeste desde su base.

La dorsal Atlántica es hendida por un profundo valle a lo largo de su cresta, con una anchura aproximada de 10 kilómetros y con paredes que alcanzan los 3 kilómetros de altura. Este valle es la divisoria de dos placas divergentes del fondo del océano en donde el lecho marino se está separando, de acuerdo a la teoría de la tectónica de placas. El valle existente en la dorsal continúa ensanchándose a razón de unos 3 centímetros anuales.

En la zona donde el lecho marino se abre, el denominado magma —roca fundida— situado bajo la superficie terrestre asciende rápidamente. Este magma se convierte en una nueva capa oceánica situada sobre y bajo el lecho marino cuando se enfría. La dorsal Media está seccionada por zonas de fractura y otra serie de discontinuidades espaciadas entre ellas más de 100 kilómetros, lo que desvía a la cordillera de su curso general norte-sur.

Las principales de todas estas desviaciones, como la zona de fractura de Romanche, cuyo sentido es este-oeste, tienen una longitud próxima a los 1000 kilómetros y se distribuyen cerca del ecuador. Esto explica el encaje casi perfecto que se distingue entre el saliente de la costa nororiental de Brasil, en Sudamérica, y el entrante del golfo de Guinea en África.

Geología editar

Para una explicación general de las dorsales medio-oceánicas, véase Dorsal mediooceánica y Expansión del fondo oceánico

 
Rocas basálticas de la Dorsal Mesoatlántica observadas por el ROV Hércules durante la Expedición Ciudad Perdida 2005.

Esta dorsal se asienta sobre una característica geológica conocida como cresta del Atlántico Medio, que es una protuberancia progresiva que se extiende a lo largo del Atlántico, y la dorsal descansa en el punto más alto de esta protuberancia lineal. Se cree que esta protuberancia está causada por fuerzas convectivas ascendentes en la astenosfera que empujan la corteza oceánica y la litosfera. Este límite divergente se formó en el período Triásico, cuando el supercontinente Pangea se dividió por fosas tectónicas que formaron una unión triple. Por lo general, sólo dos de las fosas de una unión triple forman parte de un límite de placa divergente. Los brazos que abortan, que no llegan a formar corteza oceánica, se denominan aulacógenos, y los aulacógenos marginales de la Dorsal Mesoatlántica acabaron convirtiéndose en alguno de los grandes valles fluviales que se ven a lo largo de América y África, como el río Misisipi, el río Amazonas y el río Níger. La cuenca Fundy, en la costa atlántica de Norteamérica, entre Nueva Brunswick y Nueva Escocia en Canadá, es una prueba de la dorsal medioatlántica ancestral.[2][3]

Descubrimiento editar

La existencia de una cordillera bajo el océano Atlántico fue deducida por primera vez por Matthew Fontaine Maury en 1850. Fue descubierta por la expedición del HMS Challenger en 1872.[4]​ Un equipo de científicos liderados por Charles Wyville Thomson descubrieron una larga elevación en el medio del Atlántico mientras investigaba la futura ubicación de un cable telegráfico transatlántico.[5]​ La existencia de esta cordillera fue confirmada por el sónar en 1925[6]​ y se encontró que se extendía alrededor del cabo de Buena Esperanza hasta el océano Índico por la expedición alemana Meteor.[7]

En la década de los años 1950, al trazarse mapas del suelo oceánico por Bruce Heezen, Maurice Ewing, Marie Tharp y otros pusieron de manifiesto que la dorsal mesoatlántica tenía una extraña batimetría de valles y crestas,[8]​ con un valle central que era sismológicamente activo y el epicentro de muchos terremotos.[9][10]​ Ewing y Heezen descubrieron que la cresta era parte de un sistema esencialmente continuado de 40 000 kilómetros de largo de dorsales oceánicas sobre los fondos de todos los océanos de la Tierra.[11]​ El descubrimiento de este sistema de dorsales mundiales llevó a la teoría de la expansión del fondo oceánico y la aceptación general de la teoría de Alfred Wegener sobre la deriva continental y los movimientos de las placas tectónicas.

Notas editar

  1. USGS (5 de mayo de 1999). «Understanding plate motions». Consultado el 13 de marzo de 2011. 
  2. Burke, K.; Dewey, J. F. (1973). «Plume-generated triple junctions: key indicators in applying plate tectonics to old rocks». The Journal of Geology 81 (4): 406-433. Bibcode:1973JG.....81..406B. JSTOR 30070631. S2CID 53392107. doi:10.1086/627882. Archivado desde el original el 23 de octubre de 2016. Consultado el 26 de febrero de 2022. 
  3. Burke, K. (1976). «Development of graben associated with the initial ruptures of the Atlantic Ocean». Tectonophysics 36 (1–3): 93-112. Bibcode:1976Tectp..36...93B. doi:10.1016/0040-1951(76)90009-3. 
  4. Hsü, Kenneth J. (1992) Challenger at Sea, Princeton, Princeton University Press, page 57
  5. Redfern, R.; 2001: Origins, the Evolution of Continents, Oceans and Life, Universidad de Oklahoma Press, ISBN 1-84188-192-9, p. 26
  6. Alexander Hellemans and Brian Bunch, 1989, Timeline of Science, Sidgwick and Jackson, Londres
  7. «Stein, Glenn, A Victory in Peace: The German Atlantic Expedition 1925-27, junio de 2007». Archivado desde el original el 6 de marzo de 2014. Consultado el 18 de agosto de 2014. 
  8. Ewing, W.M.; Dorman, H.J.; Ericson, J.N. & Heezen, B.C.; 1953: Exploration of the northwest Atlantic mid-ocean canyon, Bulletin of the Geological Society of America 64, p. 865-868
  9. Heezen, B. C. & Tharp, M.; 1954: Physiographic diagram of the western North Atlantic, Bulletin of the Geological Society of America 65, p. 1261
  10. Hill, M.N. & Laughton, A.S.; 1954: Seismic Observations in the Eastern Atlantic, 1952, Proceedings of the Royal Society of London, series A, mathematical & physical sciences 222(1150), p. 348-356
  11. Edgar W. Spencer, 1977, Introduction to the Structure of the Earth, 2nd edition, McGraw-Hill, Tokyo

Bibliografía editar