Miguel Ángel Poblete

Miguel Ángel Poblete Poblete (Curicó, 27 de mayo de 1966-Villa Alemana, 27 de septiembre de 2008), fue un místico chileno también conocido como El vidente de Villa Alemana o El vidente de Peñablanca por recibir durante la década de 1980 apariciones de la Virgen María en la advocación de la Dama Blanca de la Paz en el cerro El Membrillar (luego conocido como Monte Carmelo) de Peñablanca, en las afueras de Valparaíso (Chile) que convocaron a miles de personas que acudieron al sector entre 1983 y 1988.

Miguel Ángel Poblete
Información personal
Nacimiento 27 de mayo de 1966 Ver y modificar los datos en Wikidata
Curicó (Chile) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 27 de septiembre de 2008 Ver y modificar los datos en Wikidata (42 años)
Villa Alemana (Chile) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Chilena

En su momento, miembros de la Iglesia Católica acusaron que estas apariciones no se tratarían sino de una operación encubierta de la dictadura militar para distraer la atención de la situación política y económica que atravesaba el país en 1983, argumento recurrente de quienes cuestionan estos eventos.[1]

Tiempo después de terminadas las apariciones, Miguel Ángel cambió de sexo tomando el nombre de Karole Romanov,[2]​ o Karole Romanoff,[3]​ llevó una existencia errática hasta su muerte.[cita requerida]

A la fecha no han sido reconocidas estas apariciones, aunque la Diócesis de Valparaíso ha autorizado la celebración de la misa en el lugar el primer sábado de cada mes.

Biografía

editar

Niñez y adolescencia

editar

Miguel Ángel Poblete nació el 27 de mayo de 1966 en la ciudad de Curicó, en la zona centro de Chile. Su madre, María Rebeca Poblete Guerra quien tenía 15 años de edad al momento de darlo a luz lo inscribió como hijo natural el 6 de junio del mismo año bajo el número 1.096 del Registro Civil. No se conoce la identidad de su padre. A las dos semanas de nacido fue abandonado por su madre en el Hospital de Curicó y entregado al cuidado de Emelina Jara Constanzo, mujer caritativa de la ciudad que tenía una guardería para niños abandonados. Ella lo acoge en su hogar como un hijo más junto a sus hijos Adelaida, Erika y María Angélica, esta última hija adoptiva. El esposo de Emelina, Juan Acevedo, de profesión contador, fue una figura paternal para Miguel Ángel durante algún tiempo hasta su fallecimiento, que unido a vicisitudes económicas obligaron a Emelina a cerrar su guardería y trasladarse a la casa de Erika en la ciudad de Santiago llevando a Miguel Ángel que contaba ya con nueve años de edad y María Angélica. Tensiones con el marido de su hija obligan a Emelina a dejar al menor primero al cuidado de una vecina y finalmente al hacer crisis la situación lo entrega al Hogar de menores Javiera Carrera ubicado cerca de Farellones. Allí Miguel Ángel acostumbrado hasta entonces a un hogar estable y cariñoso conoce la violencia y la postergación al sufrir malos tratos de los otros menores internos e incluso el intento de agresión sexual de parte de un funcionario del hogar llamado Walter. Todo esto lo llevó a tomar la determinación de huir del establecimiento. [4]​ A la fecha del inicio de las apariciones —1983— se encontraba en el Hogar Carlos Van Buren en la comuna de Villa Alemana, a las afueras de Valparaíso.

El domingo 12 de junio de 1983, Miguel Ángel Poblete subió al cerro El Membrillar del sector de Peñablanca (en la misma comuna de Villa Alemana), invitado por dos amigos cuya verdadera intención era aspirar neopreno con el fin de drogarse. Poblete, según su propio testimonio, molesto por el engaño de los jóvenes se aparta de ellos y se entretiene mirando el paisaje del cerro. Ahí tiene por primera vez una visión de la Virgen María. Es el comienzo de una serie de apariciones.

Periodo de las apariciones

editar

Durante los años 1983 y 1988 Chile se conmovió debido a las supuestas apariciones de la Virgen María en el Cerro Membrillar. Miles de personas de todos los puntos del país acudieron al lugar para presenciar las apariciones, llegando el 29 de septiembre de 1983 a reunirse incluso 100,000 individuos en el Cerro Membrillar y sus cercanías para asistir a las "apariciones de la Virgen". Durante sus éxtasis místicos ante el público, Miguel Ángel Poblete, de 17 años recién cumplidos, tenía estigmas, desplazamientos extáticos similares a los observados en las videntes de Garabandal, España y idiomas que no conocía. Además, recibía mensajes de la Virgen María, los que principalmente eran consejos a los fieles católicos y precisiones sobre la situación política y social de Chile.

La jerarquía de la Iglesia católica en Chile decidió inmediatamente examinar el fenómeno, considerando la seriedad mostrada por Miguel Ángel Poblete en sus declaraciones y el aumento de la fe popular respecto a la Virgen de Peñablanca. Una investigación de 1983 conducida por la Diócesis de Valparaíso rechazó la veracidad de las apariciones, considerando varios factores: la conducta excéntrica de Poblete y que éste nunca hubiera mostrado alguna devoción religiosa, el hecho que Poblete reconociera drogarse con neopreno (inclusive el día de la primera "aparición"), la historia personal del vidente (carencias afectivas por temprano abandono infantil, ausencia total de un hogar, etc.) y que se alegara la existencia de "prodigios" en el Cerro Membrillar (figuras en el cielo, luces nocturnas) que no pudieron ver los investigadores.

Ante ello, el propio obispo de Valparaíso, monseñor Francisco de Borja Valenzuela Ríos, advirtió que no se había probado la veracidad de las apariciones marianas del Cerro Membrillar y por tanto la Iglesia católica no autorizaría ceremonias religiosas en ese lugar. Finalmente, el 6 de septiembre de 1984, el obispado de Valparaíso emitió una carta pastoral a toda su diócesis declarando que no había argumentos de credibilidad en las apariciones de Villa Alemana.

Cuestionamientos

editar

La polémica surgió entre partidarios y detractores de Miguel Ángel Poblete. Particularmente muchos clérigos católicos consideraron ofensivas las palabras de Poblete contra la jerarquía eclesiástica chilena. Se acusó a Poblete de llevar una conducta extravagante, a raíz de un supuesto episodio donde habría celebrado el "cumpleaños" de la Virgen María en el Cerro El Membrillar emergiendo de un enorme pastel trasladado por sus seguidores. Sin embargo, testigos presenciales del hecho señalan que un grupo de peregrinos efectivamente subió al Cerro una torta de cartón y madera el 12 de junio de 1984 para conmemorar -de una forma muy cándida- el primer aniversario de las apariciones, y que de su interior no emergió el vidente sino un niño disfrazado de ángel. Todo lo anterior, atestiguado con evidencias fotográficas.

Otros cuestionamientos apuntaban en forma velada a que Poblete contaría con apoyo del régimen liderado por el general Augusto Pinochet, de manera que las presuntas apariciones marianas serían una operación encubierta de la dictadura militar de la época para desacreditar a la jerarquía católica chilena (muy crítica con el régimen en esos años) y desviar la atención de la opinión pública, especialmente tras las "Jornadas de Protesta" iniciadas por la oposición al gobierno. El hecho de que autoridades militares de Valparaíso pusieran buses de tropas a disposición de los peregrinos hacia Villa Alemana a fines de 1984 hizo aumentar las sospechas, aunque Poblete siempre rechazó haber recibido presiones en tal sentido.

La extravagante conducta de Poblete (incomprensibles "mensajes" de la Virgen, enfrentamientos con la jerarquía católica, fuertes ansias de teatralidad y espectacularidad, etc.) terminó por alejar a la mayoría de sus seguidores con el paso de los meses, mientras la Iglesia católica chilena se mantuvo firme en considerar estas "apariciones" como un engaño capaz de generar alguna forma de histeria colectiva. Este factor, junto con la conducta cada vez más errática de Poblete, redujeron el público de las "apariciones" a unos pocos cientos de personas, al punto que en junio de 1988 tuvieron lugar las últimas visiones y el Cerro Membrillar quedó convertido apenas en lugar de peregrinación. Poblete mismo dejó de "recibir visiones" desde 1988 y lentamente fue desapareciendo de la vista del público al empezar la década de 1990.

Cambio de sexo

editar

Tras el término de las apariciones, Miguel viajó al Perú y se realizó un tratamiento hormonal que consistió en la aplicación de inyecciones de estrógenos. Luego retornó al país con un evidente cambio físico, causando impacto y desconcierto entre los creyentes. Los cuales, pese a haber sido previamente advertidos por la Virgen, no daban crédito a lo que veían.

Por aquel tiempo, en Chile se estaba efectuando un cambio político importante. El país pasaba de un gobierno militar a una democracia. Eran los primeros cuatro años de transición y aún estaba en vigencia una ley que impedía que Miguel Ángel usara vestimentas femeninas más acordes a su nueva identidad, pues era considerado un delito llamado “travestismo”. Para no ser arrestado y poder usar ropa de mujer, Miguel debía cambiar todos sus registros públicos, por esa razón, no le quedó más remedio que demostrar que siempre había sido una mujer y que al nacer había sido mal catalogado. Para ello, Miguel exhibía dudosos exámenes médicos que probaban su identidad femenina.

La extraña propuesta fue acogida y festinada por prensa y gobierno, quienes encontraba en esta batalla una expresión de liberación justificada ante los “represivos” años del gobierno saliente. La nueva apariencia de Miguel comenzó a ser tema recurrente en la prensa escrita y en los programas de televisión, situación que lo indujo a colocarse un nombre igual de mediático: Karole Romanov.

A pesar de estas evidentes modificaciones físicas, Poblete negó cualquier intervención quirúrgica o alteración en su vida asegurando que "había nacido mujer". En 2002 declaró en una entrevista: "Chile me mató porque me llevaron a un mundo de nada, a un mundo que yo no quería. Me usaron y después me abandonaron"[5]

Últimos días y muerte

editar

En sus últimos días de vida Miguel Ángel Poblete, ya convertido en Karole Romanov y alejado de todos quienes tenían relación con él durante la época de las apariciones, residía en Villa Alemana, aseguraba seguir recibiendo mensajes celestiales de origen dudoso y contaba con un grupo de seguidores denominado «Apóstoles de los últimos tiempos», grupo hermético y organizado compuesto de 50 o más personas mayoritariamente adultos mayores que visten un uniforme color púrpura y se encuentra inscrito en el Servicio de Registro Civil e Identificación de Chile. Sin embargo esta entidad no tiene ningún vínculo con los fieles que hasta el presente continúan asistiendo al Monte Carmelo de Peñablanca desde distintos lugares del país, incluso del extranjero y siguen difundiendo los hechos sobrenaturales acaecidos entre 1983 y 1988.

Miguel Ángel padeció de un severo alcoholismo que arrastró durante años y le produjo un cáncer hepático, que fue la causa de su deceso el 28 de septiembre de 2008 en el Hospital de Peñablanca. Murió acompañado por su grupo de seguidores que no dejaban que nadie se acercara a visitarlo, llegando incluso a impedir que lo visitara un sacerdote para administrarle los sacramentos, cosa que con astucia logró realizar un sacerdote del lugar que conocía a Poblete desde la época de las apariciones.

Un día después de su muerte, una de sus seguidoras le infirió un corte en su muñeca para comprobar que efectivamente estuviera muerto, procedimiento que el mismo en vida solicitó, porque aseguraba que sufría de catalepsia. Finalmente, sus restos fueron acompañados por familiares, amigos y seguidores y sepultado en el Cementerio General de Santiago. [2][6]​ Finalmente, el sábado 27 de septiembre de 2008, a los 42 años, falleció en Villa Alemana a raíz de una hemorragia digestiva que derivó en un síndrome hepático renal avanzado.[7]​ Su cuerpo fue velado por cerca de 48 horas en la parcela que mantenía en Peñablanca.

editar

La imagen de Miguel Ángel Poblete o Karole Romanov se ha convertido en un ícono de la cultura popular chilena.[8]

En la literatura su historia ha sido retratada en el libro de crónicas de Pedro Lemebel, Loco afán: crónicas de sidario (1996), en uno de los episodios de la novela El Tarambana (2011) de Yosa Vidal, en el cuento de Simón Soto "Tocaré con mi mano sagrada sus cabezas" (parte del volumen Cielo negro, 2011) y en la novela Ruido (2012) de Álvaro Bisama.

Inspiró también las obras de teatro Miguel, un ángel para Chile (2009) de la compañía teatral El Cielo,[9]​ y M.A. Héroe de Peñablanca (2013) de la compañía La Santa[10]​ y la película La pasión de Michelangelo (2013) dirigida por Esteban Larraín.

Referencias

editar
  1. «Cura que investigó apariciones de la virgen en Villa Alemana: "Fue una orden de Pinochet para acallar a los obispos"». SoyChile. 28 de abril de 2013. Consultado el 27 de febrero de 2023. 
  2. a b Emol (2008). «Cuarenta fanáticas despiden restos del "vidente" de Peñablanca». 
  3. «“Luz divina” lo convirtió en Karole Romanoff». 
  4. «Historia del Vidente de Peñablanca». Consultado el 29 de junio de 2024. 
  5. La Cuarta (31 de agosto de 2003). «Miguel Ángel: "Chile me mató"». Archivado desde el original el 9 de febrero de 2010. Consultado el 29 de abril de 2010. 
  6. El Mercurio (2008). «Últimos días del vidente de Peñablanca». 
  7. Noticia cristiana (2008). «Muere el vidente fundador de “Los Apóstoles de Dios” en Chile». 
  8. «Álvaro Bisama: "Escribo los libros que me gustaría leer"». Revista Ñ. 27 de septiembre de 2012. Consultado el 17 de diciembre de 2014. 
  9. «Obra recuerda caso "Miguel Ángel"». El Mercurio de Valparaíso. 21 de enero de 2010. Consultado el 17 de diciembre de 2014. 
  10. «M.A. Héroe de Peñablanca». Emol. Consultado el 17 de diciembre de 2014. 

Enlaces externos

editar