Diferencia entre revisiones de «Servicio Exterior de Falange»

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== Historia ==
=== Orígenes y primeros años ===
Algunos autores sitúan la creación del servicio exterior de [[Falange Española y de las JONS|Falange]] en una fecha tan temprana como agosto de 1935,{{Sfn|Naranjo Orovio|1988|p=1}}{{Sfn|Payne|1999|p=360n}} mientras que otros establecen que fue en octubre de 1936,{{Sfn|Sánchez López|2007|p=171}} con la misión de agrupar a las delegaciones de Falange ya existentes en el extranjero. [[Wayne H. Bowen]] señala que no se organizó formalmente hasta comienzos de 1937, y que hasta entonces las funciones de coordinación de las organizaciones existentes en el exterior eran ejercidas desde el verano de 1936 por la Jefatura Nacional de Prensa y Propaganda, al frente de la cual estaba [[Luis Casaús Ardura]].{{Sfn|Bowen|2000|p=26}} No sería hasta febrero de 1937{{Sfn|González Calleja|1994|pp=281-282}} cuando el líder nacional de Falange, [[Manuel Hedilla]], nombró a un jefe para ocuparse de la organización de Falange en el exterior: [[Felipe Ximénez de Sandoval]].{{Sfn|Payne|1999|p=342}} En sus primeros momentos de existencia, el Servicio Exterior de Falange mantuvo muchas similitudes con la ''[[NSDAP/AO|Auslandsorganisation]]'' (AO) del [[Partido nazi]] alemán, aunque también con los ''Fasci all'Estero'' del [[Partido Nacional Fascista]].{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|2012|p=134}}
 
Tras el [[Decreto de Unificación]], en el verano de 1937 el Servicio Exterior quedó encuadrado como un organismo del nuevo partido del régimen franquista, [[FET y de las JONS]].{{Sfn|Gallego|Morente|2005|p=217n}} Pasó a denominarse Delegación Nacional del Servicio Exterior de Falange (DNSEF). En varios países del extranjero se organizaron varias delegaciones del partido, y con el tiempo estas acabaron convirtiéndose en un instrumento del estado franquista en el exterior.{{Sfn|Naranjo Orovio|1988|p=3}} [[José del Castaño Cardona]], un diplomático de carrera, no tardaría en sustituir a Ximénez de Sandoval al frente del organismo —agosto de 1937—.{{Sfn|González Calleja|1994|p=282}}{{Sfn|Moreno Cantano|2006|p=113}} La Falange Exterior para entonces ya jugaba un importante papel, pues coordinaba y controlaba a las distintas organizaciones de Falange que existían en el exterior.{{Sfn|Bowen|2000|p=49}}Algunas de las funciones que realizaba eran de naturaleza militar, como operaciones de vigilancia, represión encubierta, agresiones, espionaje y contraespionaje.{{Sfn|Leonard y Bratzel|2007|p=96}} Así, toda actividad que la Falange realizara en el extranjero debería llevarse a cabo a través de su Servicio Exterior.{{Sfn|Bowen|2000|p=49}} Sin embargo, todos los falangistas que salieran de España en misión oficial tenían prohibido llevar sus uniformes, así como entrar en contacto con miembros de las organizaciones políticas de otros países.{{Sfn|Bowen|2000|p=49}} Inicialmente la DNSEF actuó de forma paralela a la diplomacia franquista, hasta que el 18 de mayo de 1938 el gobierno de Burgos emitió un informe por el cual establecía que todas las delegaciones de Falange en el exterior quedarían supedidatas a los representantes diplomáticos franquistas.{{Sfn|Romero Samper|2005|p=145}}
 
Hacia el final de la guerra civil el Servicio Exterior había logrado establecer numerosas secciones en el extranjero, principalmente en países de Sudamérica.{{Sfn|Payne|1999|p=343}} La principal delegación sudamericana de FET y de las JONS se encontraba en Uruguay, con cerca de 1.0001000 afiliados, en comparación con los cerca de 4.0004000 afiliados que se repartían entre el resto de países de Sudamérica.{{Sfn|Payne|1999|p=343}} En Argentina llegó a haber unas sesenta delegaciones de FET y de las JONS hacia 1939.{{Sfn|Duarte|2007|p=233}} El historiador [[Stanley G. Payne]] ha señalado que la influencia de estas delegaciones llevó a la creación de partidos independientes latinoamericanos inspirados en el falangismo, como la [[Falange Socialista Boliviana]] o la [[Falange Nacional]] de Chile.{{Sfn|Payne|1999|p=343}} En contraste, a la altura de 1939 algunas delegaciones de Falange habían chocado con la oposición de las autoridades locales. Este fue el caso de los gobiernos de Cuba y México, países poco receptivos hacia el régimen franquista, que de hecho acabarían expulsando a varios agentes falangistas.{{Sfn|Payne|1999|p=343}}
 
No obstante, fue el Servicio Exterior de Falange quien tuvo el protagonismo de la acción propagandística del régimen en Latinoamérica.{{Sfn|del Arenal|1994|p=34}}
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Tras el fin del conflicto, la sede del organismo, anteriormente alojada por Salamanca, Burgos y San Sebastián, se instaló en 1940 en el [[Círculo de Bellas Artes|n.º 42 de la Calle Alcalá]] —antigua sede del Círculo de Bellas Artes—, en Madrid.{{Sfn|González Calleja|1994|p=282}} Poco después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939 [[Ricardo Giménez-Arnau]] fue elegido para dirigir el Servicio Exterior,{{Sfn|Bowen|2000|p=63}} sustituyendo a Sánchez Mazas.{{Sfn|Chueca|1983|p=245}} Durante los primeros años de la contienda, al amparo de las victorias alemanas en Europa y la influencia de las potencias fascistas, Falange intentó aprovechar aquel contexto para potenciar su acción en el exterior.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|2012|p=156}}[[Archivo:LeibstSpanDelBerlin1940.jpg|vínculo=https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:LeibstSpanDelBerlin1940.jpg|miniaturadeimagen|230x230px|Serrano Suñer y [[Heinrich Himmler|Himmler]], junto a otros oficiales en la sede de la [[1.ª División Leibstandarte SS Adolf Hitler|división «Adolf Hitler»]], en Berlín (1940).]]
 
Hacia 1940 el nuevo ministro de asuntos exteriores, [[Ramón Serrano Suñer|Serrano Suñer]], dio un nuevo impulso al organismo.{{Sfn|Payne|1999|p=344}} Una consecuencia de este nueva política fue un aumento del presupuesto de la organización exterior, y la consecuente intensificación de sus actividades.{{Sfn|Payne|1999|p=344}} Además, recuperó a Ximénez de Sandoval —convertido ahora en su jefe de gabinete—, y en agosto de 1941 lo puso nuevamente al frente de la Falange Exterior.{{Sfn|Payne|1999|p=344}} Serrano Suñer impulsó a través de la Falange Exterior la promoción de la «[[Hispanidad]]» en los países de Hispanoamérica, y muy especialmente un Hispanismo de carácter más belicoso y anti-norteamericanoantinorteamericano.{{Sfn|Michonneau|Núñez Seixas|2014|p=83}} El organismo se convirtió en un instrumento del régimen franquista para difundir su ideología por los países iberoamericanos.{{Sfn|Michonneau|Núñez Seixas|2014|p=83}}
 
La Falange Exterior también desarrolló una importante actividad en los países del Eje, a pesar de la situación bélica.{{Sfn|Bowen|2006|p=26}} Se mostró muy activa en Alemania, Marruecos, Portugal e Italia.{{Sfn|Bowen|2006|p=26}} Latinoamérica fue una región de especial actividad para la Falange. El régimen buscaba recuperar la antigua relación privilegiada que España tenía en este área, a la vez que reforzar su imagen de cara al exterior, y afianzar su posición política ante el «Nuevo Orden» que las Potencias del Eje estaban organizando en Europa.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|2012|p=156}} Sin embargo, la reacción de muchos países latinoamericanos a la influencia fascista —y también la cada vez mayor falta de recursos— afectaron seriamente a la actividad de la Falange Exterior.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|2012|p=156}} Así pues, en detrimento de la actividad política, se acabó optando por utilizar la cobertura cultural como una plataforma desde la que seguir irradiando los planteamientos ideológicos.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|2012|p=156}} Ello, sin embargo, no minimizó el rechazo en América. La amenaza de las potencias fascistas también empezó a ser tenida muy en cuenta por el [[Departamento de Estado de los Estados Unidos|Departamento de Estado]] de los Estados Unidos, que consideró la política exterior franquista en América del Sur como un instrumento de la Alemania nazi y la Italia fascista.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|2012|p=148}} Así, en la VIII Conferencia Panamericana el secretario de Estado [[Cordell Hull]] insistió en la necesidad de tomar medidas para impedir la infiltración de las Potencias del Eje en el continente americano.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|2012|p=152}} Aunque las actividades falangistas en Latinoamérica no tenían relación con la Alemania nazi, lo cierto es que la doctrina panhispanista de Falange encontraba acogida entre las élites dirigentes latinoamericanas, y constituía un desafío a la hegemonía norteamericana en la zona.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|2012|p=148}}
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La desconfianza de los gobiernos hispanoamericanos dio un paso más cuando a finales de 1941 las autoridades de varios países dejaron fuera de la ley a las filiales locales del Partido nazi y la Falange.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|1988|pp=74-75}} Con posterioridad, la entrada en guerra de muchos de estos países en favor de los Aliados complicó aún más la situación de la Falange.
 
La posibilidad de la intervención española en la contienda también se convirtió en un motivo de preocupación para los Estados Unidos, que investigó las actividades de la Falange en América Latina, especialmente en [[Puerto Rico]],{{Sfn|Leonard|Bratzel|2007|p=103}} donde los sentimientos pro-Falange y pro-franquistas fueron elevados, incluso entre las clases dirigentes.{{Sfn|Leonard|Bratzel|2007|pp=96 y ss.}} Algunos falangistas promovieron la idea de apoyar la lucha de las antiguas colonias españolas contra la dominación norteamericana.{{Sfn|Bowen|2000|p=59}} Sin embargo, la realidad de la España de posguerra era que el estado franquista no estaba en condiciones económicas para llevar a cabo una amplia campaña propagandísitcapropagandística; a esto se unió la decidida oposición de las élites liberales y los movimientos izquierdistas.{{Sfn|Payne|1999|p=344}} Además de las actividades en Sudamérica, esta situación también se dio en otros territorios. Por ejemplo, antes del estallido de la guerra mundial, el apoyo a Franco y la Falange era alto entre la comunidad española de Filipinas.{{Sfn|Steinberg|2000|p=122}} A través de la «[[Falange Filipina]]», el Servicio Exterior de Falange llegó incluso a colaborar con las fuerzas japonesas en su lucha contra las fuerzas militares estadounidenses durante la [[Campaña de Filipinas (1941-1942)|conquista de Filipinas]], en 1942.{{Sfn|Payne|1999|p=538}}
 
=== Decadencia y últimos años ===
Serrano Suñer cayó en desgracia y en septiembre de 1942 fue destituido de todos sus puestos, siendo sustituido por [[Francisco Gómez-Jordana Sousa|Francisco Gómez-Jordana]].{{Sfn|Bowen|2006|p=50}} Esto supuso un cambio en la política del Ministerio de Asuntos Exteriores, en contraste con la anterior postura pro-nazi de Serrano.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|1988|pp=47-48}} Ximénez de Sandoval también había visto truncada su carrera diplomática en marzo de 1942, tras un incidente.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|1988|p=69n}} Durante el resto de la contienda pasaron por la dirección del Servicio Exterior [[Fernando María Castiella]] (1942-1943) y [[Antonio Riestra del Moral]] (1943-1945).{{Sfn|Chueca|1983|p=245}} Muy debilitada con respecto a su situación al inicio de la guerra, el Servicio Exterior continuó desarrollando sus acciones en el exterior, aunque cada vez en un contexto más difícil, y con una mayor falta de fondos. Las actividades subversivas de Falange en Hispanoamérica fueron uno de los motivos que llevaron a los norteamericanos —también hubo otras razones, especialmente el llamado [[Incidente Laurel]]— a imponer un embargo petrolífero a la España franquista en 1944.{{Sfn|Bowen|2006|p=46}} En marzo de ese año el Fiscal general de los EE. UU., [[Francis Biddle]], llegó al extremo de a acusar a la Falange de estar detrás de un sinfín de incidentes y sucesos que habían tenido lugar en Sudamérica, como el [[movimiento sinarquista]] en México o el [[Grupo de Oficiales Unidos]] en Argentina.{{Sfn|Delgado Gómez-Escalonilla|1988|p=97}}
 
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial las actividades del Servicio Exterior quedaron muy reducidas y finalmente sería disuelto,{{Sfn|Romero Samper|2005|pp= 144-150}} el 10 de diciembre de 1945.{{Sfn|Moreno Cantano|2006|p=113}}
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Allá donde se creó una delegación exterior de Falange, se había reproducido la estructura completa del partido, excepto la organización de milicias. Así, dispondrán de un secretariado y un tesorero, así como de servicios de ayuda al inmigrante —con el objetivo de atraerse a aquellos inmigrantes con una situación económica precaria—{{Sfn|Naranjo Orovio|1988|pp=5-8}} y delegaciones de la [[Sección Femenina]], el [[Auxilio Social]] y la [[Organización Juvenil Española|Organización Juvenil]].{{Sfn|Bowen|2006|p=179}}{{Sfn|Naranjo Orovio|1988|p=20}} La escala de jefes también se reproducía en el exterior, con Jefaturas comarcales exteriores, Jefaturas provinciales [regionales] exteriores, y un jefe territorial a la cabeza de toda la organización en cada territorio.{{Sfn|Naranjo Orovio|1988|pp=8, 20}}
 
La Falange Exterior dispuso de una amplia red de [[Auxilio Social|servicios sociales]] y caritativos. Sus delegaciones en el exterior llegaron a contar con servicios de ayuda como la Hermadad Exterior —encargada de la beneficencia con los indigentes—, el Servicio de Sanidad, la Delegación de Cultura y Recreo —que tenía fines educativos y propagandísticos—, o la famosa [[Sección Femenina]].{{Sfn|Romero Samper|2005|p=149}} Estos organismos de ayuda también realizaban otras labores, como la concesión de becas de distinto tipo, o incluso la repatriación a la península de españoles sin recusos —si bien la actividad se produjo en muy reducido número—. También contó con sus propios órganos de propaganda en el exterior.{{Sfn|Romero Samper|2005|p=149}}
 
A través del Servicio Exterior se publicaron numerosas publicaciones de ideología falangista en el ámbito exterior. Una de estas publciaciones, la revista ''Arriba España'', fue editada en Buenos Aires, La Habana, [[La Paz]], Panamá, San José de Costa Rica, etc.{{Sfn|Michonneau|Núñez Seixas|2014|p=83}} En Filipinas se editaron dos publicaciones: ''Yugo,'' y posteriormente ''Amanecer''.{{Sfn|Rodao|1995|p=13}} A partir del 22 de febrero de 1943 se publicó un ''Boletín de Información del Servicio Exterior de Falange'', dirigido por [[Enrique Llovet]].{{Sfn|Rodríguez Puértolas|2008|p=565}}