Diferencia entre revisiones de «Facundo Quiroga»

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En respuesta, Quiroga decidió volver a la lucha que había abandonado: pidió a Rosas fuerzas con que regresar a la lucha. Dado que el gobernador porteño junto al santafesino [[Estanislao López]] estaban invadiendo Córdoba, solo pudo poner a su disposición unos 450 delincuentes y vagos de la cárcel. Facundo los entrenó con cuidado y pronto los convirtió en soldados.
 
A principios de [[1831]], Quiroga avanzó por el sur de Córdoba hacia Cuyo. En el camino se le unieron varios soldados desertados del ejército de Paz en la [[batalla de Fraile Muerto]].<ref>Estos habían sido soldados de Quiroga, unidos a la fuerza al ejército unitario. Al comenzar la batalla de Fraile Muerto, se pasaron a las fuerzas federales, y luego pidieron al jefe federal que les permitiera unirse a Facundo.</ref> Ocupó la villa de [[Río Cuarto (ciudad)|Río Cuarto]] después de una violenta batalla, y poco después derrotó sobre el [[río Quinto]] al coronel [[Juan Pascual Pringles]], que fue muerto por un oficial ante quien no se quiso rendir. El coronel Pringles, héroe de la campaña del general José de San Martín al [[Perú]], era muy respetado por Quiroga, que gritó al oficial que lo había matado: {{cita|"¡Por no manchar con tu sangre el cadáver del valiente coronel Pringles, no te hago pegar cuatro tiros ya mismo! ¡Cuidado, otra vez, miserable, que un vencido invoque mi nombre!"}}
 
Pocos días después enfrentaba en [[Provincia de Mendoza|Mendoza]] al gobernador [[José Videla Castillo]] en la [[batalla de Rodeo de Chacón]], del 22 de marzo de 1831. Quiroga dirigió la batalla desde el pescante de una diligencia, señalando lo que quería mostrar con una cañita: el reuma no le permitía montar. Con esta victoria consiguió el control de San Luis y Mendoza, mientras sus partidarios recuperaban San Juan y La Rioja.
 
Unos días más tarde, recibió la noticia de que su mejor amigo, el general Villafañe, había intentado regresar desde Chile. Pero en el camino se había cruzado con un oficial unitario que lo había asesinado.<ref>Al parecer, se trataba del mismo oficial que había asesinado, años antes, al héroe de la independencia chilena [[Manuel Javier Rodríguez Erdoíza|Manuel Rodríguez]] por orden de [[Bernardo de Monteagudo]].</ref> Perdió los estribos, y cometió el acto más monstruoso de su carrera: mandó fusilar a todos los prisioneros de Río Cuarto y de [[Batalla de Rodeo de Chacón|Rodeo de Chacón]] que estaban en el cuartel: en total, veintiséis muertos. Fue el único asesinato en masa que ordenó Quiroga, a pesar del mito establecido por Sarmiento, de que mataba gente cada vez que le venía en gana.
 
A principios de [[1831]], Quiroga avanzó por el sur de Córdoba hacia Cuyo. En el camino se le unieron varios soldados desertados del ejército de Paz en la [[batalla de Fraile Muerto]].<ref>Estos habían sido soldados de Quiroga, unidos a la fuerza al ejército unitario. Al comenzar la batalla de Fraile Muerto, se pasaron a las fuerzas federales, y luego pidieron al jefe federal que les permitiera unirse a Facundo.</ref> Ocupó la villa de [[Río Cuarto (ciudad)|Río Cuarto]] después de una violenta batalla, y poco después derrotó sobre el [[río Quinto]] al coronel [[Juan Pascual Pringles]], que fue muerto por un oficial ante quien no se quiso rendir. El coronel Pringles, héroe de la campaña del general José de San Martín al [[Perú]], era muy respetado por Quiroga, que gritó al oficial que lo había matado: {{cita|"¡Por no manchar con tu sangre el cadáver del valiente coronel Pringles, no te hago pegar cuatro tiros ya mismo! ¡Cuidado, otra vez, miserable, que un vencido invoque mi nombre!"}}
 
Por su parte, Paz fue capturado por las fuerzas de Estanislao López, y el mando pasó a Lamadrid. Este se retiró a Tucumán, para hacerse fuerte en su propia provincia. Hasta allí lo fue a buscar Quiroga, que lo venció (por tercera vez) en la [[batalla de La Ciudadela]], el 4 de noviembre de [[1831]]. Esta batalla terminó con la Liga Unitaria.<ref>Después de la batalla cometió el último de sus desmanes, al fusilar a 34 oficiales aunque algunos negaron esta matanza.</ref>
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La imagen terrible de Facundo se cristalizó con el libro de Domingo Faustino Sarmiento, ''"Civilización i Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga"'' —editado en [[1845]] en [[Santiago de Chile]]— más conocido como "[[Facundo: Civilización y Barbarie]]". La popular obra es un panfleto político, que si bien posee algunas inexactitudes históricas, contiene un ataque a Rosas a través de quien había sido su aliado. Por otro lado, el objetivo de Sarmiento fue la demostración de la tesis de que las [[guerras civiles argentinas]] dirimeron el conflicto entre la ''civilización'' —civilización occidental, representada por Gran Bretaña, [[Francia]] y los [[Estados Unidos]]— y la ''barbarie'' —identificada con los [[indígenas]], los españoles y las personas de Rosas y Quiroga. Fuera de su indudable valor literario, el relato de Sarmiento se ajusta específicamente a ese objetivo. Sobre la base de considerar el testimonio de Sarmiento como una obra historiográfica fidedigna se creó posteriormente una verdadera leyenda negra sobre los federales<ref>Hasta finales del siglo XX los nombres de ciudades, pueblos y calles de la Argentina estaban reservados casi exclusivamente a políticos y jefes militares unitarios</ref> en la que ellos simbolizaron la arbitrariedad, la violencia, la incultura y la tiranía.
[[Archivo:FACUNDO QUIROGA- MONUMENTO- PLAZA DE LAS JUVENTUDES.jpg|miniaturadeimagen|Monumento de Facundo Quiroga en la plaza de las Juventudes, representando una Historia. ]]
 
En respuesta a la clásica posición mayoritaria de las [[Academias]] -sostenida hasta el presente- los [[revisionismo histórico en Argentina|historiadores revisionistas]] del {{siglo|XX||s}} crearon otra, de tendencia opuesta pero minoritaria, en la cual Facundo Quiroga aparece cruel solo por necesidad.