Diferencia entre revisiones de «Cuento de terror»

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He aquí una referencia clara al cuento de terror literario, aunque parece más bien restringirse al modelo y espíritu del propio [[Lovecraft]]. Pero lo que habría que destacar sin duda es el elemento ''[[sobrenatural]]'', hoy también conocido como ''[[paranormal]]''.
 
Llopis, por otra parte, hace oscilar el género de la novela larga al relato breve, de lo irreal al realismo, del realismo al onirismo, del cuento al informe técnico, del informe técnico a la ciencia- ficción, de ésta al misticismo, etc., en sucesivas oleadas.<ref>''Ibíd.'', p. 12</ref>
 
El escritor y especialista británico [[L. P. Hartley]] describía una de sus variedades, el [[cuento de fantasmas]], como «la forma más exigente del arte literario».<ref>citado en introd. ''Historias de fantasmas de la literatura inglesa'', p. 10</ref>
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[[Archivo:Horace Walpole.jpg|180px|miniatura|[[Horace Walpole]], pionero de la [[novela gótica]].]]
El inglés [[Horace Walpole]] fue el padre de la exitosa serie (''[[El castillo de Otranto]]'', 1764). Años más tarde, tuvo como destacados continuadores a [[William Beckford]] (''[[Vathek]]'', 1786), [[Ann Radcliffe]] (''[[Los misterios de Udolfo]]'', 1794), [[Matthew G. Lewis]] (''[[El monje]]'', 1796) y [[Charles Maturin]] (''[[Melmoth el errabundo]]'', 1820), sin olvidar a la que fue precursora de la ciencia- ficción [[Mary Shelley]] (''[[Frankenstein o el moderno Prometeo]]'', de 1817). También cabría mencionar aquí la novela ''[[Manuscrito encontrado en Zaragoza]]'' (1805), del polaco [[Jan Potocki]]. (Para más información, véase el artículo correspondiente: [[Novela de terror]].)
{{cita|La parte baja del castillo estaba recorrida por varios claustros intrincados, y no resultaba fácil para alguien tan ansioso dar con la puerta que se abría a la caverna. Un terrible silencio reinaba en aquellas regiones subterráneas, salvo, de vez en cuando, algunas corrientes de aire que golpeaban las puertas que ella había franqueado, y cuyos goznes, al rechinar, proyectaban su eco por aquel largo laberinto de oscuridad. Cada murmullo le producía un nuevo terror, pero aún temía más escuchar la voz airada de Manfredo urgiendo a sus criados a perseguirla.|''El castillo de Otranto'', de [[Horace Walpole]]<ref>Horace Walpole: ''El castillo de Otranto'', www.todoebook.net - Acceso 21/12/2012: {{cita web |url= http://www.todoebook.net/ebooks/NoveladeSuspensoyPoliciaca/Horace%20Walpole%20-%20El%20Castillo%20de%20Otranto%20-%20v1.0.pdf |título= El castillo de Otranto}}</ref>}}
 
=== Primeras muestras ===
Entre los primeros cuentistas propiamente dichos, es preciso nombrar al alemán [[E.T.A. Hoffmann]] (1776-1822), a quien Lovecraft llegó a tachar de ligero y extravagante, pero cuyo talento pionero anticipó muchos de los temas y formas que dominarían en años posteriores, incluyendo la [[ciencia- ficción]], a través de títulos como “El magnetizador”, “El hombre de arena” o “Los autómatas”.
 
El francés [[Charles Nodier]] (1780-1844), bibliotecario de enorme prestigio en su tiempo, además de filósofo, científico y alborotador político, a raíz de su devoción por Hoffmann, dejó a la posteridad un nutrido ramillete de obritas repletas de brujas, vampiros y espectros varios, a medias entresacados de la tradición popular y de su propia cosecha. En ellas se aúnan la sencillez de diseño y el delicioso sonsonete del viejo cuento de aparecidos: “El vampiro Arnold-Paul”, “El espectro de Olivier”, “Las aventuras de Thibaud de la Jacquière”, “El tesoro del diablo”.
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=== Lovecraft y compañía ===
[[Archivo:H. P. Lovecraft, June 1934.jpg|miniatura|150px|derecha|[[H. P. Lovecraft]].]]
[[Howard Phillips Lovecraft|H. P. Lovecraft]] (1890-1937), estadounidense de Providence, es reconocido por la crítica, junto a Poe, como el máximo exponente del cuento de terror. Su aportación más importante fue el llamado ''cuento materialista de terror''. Mezclando el espanto con la ciencia- ficción, se trata de una narración de [[horror cósmico]] que propone una nueva [[mitología]] plena de escalofriantes dioses y monstruosidades [[arquetipo|arquetípicos]]; se ha dicho que se trata de la última mitología que ha conocido Occidente: los [[Mitos de Cthulhu]].<ref>Llopis, introducción a ''Los Mitos de Cthulhu'', p. 16</ref> Devoto de Poe, sus otras fuentes conocidas son el fantástico y enigmático mundo de los sueños, la historia y el paisaje de Nueva Inglaterra, su tierra, y un selecto grupo de autores de su predilección: [[William Hope Hodgson]] (“Una voz en la noche”), [[Lord Dunsany]] (“El pobre Bill”), [[Arthur Machen]], [[Algernon Blackwood]], ''et alii''. (Títulos: “[[El horror de Dunwich]]”, “[[La sombra sobre Innsmouth]]”, “[[En la noche de los tiempos]]”, “[[El clérigo malvado]]”...).
{{cita|Acurrucado dentro del ataúd secular, rodeado por el denso cortejo de pura pesadilla de los enormes y entumecidos murciélagos, yacía la osamenta que mi amigo y yo habíamos profanado, pero ya no eran los huesos tranquilos y limpios que allí habíamos encontrado aquella noche funesta, sino un esqueleto cubierto de sangre coagulada y de jirones de carne y cabellos ajenos, que me miraba hondamente con sus órbitas fosforescentes y con los maxilares ensangrentados y retorcidos: ¡La mueca de mi inevitable condenación!|“[[El sabueso]]”, de [[H. P. Lovecraft]]<ref>''Necronomicon II''. Barral, 1976, p. 155</ref>}}
 
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Señala [[Rafael Llopis]] que la época que él denomina ''neoterrorífica'', datable en el primer tercio del {{siglo|XX||s}} (Lovecraft y similares), «en la que el muerto deja paso a entes arcaicos, espíritus de la naturaleza, dioses antiguos que reclaman su poder y amenazan con destruir la mente con grandes dosis de pavor sagrado, fascinación y ''mysterium tremendum'', [...] termina por desembocar en la ciencia-ficción, en cuyo seno sigue evolucionando». Y finalmente, tras diversas vicisitudes, «los cuentos de terror sangriendo y macabro, de vísceras y monstruos sádicos, constituyen una degradación de la línea evolutiva del cuento de miedo (''infraterrorífica'')».<ref>Llopis, 289-0</ref> Por otra parte, a partir de los años 70 del {{siglo|XX||s}}, se registran dos fenómenos significativos. En primer lugar, el terror literario muestra una acusada inclinación a la novela larga en detrimento del cuento. Además, se ha generalizado la llamada «banalización del terror», según advierte el historiador de este género [[S. T. Joshi]], citando al editor estadounidense Stefan Dziemianowicz. Esta tendencia está muy relacionada con el ''gore'' (véase [[cine gore]]) y se aprecia aún más notoriamente en el medio televisivo.<ref>''[[Historia natural de los cuentos de miedo]]'', pp. 317 y 326-7</ref>
 
Entre los más conocidos autores contemporáneos, en su mayoría norteamericanos, hay que mencionar a [[Robert Aickman]] (“Las espadas”), [[T. E. D. Klein]] (“Los hijos del reino”), [[Dan Simmons]] (“El río Estigia fluye corriente arriba”), [[Ramsey Campbell]] (“La camada”), [[Peter Straub]] (“La esposa del general”), [[Dean Koontz]] (“Terra Phobia”), [[Theodore Sturgeon]] (“Segmento brillante”), los clásicos [[Richard Matheson]] (“A través de los canales”) y [[Ray Bradbury]] (“Y la roca gritó”), el joven (en los 80) y rompedor [[Clive Barker]] (“Terror”) y el omnipresente e irregular [[Stephen King]] (“La niebla”). Casi todos estos autores han cultivado con acierto la ciencia- ficción, especialmente Bradbury y Matheson.
 
{{cita|El motivo era evidente, pero al principio la mente de Randy se negó a aceptarlo... Era demasiado imposible, demasiado demencialmente grotesco. Mientras miraba, algo tiraba del pie de Deke en el espacio entre dos de las tablas que formaban la superficie de la balsa acuática. Entonces vio el brillo opaco de la cosa negra, más allá del talón y los dedos del pie derecho sutilmente deformado de Deke; un brillo opaco en el que se movían giratorios y malévolos colores. La cosa se había apoderado del pie. («¡Mi pie!», gritó Deke, como para confirmar esta deducción elemental. «¡Mi pie, oh, mi pie, mi PIEEE!»).|“La balsa”, de [[Stephen King]]<ref>VV.AA. ''Horror - 2'', Ed. Martínez Roca, Barcelona, 1986, ISBN 84-270-1068-9, p. 127</ref>}}