Diferencia entre revisiones de «Las amistades peligrosas (novela)»

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[[Archivo:LiaisonsDangereuses LXXI.jpg|thumb|Ilustración de la carta LXXI de ''Liaisons Dangereuses'', 1796.]]
 
La marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont, amantes en otro tiempo, aprovechan cualquier ocasión para ridiculizar a la sociedad puritana y privilegiada en que viven, '''s''' utilizando a todos aquellos que los rodean, y dejando atrás una larga lista de conquistas eróticas. La correspondencia entre estos dos personajes, en la que relatan sus hazañas, constituye el cuerpo central del relato, en el cual se inscriben las distintas subtramas.
 
Sin embargo, a pesar de ser rivales, no están en igualdad. El vizconde de Valmont, por su condición de hombre, puede hacer alarde de su comportamiento libertino y gozar incluso por ello de una cierta reputación. Las cartas que dirige a la marquesa de Merteuil solo son el relato de sus aventuras.
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Pero no sucede lo mismo con esta. Aunque llega a rivalizar con el vizconde en cuanto a aventuras de alcoba, la marquesa de Merteuil, además, está obligada a mantener una doble vida. Su rango social (es marquesa), matrimonial (es viuda) obligan a que se comporte de un modo hipócrita, e incluso maquiavélico. Es cierto que el vizconde también usa estas armas, pero únicamente de manera puntual, como herramientas para lograr sus conquistas.
 
Para igualarse con él, la marquesa de Merteuil debe además, conseguir zafarse del papel social que se le asigna. Ha declarado la guerra a los hombres, y, considerándose “nacida para vengar a su sexo” (carta LXXXI [archivo]),<ref>{{Cita web|url=https://fr.wikisource.org/wiki/Les_Liaisons_dangereuses/Lettre_81|título=Les Liaisons dangereuses/Lettre 81 - Wikisource|fechaacceso=21 de noviembre de 2018|sitioweb=fr.wikisource.org|idioma=fr}}</ref> utiliza toda su inteligencia y sol para conservar su independencia, sus amantes y su reputación. Toda la fuerza de la novela reside en la narración de estas dos tramas intercaladas: el relato de sus respectivas aventuras libertinas, sus estrategias y sus peripecias, pero también el enfrentamiento del uno contra el otro. Un enfrentamiento que aparece en un principio como un mero juego de seducción, para acabar transformándose en una rivalidad destructiva. En definitiva, ambos se arrebatarán mutuamente aquello que les es más preciado.
 
El vizconde de Valmont está resuelto a seducir a madame de Tourvel, virtuosa, casada, y por tanto inaccesible, que está alojándose con la tía de Valmont mientras su marido, un letrado notable, está de viaje.