Diferencia entre revisiones de «Invasiones inglesas»

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El 27 de junio de 1797, [[José de Bustamante y Guerra]], por orden del virrey [[Pedro Melo de Portugal]], informó sobre un plan para construir una flota de 25 lanchas cañoneras previendo una invasión inglesa al Río de la Plata y nombró a [[Santiago de Liniers]] como su futuro comandante. Estas pequeñas embarcaciones, fáciles de maniobrar y arrumbar, sin cubierta, propulsadas a remo y que llevaban un cañón u obus eran ideales para operar en el Río de la Plata con sus bancos, canales y escasa profundidad. El plan terminó finalmente en 1802 con la construcción de las naves y de un tinglado para protegerlas de la intemperie. Desde finales de 1797 comenzaron a llegar a Buenos Aires y Montevideo indios guaraníes, llamados “indios bogantes”, provenientes de La Candelaria, para ser utilizados como remeros en esas embarcaciones totalizando finalmente unos 263 individuos. Liniers se jactó de haber puesto a los indios en un “pie sobresaliente de disciplina y destreza”. Además del entrenamiento se les prestó alojamiento, alimentos, cuidado sanitario y un salario de 4 reales mensuales per cápita.{{Harvnp|Bauzá|2005|p=346-354}}
 
Hacia fines de 1805 la posibilidad de una invasión inglesa ya recorría Buenos Aires. Esta capital sudamericana, con sus 45 000 habitantes, era uno de los puertos más prósperos del Nuevo Mundo. El [[virrey del Río de la Plata]], [[Rafael de Sobremonte]], [[Marquesado de Sobremonte|III marqués de Sobremonte]], había solicitado refuerzos militares a España en varias oportunidades. Los cuerpos militares del virreinato habían sufrido muchas bajas en los últimos tiempos, en particular, durante la sublevación [[indígena]] liderada por [[Túpac Amaru II]]. Sin embargo, la única respuesta que obtuvo fueron unos cuantos cañones y la sugerencia de armar al pueblo para la defensa. Pero el virrey entendía que dar armas a los criollos, muchos de ellos influenciadosinfluidos por ideas revolucionarias, era una estrategia peligrosa para los intereses de la corona.{{cr}}
 
El jueves 2 de enero de 1806 arribó al puerto de Buenos Aires el [[Bergantín mercante Espíritu Santo|bergantín mercante ''Espíritu Santo'']]. Su capitán, Francisco Paula de Fernández fue interrogado por el alférez de fragata Juan María Navarro por orden de [[Santiago de Liniers]]. El capitán informó haber visto llegar una flota británica a [[Salvador de Bahía|Todos Los Santos]],[[Brasil]].{{Harvnp|Fortín|1967|p=17}} Esta flota era una parte de la expedición de [[David Baird]] que se dirigía a la colonia holandesa de [[Cabo de Buena Esperanza]]. El 20 de abril, [[Gaspar de Santa Coloma]] escribía a [[Antonio Olaguer Feliú]] “Este río queda libre de enemigos. Hace tiempo, gracias a Dios que estamos libres del susto y sobresalto que nos causó el arribo a la Bahía de Todos los Santos de la expedición inglesa”.{{Harvnp|Lozier Almazán|1989|p=77}}