Diferencia entre revisiones de «Cristianismo primitivo»

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{{AP|Jesús histórico|Historicidad de Jesús}}
[[Archivo:First century Iudaea province-es.svg|thumb|[[Judea]] y [[Galilea]] en la época de [[Jesús]] ([[Yeshúa]] en hebreo).]]
Hacia el año 30 d.&nbsp;C.,{{Harvnp|Santero|Gascó|1990|p=19}} en tiempos del emperador romano [[Tiberio]],{{Harvnp|Teja|1990|p=23}}{{Harvnp|Santero|Gascó|1990|p=18}} el [[judío]]{{Harvnp|Nieto Ibáñez|2019|p=15; 30|ps=«...Jesús de Nazaret, que también era judío. [...] El judío Jesús de Nazaret es el inicio del cristianismo...».}}{{Harvnp|Santero|Gascó|1990|p=18|ps=«Surgió el líder judío carismático que las noticias de la época coinciden en denominar Jesús, el Cristo o Mesías (salvador), fundador de una nueva secta judía, que por su futura expansión llegaría a adquirir una extraordinaria importancia».}} [[Jesús de Nazaret]]{{Harvnp|Mosterín|2010|pp=20-22|ps=«Desde luego Jesús nunca pretendió salirse de la ortodoxia judía ni declarar abolida o caduca la Ley (la [[Torá]]), como más tarde haría [[Pablo de Tarso]]. [...] Dentro del judaísmo, Jesús predicaba en nombre de la gente humilde... y reclamaba una mayor atención al espíritu que a la letra de la Ley. [...] Denunciaba la arrogancia de los expertos intelectuales y letrados más preocupados de los detalles y los formalismos externos que de la bondad interior. En esto estaba básicamente de acuerdo con los [[fariseos]], aunque Jesús no se tomaba tan en serio la casuística de la Ley... En lo que fundamentalmente Jesús se diferenciaba de los fariseos era en su mayor radicalismo, en sus connotaciones [[apocalipticismo|apocalípticas]] de raíz [[Juan el Bautista|bautista]] y en su oposición a las autoridades y a las clases altas».}}{{Harvnp|Pérez Fernández|2003|p=71|ps=«Jesús se entiende más plausiblemente en el contexto de los movimientos internos renovadores del judaísmo y sobre la base de la tradición bíblica profética, apocalíptica y sapiencial».}}{{Harvnp|Estrada|2003|p=126-127|ps=«Jesús era un reformador judío, el profeta del reinado de Dios, tanto en sentido espacial (reino que se hace presente en Israel) como personal (señorío de Dios en la sociedad)... Jesús se inscribe dentro de un movimiento profético reformador, con tintes mesiánicos y apocalípticos, vinculado a [[Juan el Bautista]] y con una visión muy peculiar sobre el señorío de Dios sobre Israel. [...] Es decir, históricamente Jesús fue un reformador judío y no fundó ninguna nueva religión».}}{{Harvnp|Santero|Gascó|1990|pp=21-22|ps=«Su predicación se inspiraba estrictamente en la Ley judía e iba dirigida a los judíos; de hecho a él se atribuye la frase: "no he venido a abolir la Ley o los profetas, sino a hacer que se cumpla" ({{Biblia|Mt|5:17}})».}} ([[Yeshúa]] en [[lenguas arameas|arameo]] y en [[idioma hebreo|hebreo]])<ref group="nota">El nombre arameo ''Yeshúa'' se traduce al griego como ''Iesoûs'', pronunciado ''Yesús'' y castellanizado como ''Jesús'' (Mosterín, 2010, pág. 13).</ref> fue ajusticiado en [[Jerusalén]], la ciudad sagrada del [[judaísmo]], por orden del [[prefecto romano|prefecto]] de la [[provincia romana]] de [[Judea (provincia romana)|Judea]] [[Poncio Pilato]], a partir de una denuncia presentada por los [[sacerdocio (Antiguo Israel)|sacerdotes]] [[saduceo]]s que gobernaban el [[Segundo Templo|Templo]].{{Harvnp|Mosterín|2010|pp=28-30|ps=«Cuando finalmente Jesús se decidió a subir a Jerusalén, su presencia y la de sus seguidores armados resultaban lo suficientemente conflictivas como para que las autoridades judías estuvieran asustadas, temiendo una alteración del orden público que provocara la represión romana. [...] Jesús había sido aclamado como [[Rey David|rey davídico]] por sus seguidores en Jerusalén y había provocado [[Expulsión de los mercaderes del Templo|altercados en el templo]]. Los romanos lo toleraban casi todo, excepto el desorden y la rebelión, que siempre reprimían con dureza».}}{{Harvnp|Teja|1990|pp=23-24|ps=«La responsabilidad y las causas de la condena a muerte de Jesús no están claras por la deformación [[apologética]] del hecho que ofrecen las principales fuentes disponibles, los [[evangelio]]s. Es evidente que la iniciativa de la acusación partió de las autoridades religiosas judías y que el trasfondo en que surgió ésta fue la agitada vida política de la [[Palestina en tiempos de Jesús|Palestina de la época]] en que proliferaban los movimientos religiosos de tipo nacionalista y [[mesianismo|mesiánico]]. [...] En cualquier caso es evidente que la condena fue dictada por la autoridad romana, Poncio Pilato... No obstante, la [[tradición cristiana]] posterior intentará descargar de responsabilidad a Pilato y cargar las tintas en los judíos».}}{{Harvnp|Pérez Fernández|2003|p=110|ps=«Sin duda ninguna en el proceso influyó la denuncia de la aristocracia jerosolimitana... En la instancia judía, antes de llegar a Pilato, a Jesús se le acusa de amenazar al templo, hacerse mesías y blasfemar. Los sacerdotes, y especialmente la aristocracia senatorial jerosolimitana, tenían que ser muy sensibles a toda actitud que pudiera entenderse como desacato a la santidad del templo... Las opiniones más radicales de Jesús ante la Ley podían caer también bajo la acusación de blasfemia».}}{{Harvnp|Nieto Ibáñez|2019|p=31|ps=«Son las autoridades religiosas judías las que inician el proceso contra Jesús, aunque es Poncio Pilato el que lo condena finalmente y el que ordena crucificarlo...»}} Fue ejecutado mediante el infamante procedimiento de la [[crucifixión de Jesús|crucifixión]] reservado en el [[derecho romano]] a los rebeldes, a los alteradores del orden público y a los bandidos (que no tenían la [[ciudadanía romana]]).{{Harvnp|Mosterín|2010|pp=30-31|ps=«Si Jesús hubiera sido acusado de un crimen religioso, habría sido entregado a la autoridad judía del [[Sanedrín]]. Si hubiera sido condenado a muerte por esta, habría sido ejecutado por lapidación (como [[Esteban (mártir)|Esteban]] o [[Santiago el Justo|Jacobo]] luego) o ahorcado, o quemado, o decapitado. Pero los judíos no crucificaban. La [[crucifixión]] era la forma típica de ejecución infamante de los romanos. Que Jesús fuera crucificado es señal inequívoca de que sus jueces y ejecutores fueron romanos, y de que su crimen fue político: la rebelión. La acusación de proclamarse "rey de los judíos" era política no religiosa».}}{{Harvnp|Teja|1990|pp=23-24|ps=«[La condena] fue ejecutada por soldados romanos y se realizó por el sistema de la crucifixión según práctica frecuente en la época para los acusados de sedición o alteración del orden público y que no tenían la condición de ciudadanos romanos».}}{{Harvnp|Pérez Fernández|2003|p=108; 110|ps=«El poder romano intervino decisivamente, pues él tenía el ''ius gladii'' o la capacidad de ejecutar la pensa de muerte; además la crucifixión era castigo típico de Roma para los no ciudadanos romanos, ''summum supplicium'' en expresión de Cicerón... La ejecución ciertamente no fue llevada a cabo según la praxis judía, que preveía la [[lapidación]]. [...] El título de la cruz, "El Rey de los Judíos" indicaba la causa de su condena a ojos de los romanos y de algunos ambientes judíos... J. Fernández Ubiña ha mostrado convincentemente los indicios que podían mostrar a Jesús como un revolucionario peligroso y que, de hecho, decidieron la intervención expeditiva de la autoridad romana».}}{{Harvnp|Nieto Ibáñez|2019|p=31|ps=«La condena, en el fondo, se debió a un crimen político, a saber, presentarse como rey de los judíos».}}{{Harvnp|Santero|Gascó|1990|p=22|ps=«Jesús fue acusado primero por el [[Sanedrín]] y, posteriormente, sentenciado a muerte como agitador político por el procurador romano de Judea, Poncio Pilato, como lo demuestra el hecho de que se utilizó para su ajusticiamiento un método romano, la crucifixión, y no uno judío, como hubiera sido la lapidación».}} Durante el año anterior —o los tres años anteriores—<ref group="nota">Según los [[Evangelio]]s de Marcos, Mateo y Lucas el [[ministerio de Jesús]] duró un año; tres, según el de Juan.</ref> Jesús había recorrido [[Galilea]] anunciando la inminente llegada del «[[reino de Dios (cristianismo)|reino de Dios]]»{{Harvnp|Pérez Fernández|2003|p=98|ps=«La enseñanza de Jesús estuvo centrada en el anuncio del reino (o reinado) de Dios. Esto es lo que dicen todas las fuentes [[Evangelio|evangélicas]]».}}{{Harvnp|Estrada|2003|pp=126-127|ps=«El propósito de Jesús no era fundar una iglesia separada; por eso, su predicación se centró en Israel y tenía resistencia a trabajar con no hebreos. Buscaba reconstruir la sociedad para que Dios reinara en ella. [...] Pretendía renovar a Israel con el anuncio de la llegada cercana de Dios y respondía a las expectativas populares acerca de una restauración futura de Israel. Jesús y sus discípulos esperaban la pronta llegada de ese reinado de Dios. Es decir, defendían una "[[escatología cristiana|escatología]]" cercana y estaban convencidos de que ya se había iniciado la etapa final de la salvación, aunque ésta se prolongara en el futuro. Jesús era un profeta que anunciaba el final de los tiempos, la época [[mesianismo|mesiánica]] en que Dios cumpliría sus promesas».}}{{Harvnp|Nieto Ibáñez|2019|p=32|ps=«La predicación de Jesús tenía como tema el anuncio del Reino de Dios que significaba la victoria de Dios sobre la creación y la humanidad».}}{{Harvnp|Santero|Gascó|1990|p=19}} y algunos de sus seguidores —un reducido grupo de gente humilde de Galilea, en el que también había mujeres y que estaba encabezado por «los doce», que serían llamados los [[apóstoles]] y cuya identidad exacta no se conoce ya que las listas que proporcionan los [[Evangelio]]s y los ''[[Hechos de los Apóstoles]]'' no coinciden [{{Biblia|Mc|16:19}}; {{Biblia|Mt|10:20-26}}; {{Biblia|Lc|6:14-16}}; {{Biblia|Hechos|1:13}}]—{{Harvnp|Estrada|2003|pp=126-127; 165|ps=«La comunidad inicial utilizaba el simbolismo de los doce apóstoles o discípulos. Éstos interesaban como número colectivo, no en cuanto a individuos concretos, cuyos nombres e identidad desconocemos. Entre ellos destacan algunos con mayor vinculación o cercanía a Jesús, como [[Simón Pedro|Simón]] (luego llamado Pedro) y [[Juan el Apóstol|Juan]], [[Santiago el Mayor|Santiago]] y [[Andrés el Apóstol|Andrés]]».}} lo consideraban el ''[[Mesías en el judaísmo|Mesías]]'' (el 'ungido'; en hebreo ''mashíaj''), aunque él nunca se presentó como tal.{{Harvnp|Mosterín|2010|pp=9-20}}{{Harvnp|Teja|1990|p=23}}{{Harvnp|Pérez Fernández|2003|p=77|ps=«Popularmente, sin duda, Jesús fue considerado como Mesías. Sin embargo, esto choca llamativamente con la actuación de Jesús, que en ningún momento se llama a sí mismo Mesías e incluso impone silencio a los que se lo llaman. [...] Cabe deducir, pues, que Jesús no se dejó arrastrar por el populismo [[mesiánico]], aunque, trágicamente, tal populismo le llevó a la cruz».}}{{Harvnp|Estrada|2003|pp=127; 129|ps=««Pretendía renovar a [[Pueblo de Israel|Israel]] con el anuncio de la llegada cercana de Dios. Jesús y sus discípulos esperaban la pronta llegada de ese reinado de Dios. Es decir, defendían una "[[escatología cristiana|escatología]]" cercana. [...] Por eso, no había gran interés por organizar el grupo y prepararlo para la misión. Se esperaba a Dios y a su reino, y se ponía el acento en la conversión de las personas... En ese marco, tampoco había interés por las [[misión (cristianismo)|misiones]] fuera de Israel ni intencionalidad alguna de constituirse en una religión aparte del judaísmo... La comunidad cristiana era un camino dentro del judaísmo y fue llamada secta de los [[nazarenos (secta cristiana)|nazarenos]]. [...] No se puede hablar en sentido estricto de una fundación de la Iglesia por parte de Jesús, mucho menos de un momento fundacional. Jesús no estableció un marco institucional para la futura Iglesia».}}{{Harvnp|Nieto Ibáñez|2019|pp=32-33; 44|ps=«Jesús nunca se aplicó a sí mismo el título de Mesías ni se opuso al cumplimiento de la Ley de Moisés, si bien hizo una interpretación de esta ley con el objeto de substituir sus aspectos más legalistas y externos por otro más internos de la persona. [...] Su religión sigue siendo ''nacional'', sin atisbo del carácter ''universalista'', que luego la caracterizará. [...] Jesucristo no fundó directamente la Iglesia. Su predicación de la llegada del Reino, que no era temporal, y su fidelidad a la ley mosaica no apunta en absoluto a la creación de una nueva comunidad».}}<ref group="nota">Los [[judaísmo del Segundo Templo|judíos más fervientes de la época]] esperaban la llegada de un «rey» enviado por [[Dios en el judaísmo|Dios]] que los liberara de la ocupación romana y estableciera la paz y la armonía en el mundo (Mosterín, 2010, pág. 12).</ref>
 
Tras la muerte de Jesús (y la asunción de la creencia en que había [[resurrección de Jesús|resucitado]] y [[ascensión de Jesús|vuelto junto al Padre]]), «la proclamación del [[reino de Dios (cristianismo)|reino de Dios]] fue desplazada por el anuncio de la llegada del "reino de [[Cristo]]"... La [[parusía]] del Crucificado, la segunda venida del Cristo triunfante, desbancó la esperanza primera de un reinado de Dios sobre Israel y desde ahí sobre toda la humanidad», ha afirmado el teólogo católico [[Juan Antonio Estrada]],{{Harvnp|Estrada|2003|pp=130-131|ps=«Refleja la nueva interpretación que se hizo de Jesús y su obra a la luz de la resurrección. [...] Estos cambios produjeron una nueva religión, el cristianismo, diferente del monoteísmo judío...».}} con quien coincide el historiador Jesús María Nieto Ibáñez: «Se esperaba en tensa espera [[escatológica]] una segunda venida de Jesús, la parusía».{{Harvnp|Nieto Ibáñez|2019|p=34}}