La '''antigua Roma'''<ref>{{cita web|autor=Real Academia Española|título=4.2.4.7.3 Formas de Estado y de gobierno|url=https://www.rae.es/ortograf%C3%ADa/entidades#4.2.4.7.3|obra=Ortografía de la lengua española}}</ref> o '''Roma antigua Roma''' fue tanto la [[ciudad]] de [[Roma]] como el [[Estado]] que fundó en la [[Antigüedad]]. La [[civilización]] romana, de origen [[Latinos|latino]], se formó en el {{Siglo|VIII|a|s}} a partir de la agrupación de [[Pueblos antiguos de Italia|varios pueblos]] de la [[Italia central]].<ref>{{Cita web|url=https://www.britannica.com/topic/ancient-Italic-people|título=History of ancient Italic people|apellido=de Grummond|nombre=Nancy T.|fecha=2015|sitioweb=[[Encyclopaedia Britannica]]}}</ref> Roma se expandió más allá de la [[península itálica]] y, desde el {{Siglo|I||s}} hasta el {{Siglo|V||s}}, dominó el [[mundo mediterráneo]] y la [[Europa Occidental]] mediante la conquista y la asimilación de las élites locales. Durante estos siglos, la civilización romana fue una [[Monarquía romana|monarquía]], una [[República romana|república oligárquica]] y posteriormente un [[Imperio romano|imperio autocrático]]. Su dominio dejó un importante legado lingüístico, jurídico, artístico, religioso y cultural que contribuyó profundamente a dar forma a la [[civilización occidental]].
La imagen de una ciudad en continuo progreso no se corresponde plenamente con la complejidad de los hechos. Su historia no ha sido de crecimiento continuo: el progreso (a ritmos muy diferentes) ha sido seguido por el estancamiento y a veces incluso el retroceso. Sin embargo, los romanos lograron resolver las dificultades internas nacidas de la conquista bajo la República transformando sus instituciones republicanas. El establecimiento del Imperio marcó el inicio de un período en el que la conquista romana alcanzó los límites del mundo conocido en aquel tiempo.