Diferencia entre revisiones de «Lautaro»
Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 200.27.42.194 (disc.) a la última edición de Lin linao |
|||
Línea 80:
Concepción, débilmente defendida con 370 soldados y 2.000 yanaconas, se dispuso para la batalla al mando del gobernador sucesor de Valdivia, [[Francisco de Villagra Velásquez|Francisco de Villagra]], que reunió este ejército para enfrentarle.
Sin duda era el ejército más fuerte que se le podría presentar a los
Bien organizado Villagra y con la moral en alto se dispuso a la marcha el 23 de febrero de 1554. Los araucanos no los molestaron en el paso del Bío-Bío y repitieron la misma conducta cuando observaron a Valdivia en su marcha hacia el fuerte Tucapel.
Así avanzó la columna española hasta el valle de Chibilongo, dejando un destacamento para proteger las balsas. De ahí tomaron la senda de los altos de Marihueñú para atravesar la cordillera de la costa.
El camino pasaba por bosques espesos, así que Villagra ordenó como precaución al capitán Alonso de Reinoso el avanzar con 30 hombres en exploración. Al llegar a la cima, que se extendía como una planicie cortada por un precipicio por un lado y por una foresta cerrada al otro extremo, fueron atacados por los
Tan pronto ganó la cumbre, Villagra hizo formar en escuadra de combate a sus fuerzas, con los emplazamientos artilleros a retaguardia. El sol levantaba con fuerza a las ocho de la mañana. Pronto un chivaterío ensordecedor se dejó sentir junto con la salida del primer escuadrón mapuche, quienes atacaron a los españoles del mismo modo que con Valdivia en Tucapel. Y una vez más se retiraron hacía el bosque siendo reemplazado por un segundo escuadrón, luego por un tercero y un cuarto que combatían con el mismo ímpetu y arrojo.
Ya para el mediodía habían caído muerto muchos castellanos y un millar de yanaconas sin que los
A costa de mucho trabajo lograron quitarle su preciada presa a los indígenas no sin antes quedar bien aturdido por los incontables golpes de maza que le propinaron los
Pasada las 4 de la tarde aun se bregaba la batalla y los españoles empezaron a mostrar pánico, en una arremetida mapuche lograron cazar a los sirvientes de los cañones y mataron a todos sus 20 sirvientes, entonces Villagra dio por perdida la batalla y resolvió la retirada, pero para su estupor, los
Villagra logró perforar una salida en la emboscada y por ahí se salvaron apenas 66 soldados y algunos cientos de yanaconas, habían quedado 88 castellanos en poder de las eufóricas huestes
La figura de Lautaro como líder militar estaba consolidada.
|