Diferencia entre revisiones de «Historia de la estética»

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*[[Escepticismo]]: esta corriente se centra en la desconfianza por la verdad, que consideran inaprehensible para el hombre. Así, afirman la imposibilidad del conocimiento, absteniéndose de todo juicio (ἐποχή): si sobre la belleza y el arte hay una gran diversidad de juicios, es imposible saber cual de ellos es cierto. Tienen una opinión negativa del arte, la música y la literatura, que para ellos no aportan ningún beneficio, pudiendo ser incluso perjudiciales, ya que su naturaleza ficticia puede confundir al hombre. Así, la belleza no tiene una naturaleza objetiva y, aunque puede proporcionar placer, este es tan sólo una sugestión sin valor práctico. Uno de sus principales representantes fue [[Sexto Empírico]].<ref>Tatarkiewicz (2000), vol. I, p. 189-192.</ref>
 
Finalmente, el *[[Neoplatonismo]],: creado por [[Plotino]], esta filosofía afirma que la belleza es interior, pertenece al alma: el arte es una representación exterior del espíritu, por lo que la belleza está en el sujeto. En ''Sobre la belleza'', Plotino refuta la idea aristotélica de la belleza como simetría, según la cual la belleza se encuentra en el conjunto; siendo así, las partes simples de ese conjunto no serían bellas, por lo que varias partes no bellas en sí no podrían hacer un todo bello. Siguiendo el concepto del ''Hipias mayor'' de Platón, afirma que la belleza está en la vida, no en las formas, y se traduce por expresión, mirada, intensidad, algo que se esconde detrás de las formas, y que identifica como el “alma” (ψυχή).<ref>Beardsley-Hospers (1990), p. 35.</ref> Con Plotino comienza la “estética de la luz” –que se desarrollará durante el [[Arte gótico|gótico]]–: la belleza proviene de una forma y la presencia de una luz incorpórea que ilumina la oscuridad de la materia (“metáfora solar”, el [[sol]] como [[metáfora]] de la belleza ideal). Por eso el [[fuego]] es el único que tiene belleza en sí mismo, porque no tiene forma, es la “idea” entre los elementos. Plotino asimila el mundo de las ideas de Platón en un “Uno” (τò ἕν, to hen), que es como un foco de luz, que emana en la tierra, produciendo la realidad según tres estadios o “[[hipóstasis]]” (ὑπόστᾰσις): intelecto, alma y cuerpo.<ref>Beardsley-Hospers (1990), p. 34.</ref> El alma es el mediador entre el cuerpo y el intelecto, que es el que más participa de la belleza, al encontrarse más cerca de la luz. Así, la belleza no se encuentra en la forma, sino en su “resplandor”: todas las cosas, todas las formas, tienen luz, que es donde radica la belleza. El artista ya no tiene que imitar a la naturaleza, ya que la belleza se encuentra en el intelecto, en forma de idea; trabajando con materia, tiene que pasar esta idea a la materia. Así, el artista ya no trabaja racionalmente, sino por inspiración, ascendiendo al intelecto, que es donde se encuentran las ideas.<ref>Givone (2001), p. 22-23.</ref>
 
{{cita|En verdad no hay belleza más auténtica que la sabiduría que encontramos y amamos en algún individuo, prescindiendo de que su rostro pueda ser feo y sin mirar para nada su apariencia, buscamos su belleza interior.|[[Plotino]], ''Enéadas''}}
 
=== Roma ===
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Con [[Longino|Pseudo-Longino]] –en su obra "Sobre lo sublime"– aparece una nueva categoría estética, lo [[sublime]] (ὕψος), que tendrá gran desarrollo durante el [[romanticismo]]. Para Longino, una obra de arte bella persuade, convence, se dirige a la razón, aunque podemos discrepar; en cambio, una obra sublime tiene grandeza, no depende de la forma, prescinde de opiniones, se dirige más al interior, a una actitud psicológica. Así, es igual de buena para todo el mundo, no depende de las variaciones temporales del gusto. Lo sublime se relaciona con la belleza porque sobrepasa sus límites: la belleza es contención (magnitud y orden aristotélicos), lo sublime es incontinente; la belleza guarda las formas, lo sublime las pierde; lo bello convence y agrada, lo sublime involucra y sorprende; la belleza está en los objetos a la vista, en lo sublime el objeto desaparece. Lo sublime corresponde según Longino al último estadio del amor platónico, en que no se ve la belleza, sino que se sumerge en ella, está en un “océano de belleza”.<ref>Eco (2004), p. 278.</ref>
 
Finalmente, el [[Neoplatonismo]],creado por [[Plotino]],afirma que la belleza es interior, pertenece al alma: el arte es una representación exterior del espíritu, por lo que la belleza está en el sujeto. En ''Sobre la belleza'', Plotino refuta la idea aristotélica de la belleza como simetría, según la cual la belleza se encuentra en el conjunto; siendo así, las partes simples de ese conjunto no serían bellas, por lo que varias partes no bellas en sí no podrían hacer un todo bello. Siguiendo el concepto del ''Hipias mayor'' de Platón, afirma que la belleza está en la vida, no en las formas, y se traduce por expresión, mirada, intensidad, algo que se esconde detrás de las formas, y que identifica como el “alma” (ψυχή).<ref>Beardsley-Hospers (1990), p. 35.</ref> Con Plotino comienza la “estética de la luz” –que se desarrollará durante el [[Arte gótico|gótico]]–: la belleza proviene de una forma y la presencia de una luz incorpórea que ilumina la oscuridad de la materia (“metáfora solar”, el [[sol]] como [[metáfora]] de la belleza ideal). Por eso el [[fuego]] es el único que tiene belleza en sí mismo, porque no tiene forma, es la “idea” entre los elementos. Plotino asimila el mundo de las ideas de Platón en un “Uno” (τò ἕν, to hen), que es como un foco de luz, que emana en la tierra, produciendo la realidad según tres estadios o “[[hipóstasis]]” (ὑπόστᾰσις): intelecto, alma y cuerpo.<ref>Beardsley-Hospers (1990), p. 34.</ref> El alma es el mediador entre el cuerpo y el intelecto, que es el que más participa de la belleza, al encontrarse más cerca de la luz. Así, la belleza no se encuentra en la forma, sino en su “resplandor”: todas las cosas, todas las formas, tienen luz, que es donde radica la belleza. El artista ya no tiene que imitar a la naturaleza, ya que la belleza se encuentra en el intelecto, en forma de idea; trabajando con materia, tiene que pasar esta idea a la materia. Así, el artista ya no trabaja racionalmente, sino por inspiración, ascendiendo al intelecto, que es donde se encuentran las ideas.<ref>Givone (2001), p. 22-23.</ref>
 
{{cita|En verdad no hay belleza más auténtica que la sabiduría que encontramos y amamos en algún individuo, prescindiendo de que su rostro pueda ser feo y sin mirar para nada su apariencia, buscamos su belleza interior.|[[Plotino]], ''Enéadas''}}
== Edad Media ==
[[Archivo:Meister aus Tahull 001.jpg|thumb|right|300px|[[Pantocrátor]] de [[Sant Climent de Taüll]], [[MNAC]]. El arte medieval pierde realismo para aportar una mayor expresividad y simbolismo a la imagen.]]