Esta magnifica construcción se edificó de acuerdo a la arquitectura civil presente en la región del bajío guanajuatense, bajo los criterios estilísticos del Barroco de fines del siglo XVIII, caracterizado por los pocos detalles elaborados en cantera tanto de las columnas, marcos de ventanas y puertas, como también de la fachada del exterior e infiere el nuevo cambio a la tendencia artística denominada Neoclásico que se estaba gestando.
Tras fallecer el Lic. Barreto (1796), la hereda al Dr. Juan Francisco de Abellafuerte y Arroyo, quien la tiene en posesión hasta el año de 1807 y él a su vez la deja a la Familia Fernández González (1807-1872) y ellos la venden a don Juan Rivera García (1872-1881), quien le agrega habitaciones en la segunda planta y colocarle una escalera; posteriormente la vende a don Luís Apolinar Vieyra (1881). Es probable que en este periodo se haya fraccionado la casa, se pierde la troje. Cuando el señor Juan Hernández Ramírez compra esta casa, le construye varias habitaciones y la arquería de la segunda planta. A mediados de los años 50´s, la vende al señor Agustín Origel y él la hereda a su hija Silvia Origen de Camarena, quien posteriormente la vende al Municipio de Irapuato en el año de 1988.
