Diferencia entre revisiones de «Piratería»

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Un ejemplo de estas expediciones lo tenemos en las crónicas sobre la primera incursión [[Vikingo|vikinga]] a la península Ibérica en el [[840]]. Un número indeterminado de naves bordearon la costa asturleonesa hasta llegar a la actual [[Torre de Hércules]] (su gran tamaño debió de parecerles importante) y saquearon la pequeña aldea emplazada a sus pies. [[Ordoño I]] tuvo noticias de la expedición y llevó a su ejército hasta los [[Vikingo|vikingos]], a quienes derrotó recuperando buena parte del botín y apresando o hundiendo entre sesenta y setenta de sus naves, lo que quizá no constituía ni la mitad de la fuerza desplazada por la expedición, como demuestra el hecho de que siguieron su campaña de saqueos. En [[Lisboa]] los cronistas hablan de una escuadra compuesta por 53 bajeles.<ref name="iberia12">[[Eduardo Morales Moreno]], ''Los vikingos en España'', nº 12 de [[Historia de Iberia Vieja]], [[HRH Editores]], [[Madrid]], [[2006]]</ref>
 
Los vikingos supieron unir a sus grandes dotes marineras la sorpresa y la no poca ferocidad con el uso de la espada. Sin embargo, este pueblo goza de cierta leyenda rosa en lo que a sus dotes militares respecta. Se tiene la idea de que eran los más terribles guerreros europeos o mundiales de la época, siempre dispuestos a luchar hasta la muerte con la esperanza de sentarse a la mesa en el banquete de [[Odín]], tras haber tenido el privilegio de morir con la espada en la mano. Frente a esta leyenda, la historia muestra hechos donde se ve que, como cualquier pirata, atacaban aquello que creían poder conquistar y en muchas ocasiones huían o se rendían. Un ejemplo lo aporta su primera incursión en [[Al-Ándalus]], donde tomaron [[Cádiz]] y subieron de nuevo por el [[Guadalquivir]], saquearon minuciosamente [[Sevilla]] desde la que lanzaron avanzadillas a pie. No obstante, cuando [[Abd Rahman II]] salió con sus hombres y tras algunas batallas los vikingos vieron que no podían con la fuerza andalusí, aquellos huyeron, abandonando Sevilla y a muchos rezagados, quienes se rindieron a las fuerzas del emir y terminaron, o bien criando caballos y haciendo queso, o bien con el viejo castigo para la piratería: ahorcados, en este caso de las palmeras de Tablada.<ref name="iberia12" /> La horca para los buitres del mar sería posteriormente casi institucionalizado por los captores de piratas y también por artistas en sus obras, como el poeta español [[José de Espronceda]] lo inmortalizaría en obras como la ''Canción del pirata'' con sus versos
 
{{cita|Y al mismo que me condena<br />Colgaré yo de una antena<br />Quizá en su propio navío.}}
 
Tampoco es cierto que aquellos hábiles marineros vencieran la mayoría de las veces. Sí se sabe que arrasaron [[París]] y [[York]] o que se adentraron tierra adentro y capturaron al rey de [[Navarra]], García Íñigo, en el asedio de [[Pamplona]] en el [[858]], por ejemplo. Pero, como ya se ha indicado, Abdel Ramán II les infringió una seria derrota, como meses antes [[Ramiro I de Asturias]] en la misma acometida y también su hijo, [[Ordoño I]], que marchó contra la segunda expedición por tierras hispanas. Más contundente fue el conde [[Gonzalo Sancho]], quien terminó con toda la flota de [[Gunrod de Noruega]] (Gunderedo, en español); el conde Sancho capturó y pasó a cuchillo a toda la tripulación y su rey.<ref name="iberia12" /> Pero quizá la derrota más contundente la infringió [[Harold Godwinson]], heredero del trono inglés tras la muerte sin descendencia de [[Eduardo el Confesor]]; aquel defendió sus derechos frente al pretendiente noruego [[Harald III de Noruega|Harald Hardrade]] y su flota de 300 naves (más de 10.000 hombres) en la [[Batalla del puente Stamford]] en [[1066]], donde cayó el propio monarca pirata.<ref name="vikingos" />
 
Los vikingos muestran otra constante en la piratería. Pese a ser considerada siempre una profesión de hombres (con prohibición expresa en algunos casos de embarcar mujeres), las féminas siempre han participado y dirigido expediciones, navíos y flotas. Así, numerosas naves normandas eran mandadas y tripuladas en su totalidad por mujeres. Es el caso de [[Rusla de Noruega]], hija del rey [[Rieg]] y hermana de [[Tesandus]], que fue desposeído de su trono por el rey [[Omund de Dinamarca]]. La muchacha primero armó un barco y con el tiempo se hizo con una flota entera, con la que atacó todas las naves danesas que pudo, para vengarse de la afrenta realizada a su hermano. En contra de lo que se podría pensar, fue Tesandus quien la capturó, tras el naufragio de su drakkar, y la sujetó por sus trenzas mientras sus hombres la mataban con los remos (el rey Omund había conseguido atraer bien al príncipe hacia su causa después de adoptarlo).<ref name="piratas" />