Diferencia entre revisiones de «Sublime»

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Según el concepto original de Longino, que sería recuperado por [[filosofía|filósofos]] y [[Crítica de arte|críticos de arte]] posteriores, lo sublime se caracteriza por una belleza extrema, que produce en el que la percibe una pérdida de la racionalidad, una identificación total con el proceso creativo del [[artista]] y un gran [[placer]] estético. En ciertos casos, lo sublime puede ser tan puramente bello que produce dolor en vez de placer. Según Longino, hay cinco caminos distintos para alcanzar lo sublime: “grandes pensamientos, emociones fuertes, ciertas figuras de habla y de pensamiento, dicción noble y disposición digna de las palabras”.
 
Para Longino, una obra de arte bella persuade, convence y da a enterder diversos conseptos, se dirige a la razón, aunque podemos discrepar; en cambio, una obra sublime tiene grandeza, no depende de la forma, prescinde de opiniones, se dirige más al interior, a una actitud [[Psicología|psicológica]]. Así, es igual de buena para todo el mundo, no depende de las variaciones temporales del gusto. Lo sublime se relaciona con la belleza porque sobrepasa sus límites: la belleza es contención (magnitud y orden [[Aristóteles|aristotélicos]]), lo sublime es incontinente; la belleza guarda las formas, lo sublime las pierde; lo bello convence y agrada, lo sublime involucra y sorprende; la belleza está en los objetos a la vista, en lo sublime el objeto desaparece. Lo sublime corresponde según Longino al último estadio del amor [[Platón|platónico]], en que no se ve la belleza, sino que se sumerge en ella, está en un “océano de belleza”.<ref>Eco (2004), p. 278.</ref>
 
== Siglos XVI-XVII: el redescubrimiento de lo sublime ==