Diferencia entre revisiones de «Pompeyo»

Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 217.126.201.58 (disc.) a la última edición de Superzerocool
Línea 153:
 
Mientras César estaba luchando contra [[Vercingétorix]] en la [[Galia]], Pompeyo procedió con un programa legislativo para Roma, que reveló que ahora estaba secretamente aliado con los enemigos de César. Mientras instituía una reorganización y reforma legales y militares, Pompeyo también aprobó una ley haciendo posible ser perseguido retroactivamente por corrupción electoral, una acción que los aliados de César interpretaron correctamente como una llamada a la persecución a César una vez que dejara de tener ''imperium''. Pompeyo también prohibió a César presentarse al consulado ''in absentia'', aunque esto se había permitido frecuentemente en el pasado, y de hecho se había permitido específicamente en una ley precedente. Esto era un obvio golpe a los planes de César después de que expirara su mando en la Galia. Finalmente, en el año 51&nbsp;a.&nbsp;C., Pompeyo dejó claro que a César no se le permitiría presentarse como candidato a cónsul salvo que antes depusiera su imperium y dejara el control de sus ejércitos. Como señaló tristemente Cicerón, Pompeyo había empezado a temer a César. Pompeyo había quedado disminuido por la edad, la incertidumbre y el acoso de ser el arma elegida por una oligarquía peleona de ''Optimates''. El conflicto que se avecinaba era inevitable.<ref>Muchos historiadores han sugerido que Pompeyo era, a pesar de todo, políticamente inconsciente del hecho de que los ''optimates'', incluido Catón, sólo estaban usándolo contra César de manera que, una vez destruido César, ellos podrían deshacerse entonces de Pompeyo.</ref>
 
=== La guerra civil ===
{{AP|Segunda Guerra Civil de la República de Roma}}
[[Archivo:Roma 50adC.jpg|thumb|300px|left|Mapa de los contendientes: {{leyenda|red|[[Senado Romano]]}} {{leyenda|Orange| [[Galia Cisalpina|Provincias de César]] }} {{leyenda|pink|[[Galia|Territorios conquistados por César]]}}.]]
 
El Senado exigió a César que renunciara a sus poderes [[Procónsul|proconsulares]], que entregara sus [[legión romana|legiones]] y volviera a [[Roma]]. César puso como condición la retirada de Pompeyo, a lo que éste se negó. Entonces el Senado declaró a Julio César enemigo público. Al principio, Pompeyo afirmó que podía derrotar a César y alzar ejércitos simplemente pateando el suelo de Italia. César reaccionó cruzando el [[Río Rubicón|Rubicón]] (49&nbsp;a.&nbsp;C.) con la [[Legio XIII Gemina|XIII Legión]] y avanzó por Italia sin encontrar oposición. Pompeyo, ante la rapidez de los cesarianos y el apoyo que recibían, reaccionó ordenando evacuar Roma, acompañado por su ejército y el Senado. En el proceso, ni Pompeyo ni el Senado se acordaron de llevar el vasto tesoro con ellos, creyendo probablemente que César no se atrevería a cogerlo él mismo. Fue abandonado convenientemente en el [[Templo de Saturno]] cuando César y sus fuerzas entraron en Roma.
 
Aunque dudó si marchar hacia Hispania (donde tenía abundantes clientes desde la época de la guerra con [[Sertorio]]), finalmente prefirió retirarse hacia el puerto de [[Brindisi|Brundisio]], y desde allí, marchar a Oriente, donde pretendía encontrar fuerzas renovadas para hacer la guerra contra César en el Este, donde Pompeyo contaba con numerosos veteranos y reyes adictos.
 
César le sitió en Brundisio, Pompeyo logró retirarse con su ejército sin apenas bajas en una espectacular fuga. Desembarcó en [[Dirraquio]], un excelente puerto que pensó que podría serle útil para reconquistar Italia. Desde allí, acumuló provisiones y reunió un inmenso ejército. César derrotó a los pompeyanos en [[Hispania]] ([[batalla de Ilerda]]), pero no en [[África (provincia romana)|África]], donde los pompeyanos contaban con la alianza del rey [[Juba I]] de [[Numidia]].
 
Pompeyo cruzó a [[Epiro]] donde, durante la campaña hispana de César, Pompeyo reunió una gran fuerza en Macedonia, comprensiva de nueve legiones reforzadas por contingentes de los aliados romanos en el Este.<ref name="Boak, History of Rome, pg. 176">Boak, ''History of Rome'', pg. 176</ref> Su flota, reclutada por las ciudades marítimas en el Este, controlaba el [[Adriático]]. A pesar de ello, César consiguió en noviembre de 49&nbsp;a.&nbsp;C. y procedió a capturar [[Apolonia (Iliria)|Apolonia]].<!-- Revisar, averiguar que consiguió César porque la frase no tiene sentido --><ref name="Boak, History of Rome, pg. 176" /> Pompeyo consiguió llegar a tiempo a salvar [[Dirraquio]], frente a cuyos muros se libró el primer combate entre César y Pompeyo, terminando con una pequeña victoria para el segundo y la huida de César ([[Batalla de Dirraquio]]), que había perdido mil hombres. Aun así, no persiguió a César en el momento crítico de su derrota, y así Pompeyo desperdició la oportunidad de destruir el ejército de César, mucho más pequeño. Como dijo el propio César, «Hoy el enemigo habría ganado, si hubiera tenido un comandante que fuese un ganador» (Plutarco, 65). Según [[Suetonio]], fue en este momento cuando César dijo que «ese hombre (Pompeyo) no sabe cómo ganar una guerra».
 
[[Archivo:La Fuite de Pompée.jpg|thumb|''La huida de Pompeyo después de Farsalia'', por [[Jean Fouquet]]]]
Pese a todo, Pompeyo conocía la superior calidad de las tropas cesarianas y era partidario de mantener una estrategia basada en el desgaste. Sin embargo, los senadores, envalentonados por la victoria de Dirraquio, presionaron a Pompeyo para que aceptara enfrentarse a César en una batalla campal. El combate tuvo lugar en [[batalla de Farsalia|Farsalia]] el [[9 de agosto]] del [[48&nbsp;a.&nbsp;C.]] La lucha fue amarga por ambos lados y aunque se esperaba que Pompeyo ganase debido a su ventaja numérica, errores de los jinetes de la caballería de vanguardia pompeyana llevó a la victoria de César. La batalla terminó con un triunfo aplastante para el ejército de César.
 
Como el resto de los conservadores, Pompeyo tuvo que huir para salvar su vida. Marchó hacia la costa del [[Mar Egeo|Egeo]]. Fletó un barco para navegar hasta [[Mitilene]], donde se reunió con su mujer Cornelia y su hijo [[Sexto Pompeyo]]. Entonces se preguntó dónde ir después. La opción de acudir a uno de los reinos orientales fue desestimada, prefiriendo ir a [[Egipto]] con una pequeña flota, con la intención de pedir ayuda al faraón [[Ptolomeo XIII|Ptolomeo]].
 
Pompeyo llegó a las costas de Egipto y envió emisarios al rey. Después de su llegada a Egipto, la suerte de Pompeyo fue decidido por los consejeros del joven rey [[Ptolomeo XIII]]. Mientras Pompeyo esperaba en su barco, discutieron sobre el coste de ofrecerle refugio con César ya en ruta hacia Egipto: el eunuco del rey, [[Potino el eunuco|Potino]] se salió con la suya. Tras unos días esperando anclado frente a los bancos de arena, el 28 de septiembre del 48&nbsp;a.&nbsp;C., una pequeña barca se acercó hasta los navíos romanos. En los últimos y dramáticos pasajes de su [[biografía]], [[Plutarco]] narra que Cornelia miraba ansiosamente desde su [[trirreme]] mientras Pompeyo deja el barco en un pequeño bote con unos pocos camaradas, taciturnos y silenciosos y se dirigía a lo que parecía ser un grupo de bienvenida en la orilla egipcia. Pompeyo se levantó para desembarcar, momento en que fue apuñalado hasta la muerte por sus compañeros Aquilas, Septimio y Salvio. Plutarco hace que encuentre su destino con gran dignidad, un día después de su 59.º cumpleaños.
 
Los egipcios le cortaron la cabeza y se la llevaron, junto con su sello, al rey Ptolomeo. El cuerpo quedó en la orilla. Su leal liberto Filipo lo quemó sobre las planchas podridas de una barca pesquera. La cabeza y el sello fueron más tarde entregados a César, quien no sólo lamentó este insulto a la grandeza de su anterior aliado y yerno (lloró cuando recibió el sello de Pompeyo, en el que estaba grabado un león con una espada en la garra), sino que además castigó a sus asesinos y sus conspiradores egipcios, haciendo matar tanto a Aquilas como a Potino. La cabeza fue enterrada en el Nemeseión, un templo dedicado a Némesis y construido por Julio César para honrar a Pompeyo. Su cuerpo fue rescatado e incinerado según [[Plutarco]] por un veterano de las primeras campañas de Pompeyo junto con Filipo, uno de los [[liberto]]s de Pompeyo. Las cenizas de Pompeyo con el tiempo fueron devueltas a Cornelia, quien las llevó consigo a su casa de campo cerca de [[Alba Longa|Alba]].<ref>Plutarco, ''Pompeyo'', 79-80</ref> [[Dión Casio]] describe las reacciones de César con escepticismo, y considera que lo decisivo en la caída de Pompeyo fueron más sus propios errores políticos que la traición.<ref>[http://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/Cassius_Dio/42*.html#4.2 Dión, 42,4-5, en Thayer]</ref> Para [[Plinio el Viejo|Plinio]], la humillación de su final es anticipado por el vanidoso orgullo del retrato desmesurado de Pompeyo, tachonado completamente de perlas, que se llevó en procesión durante su mayor triunfo.<ref>Plinio, ''Historia Naturalis,'' 37, 14-16.</ref>
 
== Perspectiva histórica ==