Diferencia entre revisiones de «Siglo de Oro»

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Posteriormente, durante el [[siglo XVII]], la expresión literaria fue dominada por los movimientos estéticos del [[conceptismo]] y del [[culteranismo]], expresado el primero en la poesía de [[Francisco de Quevedo]] y el segundo en la lírica de [[Luis de Góngora]]. El conceptismo se distinguía por la economía en la forma, a fin de expresar el máximo significado en un mínimo de palabras; esta complejidad se expresaba sobre todo en [[paradoja]]s y [[elipsis]]. El culteranismo, por el contrario, extendía la forma de un significado mínimo y se distinguía por la complejidad sintáctica, por el uso constante del [[hipérbaton]], que hace muy difícil la lectura, y por la profusión de los elementos ornamentales y culturalistas en el poema, que debía descifrarse como un [[enigma]]. Ambos parecen sin embargo las caras de una misma moneda que intentaba aquilatar la expresión para hacerla más difícil y cortesana. Luis de Góngora atrajo a su estilo a poetas importantes de personalidad muy acusada, como el [[Conde de Villamediana]], [[Gabriel Bocángel]], sor [[Juana Inés de la Cruz]] o [[Juan de Jáuregui]], mientras que el conceptismo tuvo a seguidores más templados, como el [[Conde de Salinas]] o imbuidos de un culto casticismo, como [[Lope de Vega]] o [[Bernardino de Rebolledo]].
 
=== Teatro ===
[[Archivo:LopedeVega.jpg|thumb|[[Lope de Vega]].]]
El «monstruo de la naturaleza», como lo llamó [[Miguel de Cervantes|Cervantes]], fue, en el Siglo de Oro, [[Lope de Vega]], también conocido como «el Fénix de los Ingenios», autor de cerca de 1.500 obras teatrales, novelas, poemas épicos y narrativos y varias colecciones de poesía lírica profana, religiosa y humorística. Lope destacó como consumado maestro del [[soneto]]. Su aportación al teatro universal fue principalmente una portentosa imaginación, de la que se aprovecharon sus contemporáneos y sucesores españoles y europeos extrayendo temas, argumentos, motivos y toda suerte de inspiración. Su teatro, polimétrico, rompe con las unidades de acción, lugar y tiempo, y también con la de estilo, mezclando lo trágico con lo cómico. Expuso su peculiar arte dramático en su ''Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo'' (1609). Flexibilizó las normas clasicistas del aristotelismo para adecuarse a su tiempo y abrió con ello las puertas a la renovación del arte dramático. También creó el molde de la llamada [[comedia de capa y espada]].
[[Archivo:Fray Gabriel Téllez, Tirso de Molina.jpg|200px||thumb|Tirso de Molina]]
Junto a él, destacan sus discípulos [[Guillén de Castro]], que prescinde del personaje cómico del gracioso y elabora grandes dramas caballerescos sobre el [[honor]] junto a comedias de infelicidad conyugal o tragedias en las que se trata el tiranicidio; [[Juan Ruiz de Alarcón]], que aportó su gran sentido ético de crítica de los defectos sociales y una gran maestría en la caracterización de los personajes; [[Luis Vélez de Guevara]], al que se le daban muy bien los grandes dramas históricos y de honor; [[Antonio Mira de Amescua]], muy culto y fecundo en ideas filosóficas, y [[Tirso de Molina]], maestro en el arte de complicar diabólicamente la trama y crear caracteres como el de [[Don Juan]] en ''[[El burlador de Sevilla]]''.
 
El otro gran dramaturgo áureo en crear una escuela propia fue [[Pedro Calderón de la Barca]]; sus personajes son fríos razonadores y con frecuencia obsesivos; su versificación reduce conscientemente el repertorio métrico de Lope de Vega y también el número de escenas, porque las estructuras dramáticas están más cuidadas y tienden a la síntesis; se preocupa también más que Lope por los elementos escenográficos y refunde comedias anteriores, corrigiendo, suprimiendo, añadiendo y perfeccionando; es un maestro en el arte del razonamiento silogístico y utiliza un lenguaje abstracto, retórico y elaborado que sin embargo supone una vulgarización comprensible del [[culteranismo]]; destaca en especial en el [[auto sacramental]], género alegórico que se avenía con sus cualidades y llevó a su perfección, y también en la comedia.
[[Archivo:Pedro Calderón de la Barca 01.jpg|thumb|[[Pedro Calderón de la Barca]].]]
Tuvo por discípulos e imitadores de estas cualidades a una serie de autores que refundieron obras anteriores de Lope o sus discípulos puliéndolas y perfeccionándolas: [[Agustín Moreto]], maestro del diálogo y la comicidad cortesana; [[Francisco de Rojas Zorrilla]], tan dotado para la tragedia como para la comedia; [[Antonio de Solís]], también historiador y propietario de una prosa que ya es neoclásica, o [[Francisco Bances Candamo]], teorizador sobre el drama, entre otros no menos importantes.
 
Pueden citarse como obras maestras representativas del teatro Barroco español la ''Numancia'' de [[Miguel de Cervantes]], un sobrio drama heroico nacional; de Lope, ''El caballero de Olmedo'', drama poético al borde mismo de lo fantástico y lleno de resonancias celestinescas; ''Peribáñez y el Comendador de Ocaña'', antecedente del [[drama rural]] español; ''El perro del hortelano'', deliciosa comedia donde una mujer noble juguetea con las intenciones amorosas de su plebeyo secretario, ''La dama boba'', donde el amor perfecciona a los seres que martiriza, y ''Fuenteovejuna'', drama de honor colectivo, entre otras muchas piezas donde siempre hay alguna escena genial.
 
''Las mocedades del Cid'' de [[Guillén de Castro]], inspiración para el famoso «conflicto cornelliano» de ''Le Cid'' de [[Pierre Corneille]]; ''Reinar después de morir'' de [[Luis Vélez de Guevara]], sobre el tema de [[Inés de Castro]], que pasó con esta obra al drama europeo; ''La verdad sospechosa'' y ''Las paredes oyen'', de [[Juan Ruiz de Alarcón]], que atacan los vicios de la hipocresía y la maledicencia y sirvieron de inspiración para [[Molière]] y otros comediógrafos franceses; ''El esclavo del demonio'' de [[Antonio Mira de Amescua]], sobre el tema de [[Fausto]];
[[Archivo:Juan Ruiz de Alarcon.jpg|thumb|[[Juan Ruiz de Alarcón]]]]
''La prudencia en la mujer'', que explora el tema de la traición reiterada y donde aparece el recio
carácter de la reina regente [[María de Molina]], y ''El burlador de Sevilla'', de [[Tirso de Molina]], sobre el tema del [[Don Juan|donjuán]] y la [[leyenda]] del convidado de piedra.
De [[Pedro Calderón de la Barca|Calderón]] destacan obras maestras como ''[[La vida es sueño]]'', sobre los temas del [[libre albedrío]] y el [[destino]]; ''[[El príncipe constante]]'', donde aparece una concepción [[Exisencialismo|existencial]] de la vida; las dos partes de ''[[La hija del aire]]'', la gran tragedia de la [[ambición]] en la persona de la reina [[Semíramis]]; los grandes dramas de honor sobre personajes enloquecidos por los celos, como ''El mayor monstruo del mundo'', ''El médico de su honra'' o ''El pintor de su deshonra''.
 
De entre sus comedias destacan ''[[La dama duende]]'', y cultivó asimismo dramas mitológicos como ''Céfalo y Procris'', de los que él mismo sacó la [[comedia burlesca]] del mismo título; también, [[auto sacramental|autos sacramentales]] como ''[[El gran teatro del mundo]]'' o ''El gran mercado del mundo'' que sugestionaron la imaginación de los [[Romanticismo|románticos]] ingleses y alemanes.
 
Entre sus discípulos tenemos las comedias clásicas de [[Agustín Moreto]], como ''El desdén con el desdén'', ''[[El lindo don Diego]]'' y ''San Franco de Sena''; [[Francisco de Rojas Zorrilla]] con la [[comedia de figurón]] ''[[Entre bobos anda el juego]]'', el drama de honor ''Del rey abajo ninguno'' y la deliciosa y moderna comedia de ''Abre el ojo''. De [[Antonio de Solís]], ''El amor al uso'' y ''Un bobo hace ciento''; de [[Francisco Bances Candamo]], las tragedias políticas ''El esclavo en grillos de oro'' y ''La piedra filosofal''.
 
Otro género teatral importante, y a veces descuidado por la crítica, es el [[entremés]], donde mejor y con más objetividad puede estudiarse la sociedad española durante el Siglo de Oro. Se trata de una pieza cómica en un acto, escrita en prosa o verso, que se intercalaba entre la primera y la segunda jornada de las comedias. Corresponde a la [[farsa]] europea, y en él destacaron autores como [[Luis Quiñones de Benavente]] y [[Miguel de Cervantes]], entre otros.
 
=== Prosa ===
[[Archivo:Retrato de Mateo Alemán.jpg|thumb|Retrato de Mateo Alemán.]]
La prosa en el Siglo de Oro ostenta géneros y autores que han pasado a la historia de la literatura universal. La conquista de América dio lugar al género de las ''Crónicas'', entre las que podemos encontrar algunas obras maestras, como las de Fray [[Bartolomé de las Casas]], el [[Inca Garcilaso de la Vega]], [[Bernal Díaz del Castillo]], [[Antonio de Herrera y Tordesillas]] y [[Antonio de Solís]]. También son espléndidas algunas autobiografías de soldados, como las de [[Alonso de Contreras]] o [[Diego Duque de Estrada]]. La primera obra maestra fue sin duda ''[[La Celestina]]'', pieza teatral irrepresentable y originalísima obra de un desconocido autor y de [[Fernando de Rojas]], que marcó para siempre el [[Realismo]] en una parte esencial de la literatura española, cuya riqueza abona también ficciones caballerescas tan maravillosas y fantásticas como los [[libros de caballerías]], menos leídos en la actualidad de lo que merecen, habida cuenta de que figuran entre sus piezas más destacadas novelas como ''[[Tirante el Blanco]]'', escrita en valenciano, ''[[Amadís de Gaula]]'' o el ''[[Palmerín de Inglaterra]]''; un autor característico del género fue [[Feliciano de Silva]].
[[Archivo:Baltasar Gracián (Graus restaurado).jpg|thumb|[[Baltasar Gracián]].]]
La [[novela picaresca]] tiene entre sus máximas creaciones, obras maestras como el anónimo ''[[Lazarillo de Tormes]]'', una [[sátira]] anticlerical y descarnada de las ínfulas de nobleza y el sentido de la honra de la clase alta; la ''Vida del pícaro Guzmán de Alfarache'' de [[Mateo Alemán]], [[Pesimismo|pesimista]] reflexión sobre el destino humano; la ''Vida del escudero Marcos de Obregón'' de [[Vicente Espinel]], llena por el contrario de alegría de la vida; ''[[El Buscón]]'' de [[Francisco de Quevedo]], una obra maestra del humor y del lenguaje conceptista, y la obra de enigmática autoría [[Estebanillo González]], que ofrece una visión espléndida de la decadencia de España en el escenario europeo, y de la [[Guerra de los Treinta Años]]. La [[novela cortesana]] suministró las obras maestras que constituyen las ''Novelas ejemplares'' de [[Miguel de Cervantes]], cada una en sí misma un experimento narrativo; su inmortal ''[[Don Quijote de la Mancha]]'', de la que habría que escribir capítulo aparte a causa de la riqueza de los contenidos y cuestiones que plantea y que viene a ser la primera novela polifónica de la literatura europea. La [[novela pastoril]] cuenta con obras maestras como las ''Dianas'' de [[Jorge de Montemayor]] y de [[Gaspar Gil Polo]], o ''Siglo de Oro en las selvas de Erifile'' de [[Bernardo de Balbuena]]. La [[novela bizantina]] cuenta con ejemplos como ''El peregrino en su patria'' de [[Lope de Vega]], quien realiza la hazaña de incluir todas sus aventuras en la Península, o el ''Persiles'' de Cervantes.
 
Novela filosófica emparentada con este género es el ''Criticón'', de [[Baltasar Gracián]], [[alegoría]] de la vida humana. La prosa doctrinal, en ciernes ensayística, tiene por autores modélicos a [[Pero Mexía]], [[Luis Zapata]], Fray [[Antonio de Guevara]] (''Epístolas familiares''), Fray [[Luis de León]] (''De los nombres de Cristo''), [[San Juan de la Cruz]] (''Comentarios'' al ''Cántico espiritual'' y otros poemas), [[Francisco de Quevedo]] (''Marco Bruto'' y ''Providencia de Dios'') y [[Diego Saavedra Fajardo]] (''República literaria'' y ''Corona gótica'').
 
=== Trascendencia ===