Batalla de Ásculo (279 a. C.)

batalla de las guerras píricas
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Plantilla:Infobox conflicto militar La batalla de Asculum (o Ausculum), ocurrida en 279 a. C., enfrentó a las legiones romanas comandadas por el cónsul Publio Decio Mus contra el ejército combinado de tarentinos, oscos, samnitas, y el ejército del general griego Pirro de Epiro.[1]​ Esta batalla se encuentra dentro del conflicto entre Roma y Tarento por el control de la Magna Grecia.

Ejércitos

Esta batalla fué el segundo encuentro en las falanges macedonias y las legiones romanas. Los dos ejécitos se encontraban en igualdad numérica.

Los romanos tenían mayor número de infantería (cuatro legiones, 20.000 romanos, más los aliados daunios) y 300 armas especiales contra los elefantes de guerra. Después de la batalla de Heraclea, en la que los elefantes de guerra griegos produjeron un gran impacto sobre los romanos, las legiones se surtieron de proyectiles y armas especiales contra elefantes: estas fueron carros de bueyes equipados con largas picas uqe servía para herir a los elefantes, recipientes de cerámica ardiendo para asustarlos y les lanzaban jabalinas y otros proyectiles para que no avanzaran y retrocediernan.

Pirro desplegó su infantería macedonia y su caballería (sus propias tropas), infantería mercenaria griega, aliados griegos de Italia, que incluía a sus aliados tarentinos, además también tenía 20 elefantes y a sus aliados samnitas. Los griegos tenían ventaja por la caballería y los elefantes. Para conseguir la flexibilidad de la legiones romanas, Pirro mezcló infantería ligera itálica en sus falanges.

Batalla

La batalla transcurrió durante dos días. Como era normal en esta época, ambos ejércitos desplegaron sus ejercitos con la infantería en el centro y la caballería en los flancos. Al principio, Pirro colocó en la reserva, justo detrás de la infantería, a su guardia personal y a los elefantes de guerra.

En el primer día la caballería de Pirro y los elefantes fueron bloqueados por los árboles y colinas dónde se desrrollaba la batalla, sin embargo, la infantería itálica estaba luchando bien en la falanges. Los macedonios derrotaron a la primera legión a sus aliados itálicos del ala izquierda romana, pero la tercera y cuarta legión derrotó a los tarentinos, oscos y epirotas en el centro, mientras los daunios atacaban su campamento, Pirro envió a parte de su caballería de su reserva a tapar el hueco en el centro de su formación, también envió aún más caballería y algunos elefantes a ahuyentar a los daunios. Cuando estos se dispersaron por una colina escalonada inaccesible, decidió desplegar a sus elefantes contra la tercera y cuarta legión, estas también se refugiaron en las colinas con árboles, Pirro decide atacarlos, pero ellos disparan desde sus posiciones flechas ardiendo lo que impide su persecución por los elefantes. Pirro decide enviar a los atamanios, acarnas y samnitas para sacar a los romanos de la arboleda, pero son dispersados por la caballería romana. Los dos bandos se encuentran en un punto muerto, pues ninguno ha conseguido una clara ventaja.

El día siguiente, por la mañana, Pirro envió a sus infantería ligera para ocupar el difícil terreno que había resultado un punto débil el anterior día, forzando a los romanos a entablar batalla en campo abierto. Como en Heraclea, hubo un choque entre legiones romanas y falanges macedonias, hasta que una carga de elefantes apoyados por infantería ligera rompió la línea romana. En ese momento, los carros antielefantes fueron enviados contra estos, aunque solo resultaron efectivos un breve momento, ya que, los psiloi, tras rechazar a la caballería romana arrollaron a los soldados que manejaban los carros. Justo después, los elefantes cargaron contra la infantería, que empezaba a retroceder. En ese mismo momento, Pirro cargó con su guardia personal para completar el ataque. Los romanos se retiraron desordenadamente a su campamento.

 
Carga de elefantes contra un ejército romano.

Bajas

Los romanos perdieron 6.000 hombres; Pirro, 3.500, incluidos muchos de sus oficiales. Fue una victoria griega por escaso margen y con grandes pérdidas. Es en esta batalla donde se acuña la expresión victoria pírrica, que significa una victoria que se consigue con un gran coste. Pirro, en un momento posterior a la batalla, dijo: «Otra batalla como esta, y volveré solo a Epiro».

Bibliografía

Se puede buscar información sobre las esta batalla en:

  1. Volumen IV: Arístides & Catón; Filopemen & Flaminino; Pirro & Mario, 2007.Plutarco. ISBN 9788424928674.

Referencias

  1. Michael Grant, Historia de Roma, página 79