Diferencia entre revisiones de «Pintura de historia»

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La pintura de historia se consideró tradicionalmente como el [[Jerarquía de géneros|género]] más importante. Esta preeminencia se explica dentro de un concepto determinado del [[arte]] en general: no se valora tanto que el arte imite a la [[vida]], sino que propone ejemplos nobles y verosímiles. No se narra lo que los hombres hacen sino lo que pueden llegar a hacer. Por ello se defiende la superioridad de aquellas obras artísticas en las que lo narrado se considera elevado o noble.
 
Ya el [[renacimiento|renacentista]] [[Leon Battista Alberti|Alberti]], en su obra ''De picturaPictura'', Libro II, señaló que «la relevancia de un cuadro no se mide por su tamaño, sino por lo que cuenta, por su historia».<ref>[[Francisco Calvo Serraller|Calvo Serraller]], ''Los géneros de la pintura'', pág.19.</ref> La idea proviene de la [[Grecia clásica]], en la que se valoraba más la [[tragedia]], esto es, la representación de una acción noble ejecutada por [[Mitología griega|dioses]] o [[héroe]]s, que la [[comedia]], que se entendía como las acciones cotidianas de personas vulgares. En este sentido, [[Aristóteles]], en su ''[[Poética (Aristóteles)|Poética]]'', acaba dando prevalencia a la ficción poética, pues narra lo que podría suceder, lo que es posible, verosímil o necesario, más que lo realmente sucedido, que sería el campo del [[historia]]dor. Ahora bien, teniendo presente que no se trata de que esa ficción sea pura invención o [[ficción|fantasía]] sino que el mito es fabulación, estilización o idealización a partir de ejemplos humanos posibles [[Historia|históricamente]]. Cuando Aristóteles valora por encima de todo a la tragedia es porque, de entre todas las acciones humanas posibles, las que imita son las mejores y más nobles.
 
Es por ello que, cuando en [[1667]] [[André Félibien]] (historiógrafo, arquitecto y teórico del [[clasicismo]] francés) [[Jerarquía de géneros|jerarquiza los géneros pictóricos]], reserva el primer lugar a la pintura de historia, a la que considera el ''grand genre''. Durante los siglos [[Siglo XVII|XVII]] al [[Siglo XIX|XIX]], este género fue la piedra de toque de todo pintor, en el que debía esforzarse por destacar, y que le valía el reconocimiento a través de premios (como el [[Premio de Roma]]), el favor del gran público e incluso el ingreso en las [[academia]]s de pintura. Además de lo elevado del mensaje que transmitían, existían razones técnicas. En efecto, este tipo de cuadro exigía al artista un gran dominio de otros géneros como el [[retrato]] o el [[Arte de paisajes|paisaje]], y debía tener cierta cultura, con conocimientos en particular de [[literatura]] e [[historia]].
 
Ciertamente, esta posición comenzó a decaer desde finales del [[siglo XVIII]] y a lo largo del XIX, en provecho de otro géneros como el [[retrato]], las [[Trabajos de género|escenas de género]] y el [[Paisaje#Representación gráfica|paisaje]]. Poco a poco se empezó a valorar más la representación de lo que el arte clásico consideraba «comedia»: lo cotidiano, las historias menores de gente vulgar. No por casualidad, las representaciones que hizo [[William Hogarth|Hogarth]] de sus contemporáneos fueron llamadas por este ''comic history painting'' («pintura de historia cómica»).
 
== Características ==