Diferencia entre revisiones de «Revuelta mudéjar de 1264-1266»

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Con sus aliados derrotados y enfrentándose a enemigos en dos frentes, Muhammad I pidió la paz. Él y su hijo (el futuro Muhammad II) concluyeron un tratado en Alcalá la Real, en el que Muhammad aceptó convertirse en vasallo de Alfonso X y pagar un tributo de 250&nsbp;000 maravedíes al año.{{sfn|Doubleday|2015|p=122}}{{sfn|O'Callaghan|2011|p=50}} Hay discrepancias en las fuentes con respecto a la fecha de este tratado. La Real Crónica de Alfonso X lo fecha en 1265, pero el historiador moderno [[Joseph F. O'Callaghan]] consideró esta fecha "confusa".{{sfn|O'Callaghan|2011|p=50}} El historiador marroquí [[Ibn Idari]] en ''[[Al-Bayan al-Mughrib]]'' (escrito en 1312) dató el tratado en el 665 [[Calendario musulmán|AH]], lo que corresponde a un rango entre octubre de 1266 y septiembre de 1267.{{sfn|O'Callaghan|2011|p=50}} O'Callaghan lo fechó en 1267, posiblemente a finales de mayo o principios de junio,{{sfn|O'Callaghan|2011|p=50}} mientras que otro historiador, [[Simon R. Doubleday]], lo fechó a finales de agosto o principios de septiembre de 1266.{{sfn|Doubleday|2015|p=122}}
 
== Repercusiones ==
El fracaso de la rebelión tuvo consecuencias desastrosas para los musulmanes en Andalucía y Murcia. Castilla se anexionó Murcia -que había sido semiindependiente desde 1244- directamente, exceptuando Orihuela y [[Elche]], que fueron anexionadas por la Corona de Aragón.{{sfn|Harvey|1992|p=50}} Los vencedores impusieron duros castigos en los territorios rebeldes, incluyendo la expulsión masiva y la limpieza étnica.{{sfn|Harvey|1992|p=54}}{{sfn|Kennedy|2014|p=279}} Alfonso X pagó a cristianos de otros lugares para que se establecieran en las tierras anteriormente musulmanas{{sfn|Doubleday|2015|p=123}} y las mezquitas fueron reconsagradas como iglesias.{{sfn|Harvey|1992|p=54}} Desde este momento, los musulmanes pasaron a ser casi inexistentes en Andalucía.{{sfn|Harvey|1992|p=54}}{{sfn|Kennedy|2014|p=279}} En Murcia, la gran población musulmana permaneció con sus derechos religiosos garantizados, pero se vieron obligados a trasladarse al suburbio de [[Arrixaca]], y sus casas y tierras en la ciudad se dividieron entre los nuevos pobladores cristianos.{{sfn|O'Callaghan|2011|p=52}} Con el tiempo, Alfonso X redujo la porción de tierras asignadas a los musulmanes.{{sfn|O'Callaghan|2011|p=52}}
 
En Granada, la rebelión tuvo consecuencias mixtas. Granada sufrió una dura derrota y tuvo que pagar un enorme tributo a Castilla, mucho más grande que lo que pagaba antes de la rebelión.{{sfn|Doubleday|2015|p=122}} Sin embargo, la firma del tratado aseguró su supervivencia y Granada emergió como el único estado musulmán independiente de la península.{{sfn|Harvey|1992|p=51}} Los musulmanes expulsados por Castilla emigraron a Granada, fortaleciendo la población del emirato.{{sfn|Harvey|1992|p=51}}
 
Para Castilla, la revuelta, que casi había triunfado, había sido una grave amenaza para el gobierno de Alfonso X y había sacudido su confianza en sí mismo.{{sfn|Harvey|1992|p=53}} En los años posteriores a la rebelión los logros del monarca fueron escasos y, subsecuentemente, las intrigas comenzaron a avivarse entre sus nobles, incluidos los que se habían refugiado en Granada.{{sfn|Harvey|1992|p=53}} La presencia de Granada en sus fronteras meridionales también complicó sus esfuerzos por lanzar una cruzada en África.{{sfn|Doubleday|2015|p=122}} Los tributos de Granada se convirtieron tanto en una fuente de ingresos como en un gran problema, porque la inflación resultante redujo los ingresos efectivos de los nobles castellanos y dificultó la atracción de nuevos pobladores mediante pagos.{{sfn|Doubleday|2015|p=123}} Alfonso permaneció en Jerez hasta finales de 1268, supervisando la colonización cristiana de los territorios e intentando frenar la inflación.{{sfn|Doubleday|2015|p=123}}
 
Los mudéjares de Castilla la Vieja y la Nueva, la mayoría de los cuales no se sumaron a la rebelión, no se vieron afectados por la expulsión impuesta en los territorios rebeldes. Sin embargo, la comunidad se volvió menos prominente que antes, aceptando que la discreción y el estatus de segunda clase eran el precio a pagar para asegurar su supervivencia.{{sfn|Harvey|1992|p=54}}
 
== Referencias ==
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