Diferencia entre revisiones de «Literatura medieval»
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== Anonimato ==
Una gran cantidad de goles pertenecientes a la literatura medieval son [[anonimato|anónimas]]. Esto no es debido únicamente a la falta de documentos de este período, sino también a que el papel que jugaban los [[autor]]es en aquella época difiere
== Literatura religiosa ==
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Además de los poemas épicos típicos de la tradición [[anglo]]-[[Lenguas germánicas|germánica]], como el ''[[Beowulf]]'' o el ''[[Cantar de los nibelungos]]'', otros poemas épicos incluidos dentro de los ''[[cantar de gesta|cantares de gesta]]'' como el ''[[Cantar de mio Cid|Cantar de Mío Cid]]'', el ''[[Cantar de Roldán]]'' y el ''[[Digenis Acritas]]'', que tratan sobre la [[Materia de Francia]] y las canciones acríticas respectivamente, y los amoríos corteses a la manera de la cortesía [[Amor romántico|romance]], que tratan sobre la [[Materia de Bretaña]] y la [[Materia de Roma]], lograron alcanzar una gran popularidad. El ''romance cortés'' no se distingue únicamente de los ''cantares de gesta'' por los temas tratados, sino también por su énfasis en el amor y en el código de honor de la [[caballería]], en lugar de centrarse en acciones de [[guerra]].
También se pueden encontrar en este período poesías políticas, especialmente a finales de la Edad Media, escritas tanto por clérigos como por escritores laicos, que utilizaban la forma del [[Literatura goliardesca|goliárdico]]. La literatura de viaje también fue muy popular en esta época, cuyos escritos entretenían a la sociedad con historias de fabulosas tierras (si no embellecidas, muchas veces falsas) más allá de las fronteras que la mayoría de las personas nunca habían cruzado. Cabe destacar la importancia de los [[peregrinaje]]s en esa época, especialmente el de [[Santiago de Compostela]], fuente de fábulas e historias influidas por la prominencia de los [[Cuentos de Canterbury]] de [[
== Literatura medieval escrita por mujeres ==
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Es en dos obras del siglo XI donde el historiador [[Georges Duby]] sitúa el afianzamiento de esta estructura. La primera de ellas, de [[Gerardo de Cambrai]], es una biografía panegírica escrita hacia 1024: la ''Gesta episcoporum cameracensium.'' En la ''Gesta de los obispos de Cambrai'' se nos presenta la siguiente afirmación: «Desde los orígenes el género humano estaba dividido en tres: oradores, labradores y guerreros». La segunda obra, de [[Adalberón de Laon]], es un poema político dedicado a [[Roberto II de Francia|Roberto]], rey de los francos. El ''Carmen Robertum regem francorum'' (1027-1031) expone la misma idea de la siguiente manera: «Triple es la casa de Dios que se cree una. Unos oran, otros combaten, otros también trabajan. Sobre la función de uno reposan las obras de los otros dos; cada uno a su turno ayuda a los demás». El hecho que ambas obras fueran escritas por obispos demostraría que los episcopados eran tanto depositarios de la cultura clásica como productores naturales de ideología.<ref>{{cita libro |apellido=Duby |nombre=G. |título=Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo |ubicación=Barcelona |año=1983 |página=85}}</ref>
Esta estructura tripartita ya se había mostrado, de algún modo, en textos anteriores que se habían ido transmitiendo a lo largo de los siglos. Hay que recordar que la [[Edad Media]] tuvo más de continuista que de rupturista. En las ''[[Etimologías|Etimologiae]]'' de [[Isidoro de Sevilla|San Isidoro de Sevilla]] (c. 560-636), éste describe la división de la sociedad romana «''in
El esquema expuesto por Gerardo de Cambrai y Adalberón de Laon resurge con gran fuerza, todo y que con algunas variantes, hacia la segunda mitad del siglo XII. ''La Historia de los duques de Normandía,'' escrita por [[Benoît de Sainte-Maure]] en el último cuarto del siglo XII, introduce, tal como indica Duby,<ref>Duby, G. ''op. cit''. pp. 373-394</ref> un elemento importante a dicho esquema tripartito. Tratándose de una obra encargada por el rey [[Enrique II de Inglaterra|Enrique II]] de Inglaterra, conde de Anjou, duque de Normandía y de Aquitania, estaba destinada a ensalzar la propia dinastía, por lo que de modo parecido a Alfredo el Grande, coloca a la figura real en una posición preeminente respecto a las demás. Un aspecto importante a destacar es que este panegírico fue escrito en romance en lugar de en latín sirviendo esto para ilustrar el cambio lingüístico que se estaba produciendo en aquel período.
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