Diferencia entre revisiones de «Tres Comunes de Cataluña»

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=== Consejo de Ciento de Barcelona ===
{{AP|Consejo de Ciento}}
El Consejo de Ciento de Barcelona era la institución de autogobierno municipal de la ciudad de [[Barcelona]]; recibió dicho nombre porque lo formaba una asamblea de 100 ciudadanos, los llamados jurados, que asesoraban y supervisaban a los magistrados municipales, los ''consellers'' de Barcelona; quedó fijado el número en cien, aunque la cifra de jurados de la asamblea fue aumentando a lo largo del tiempo. El Consejo de Ciento fue fortalecido durante la [[Edad Moderna]] por [[Fernando II de Aragón]] tras la [[guerra civil catalana]] (1462–14721462-1472). En la reforma de [[1510]] se igualó en número de representantes de todos los estamentos y se permitió, tras tres siglos, la reincorporación de los nobles al gobierno municipal. Durante la [[guerra de Cataluña]] (1640-1652) el Consejo de Ciento continuó abriéndose a todos los estamentos sociales, incorporando al ‘’conseller’’ sexto, el representante de los menestrales. Los ejes de poder que desarrolló Barcelona se fundamentaron en el alto grado de interestamentalidad de sus cuadros dirigentes, guiados por la clase mercantil barcelonesa, la ambición de competencias, y la pretensión de representar a todas las ciudades de Cataluña.<ref name="ref_duplicada_2">Martí Fraga (2008: 32)</ref> En este aspecto cabe tener en cuenta que el poder del Consejo de Ciento no se constreñía al interior de las murallas de Barcelona, sino que mediante el privilegio del ''Carreratge'', varias ciudades y villas catalanas se convirtieron en ''Carrer de Barcelona'' (calle de Barcelona); se acogieron a dicho privilegio municipios como [[Caldas de Montbui]], [[La Roca del Vallés]], [[Igualada]], etc, en tal manera que el poder de los ''consellers'' de Barcelona se extendió progresivamente por toda Cataluña. El sistema de gobierno municipal radicaba su funcionamiento en la meritocracia y la incorporación de nuevos miembros a la clase mercantil dirigente mediante la incorporación de nuevas familias procedentes, o bien de estamentos inferiores, o bien de la ruralía catalana.<ref name="ref_duplicada_2">Martí Fraga (2008: 32)</ref> Los [[Usatges de Barcelona|Usajes]] y la gran cantidad de privilegios recibidos de los reyes de Aragón habían situado a Barcelona en una posición única dentro de Cataluña y de toda la corona española: nombramiento de cónsules ultramarinos, de embajadores propios, acuñación de moneda propia, guarnición militar propia mediante la coronela gremial de Barcelona, privilegio de cobertura y condición de sus ''consellers'' de [[Grandes de España]]. En [[1633]] Gaspar Sala afirmaba que «''Barcelona es la cabeza de toda Cataluña, y el espejo en que las demás ciudades se miran''», mientras que ante el fracaso de su [[Memorial secreto del Conde-Duque de Olivares|Gran Memorial]], el conde duque de Olivares concluía que «''las tres cuartas partes del Principado dependen de Barcelona''». En [[1704]], en los albores del estallido de la [[Guerra de Sucesión Española]], el marqués de Mancera manifestaba ante el [[Consejo de Estado]] que
«''todo el Principado de Cataluña consiste en la posesión de Barcelona''».<ref>Martí Fraga (2008: 37)</ref>
 
=== Brazo militar de Cataluña ===
{{AP|Brazo militar de Cataluña}}
Si tanto la Diputación del General como el Consejo de Ciento hundían sus raíces en la [[edad media]] y las leyes pactadas con los reyes de Aragón, será una institución propia de la [[edad moderna|modernidad política]] de Cataluña la que adquirirá un protagonismo relevante en el belicismo catalán de los siglos XVII y XVIII: el [[Brazo militar de Cataluña]]. Dicha institución fue creada en [[1602]] por Onofre de Alentorn con la misión de congregar a toda la aristocracia militar catalana. En sus ''Ordinacions'' se configuraba el funcionamiento de la nueva institución y la ambición por influenciar en la política de Cataluña. La Junta de Oficiales era el organismo rector del Brazo militar y estaba formado por ocho miembros: el protector, el clavario, y seis consejeros, los cuales estaban asistidos por un síndico. Todos ellos tenían un mandato de dos años, siendo el Protector del Brazo su máxima autoridad. La aristocracia militar catalana era convocada en el Consejo Plenario, siendo sus resoluciones ejecutadas por los oficiales del Brazo.<ref>Martí Fraga (2008: 42)</ref> Tras la [[Guerra de Cataluña]] (1640-1659) la corona española había conseguido el control de Diputación del General y del Consejo de Ciento mediante las desinsaculaciones, esto es, la exclusión de todos aquellos que no fueran afectos al rey, de las listas de posibles candidatos en sendas instituciones. Pero el Brazo militar escapó de dicho control al ser sus oficiales escogidos ''ad aurem secret'', impidiéndose así cualquier intervención del monarca. Para extender su poder de influencia el Brazo militar aceptó, a la par de los Nobles y de los Caballeros del Principado Cataluña, a los a Ciudadanos Honrados, engrosando sus listas de registro con miembros cada vez más radicalizados ante la imposibilidad de acceder a la Diputación del General o al Consejo de Ciento. El estado de guerra permanente en que vivieron los catalanes del siglo XVII —[[Guerra de Cataluña]] (1640-1659), [[Guerra de Devolución]] (1667–16681667-1668), [[Guerra franco-holandesa]] (1672-1678), y [[Guerra de los Nueve Años]] (1688-1697)— favoreció la ascendencia del Brazo militar en la política de Cataluña. A partir de esa fecha, el Brazo militar catalán impulsará la acción coaligación de las tres instituciones mediante la «Conferencia de los Tres Comunes», conferencia con la que conseguirá arrastrar tanto a la Diputación, como al Consejo de Ciento, a una confrontación abierta contra los crecientes atisbos de absolutismo de Felipe V, y que acabará con el estallido de la rebelión de Cataluña y el inicio de la [[Guerra de Sucesión Española|Guerra de Sucesión]] en el interior de España. En [[1715]], finalizada la guerra, el intendente [[José Patiño]] definía en su informe ante el [[Consejo de Castilla]] al Brazo militar de Cataluña como «''un congreso de todos los caballeros de Cataluña que se juntaban a su arbitrio, fuera de Cortes, y en cualquier tiempo''», en tal manera que se convirtió en el tercer contrapoder frente a la monarquía, adquiriendo más fuerza incluso que la Generalidad en la defensa del sistema constitucional catalán; [[José Patiño|Patiño]] concluía su informe con las siguientes palabras: «''de algunos años a esta parte, por descuido o tolerancia de los ministros, se había hecho formidable, y se entrometía en todas las materias de estado, publicándose celadores de la observancia de sus fueros''».<ref>Martí Fraga (2008: 40 y 48)</ref>
 
== La Conferencia de los Tres Comunes ==