Diferencia entre revisiones de «Arrepentimiento»
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Por su parte, el término "shub" se refiere a cambiar una persona el rumbo de sus caminos y alejarse del pecado por el que se andaba previamente, acompañado de gran contracción.
En los manuscritos originales del [[Nuevo Testamento]], las palabras griegas traducidas como arrepentimiento son 'metanoia' (con su forma verbal 'metanoeo') y 'metamelomai'; de las cuales ''metanoeo'' (arrepentirse) es usada predominantemente para referir un cambio moral radical en el modo de creer y en el modo de actuar. ''Metanoia'' aparece unas 22 veces, a menudo relaciodo con la salvación, mientras que ''metanoeo'' aparece unas 34 veces.<ref>http://es.gospeltranslations.org/wiki/Arrepentimiento_Bíblico/El_significado_del_arrepentimiento</ref><ref>Miguel Galecio (2006), "El Falso Evangelio, La vacuna del nuevo milenio", Lulu.com págs. 54 y 55</ref>
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El llamado al arrepentimiento, en lo que respecta al hombre, es un llamado para que este último se vuelva a colocar bajo la dependencia de Dios y la negación de las malas obras del pasado. [[Jesucristo]], al igual que [[Juan el Bautista]], comenzó su ministerio diciendo: "''Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado''" (Mateo 4:17), indicando a las personas que primero era necesario que se arrepintieran. En Lucas 13:3, Jesús habla a los judíos dejando muy claro que el arrepentimiento es un requisito para no perecer y para poder acceder a la salvación. Los apóstoles siguieron el ejemplo de Cristo, predicando arrepentimiento y perdón de los pecados para las personas que creen verdaderamente en Él y se arrepienten. El apóstol Pedro, en el día de [[Pentecostés]], invitó a los judíos al arrepentimiento. Esto fue registrado en Hechos 2:14-40 donde se muestra que solamente después del arrepentimiento, los judíos pudieron recibir la promesa del [[Espíritu Santo]] y el [[Don de lenguas]]<ref>William Evans (1974), "Las Grandes Doctrinas de La Biblia: Great Doctrines of the Bible", Editorial Portavoz, Jun 1, pág 141</ref> ejemplificando la importancia vital que tiene para el cristiano.
Así mismo, en 2 Corintios 7:10 se escribe que el dolor o la tristeza que es "conforme a la voluntad de Dios", produce arrepentimiento que conduce a la salvación. Es por eso que
Otro de los ejemplos del arrepentimiento en el Nuevo Testamento, se encuentra en la narración de [[Zaqueo]] quien recibió la visita de Jesús en su casa. Cuando la gente criticaba el porqué Jesucristo cenaba con un pecador, Zaqueo le dijo: Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres y si en algo he defraudado a alguien se lo devuelvo cuadruplicado. Jesúcristo entonces declara: "No he venido a llamar justos, sino pecadores '''a arrepentimiento'''", demostrando que su doctrina busca la regeneración de los pecadores, que son sacados de los malos camino y llevados al camino de la justicia. Esto en la misma línea de pensamiento que Lucas 5:31.
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[[Archivo:Rembrandt Harmensz van Rijn - Return of the Prodigal Son - Google Art Project.jpg|thumb|left|''[[Parábola del hijo pródigo|El regreso del hijo pródigo]]'' (1885), Óleo sobre lienzo, por [[Rembrandt]]]]Los cristianos están llamados a arrepentirse de todo lo que sea necesario antes del [[Segunda venida de Cristo|regreso de Jesucristo]]. El arrepentirse debe ser genuino, de corazón, para que sea válido, representando en un acto valioso de humildad y sumisión ante el Señor, un acto necesario y vital para la conversión y una cualidad de gran valor para la [[fe cristiana|vida cristiana]].
En particular, cuando el hombre se aleja voluntariamente de la dirección y el camino de Dios, descubre que la consecuencia, determinada por Dios, es un mal
Cabe destacar que la benevolencia de Dios es fiel y por eso hay momentos en los que Dios ha perdonado a su pueblo que se arrepiente del mal, aun cuando este le haya sido infiel (Ex. 32.14; Dt. 32.36; Jue. 2.18; 1 Cr. 21.5; Sal. 106.45; 135.14; Jer. 42.10; Jl. 2.13s; Jon. 4.2). En este sentido, la oferta de Dios de perdonar a los hombres, está condicionada a que los mismos se arrepientan.
Versículos como Amós 4.6–11 muestran claramente que el mal determinado por Dios como consecuencia del pecado de Israel no es rencoroso ni vengativo, sino que más bien está destinado a hacer que Israel se arrepienta. El que hace el mal recibe un mal determinado por Dios.
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