En el caso de poblaciones nativas de [[Siberia]], se ha descubierto que éstas presentan adaptaciones [[gen|genéticas]]fisiológicas al frío que ayudan a que la [[grasa]] corporal produzca calor de forma directa sin necesidad de tener que tiritar (en vez de aportar la energía a los músculos y al cerebro para producir calor mediante el escalofrío), a partir de un proceso que se conoce como [[Termorregulación#Termogénesis no tiritante|termogénesis no tiritante]].{{Citarequerida}}Esto se debe al aumento del tejido adiposo pardo como respuesta al frío, lo cual se ha visto en poblaciones que no habitan en ambientes tan fríos, pero que son expuestas a un frío moderado.