Diferencia entre revisiones de «Guillermo de Beaujeu»

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[[Archivo:Cathedrale Saint Jean Lyon Interior Panorama2.jpg|thumb|220px|La [[catedral de Lyon]], donde se celebró el [[Concilio de Lyon II|segundo concilio de Lyon]] en 1274.]]
La larga permanencia del gran maestre en Europa se debió también a otro motivo: el [[papa]] [[Gregorio X]] lo retuvo cierto tiempo en Europa.{{Harvnp|Demurger|2008|p=61}} El 13 de octubre de 1273, este había escrito al [[patriarca de Jerusalén]] para informarle de que Guillermo de Beaujeu no regresaría antes del [[concilio]] que iba a realizarse en la ciudad de [[Lyon]], ya que Gregorio X precisaba de los consejos de Beaujeu para tratar el asunto de una nueva [[cruzada]].{{Harvnp|Runciman|1958|pp=168-169}}{{Harvnp|Barber|2012|p=170}}{{Harvnp|Demurger|2008|p=61}} Durante el [[Concilio de Lyon II|concilio de Lyon]], que se celebró entre el 7 de mayo y el 17 de julio de 1274, Guillermo fue uno de los que rechazó la propuesta de fusionar las órdenes militares.{{Harvnp|Demurger|2008|p=61}} También se opuso a la idea de cruzada de [[Jaime I de Aragón]], que se encontraba presente, que consistía en enviar una hueste de quinientos caballeros y dos mil peones como vanguardia, a los que seguiría la expedición principal, acaudillada por el Gregorio X, al que acompañaría el propio Jaime.{{Harvnp|Barber|2012|p=170}} El gran maestre argumentó que cruzados entusiastas pero indisciplinados y transitorios no serían de ninguna utilidad.{{Harvnp|Barber|2012|p=170}} Lo que hacía falta, en su opinión, era una guarnición permanente en [[Tierra Santa]], reforzada regularmente por pequeños contingentes de soldados profesionales.{{Harvnp|Barber|2012|p=170}} Tenía sólidas razones para rechazar el proyecto del aragonés: Guillermo era pariente de la familia real francesa, cuyos monarcas no solamente habían sido la fuente de ayuda más fiable para Tierra Santa, aportandoya que aportaban una fuerza permanente de caballeros y [[Ballestero|ballesteros]] a [[Acre (Israel)|Acre]], capital del [[Reino de Jerusalén]], sino que, con la victoria de Carlos de Anjou sobre [[Conradino de Hohenstaufen]] en la [[batalla de Tagliacozzo]] en 1268, el dominio francés se extendía ya a todo el [[Mar Mediterráneo|Mediterráneo]].{{Harvnp|Runciman|1958|p=109}}{{Harvnp|Barber|2012|p=170}}
 
Había otro motivo para que Guillermo apoyase a Carlos: este había entablado negociaciones en 1268 con [[María de Antioquía (pretendiente)|María de Antioquía]] para que abandonase su reclamo al Reino de Jerusalén a cambio de una compensación monetaria.{{Harvnp|Lock|2006|p=118}} Para Guillermo, el evidente interés en Carlos, que contaba con el rico y el poderoso Reino de Sicilia y con el respaldo de la [[Santa Sede]], debió parecerle la única esperanza de conservar los pocos territorios cruzados.{{Harvnp|Barber|2012|p=170}} En cuanto a Carlos, los servicios militares y financieros, que los templarios habían brindado ya anteriormente a la casa real francesa, serían el conducto obvio mediante el cual podría ejercer su influencia en Tierra Santa.{{Harvnp|Barber|2012|p=170}} Finalmente el papa promulgó una nueva cruzada, que estaría lista en 1278,{{Harvnp|Richard|1996|p=502}} pero la muerte de Gregorio X en 1276 desbarató estos planes.{{Harvnp|Runciman|1958|p=170}}{{Harvnp|Demurger|2008|p=61}}