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Un '''escritor fantasma''', forma correcta en español del inglés ''ghostwriter'', es un [[escritor]] profesional a quien se contrata para escribir por cuenta de otra persona o bajo su nombre [[autobiografía]]s, [[cuento]]s, [[Artículo (publicación)|artículo]]s, [[novela]]s, o incluso [[discurso]]s, en especial para políticos, actores o personas sin instrucción en este tipo de trabajos literarios, sin recibir oficialmente el crédito como autor de esas obras. A lo sumo, en todo caso, recibe créditos como "colaborador". Es muy común que diversas celebridades contraten '''escritores fantasmas''' para escribir la historia de su vida o para redactar artículos o contestar a entrevistas (sin que en realidad hayan sido entrevistados) en las revistas.
 
[[Alejandro Dumas]] padre usó a varios ''escritores fantasmas'' para escribir sus más famosas novelas de aventuras, especialmente a [[Auguste Maquet]]. [[Edward Stratemeyer]] recurrió a este tipo de escritores continuamente. El valenciano [[Vicente Blasco Ibáñez]] fue durante un tiempo uno de los varios escritores fantasma que escribían obras firmadas por el famoso folletinista decimonónico [[Manuel Fernández y González]].<ref>Alejandro Gamero, "Escritores fantasmas y negros literarios", en ''La piedra de Sísifo'', 13/08/2013, http://lapiedradesisifo.com/2013/08/13/escritores-fantasmas-y-negros-literarios/</ref> El periodista español [[Carlos Luis Álvarez]] compuso hagiografías de mártires de la [[Guerra civil]] que firmaba fray [[Justo Pérez de Urbel]]. La periodista española [[Ana Rosa Quintana]] contrató a una negraescritora fantasma para que le escribiese el libro ''Sabor a hiel'' (Barcelona: Planeta, 2000) que firmó ella y tuvo que ser retirado por [[plagio]]. Muchos escritores hoy famosos empezaron trabajando de escritores fantasmas para otros: [[Paul Auster]], [[José Luis Coll]] (de un famoso periodista) o [[Alejandro Sawa]] (de [[Rubén Darío]]). A los editores y a algunos autores les resultan especialmente rentables, ya que permiten multiplicar la fecundidad y por tanto la producción de beneficios de una "marca" literaria.
 
Esta práctica se realiza también en otras esferas del arte. El compositor [[Wolfgang Amadeus Mozart]] compuso su ''[[Réquiem (Mozart)|Réquiem]]'' para que lo firmara otro compositor, un noble rico. También muchos pintores solían firmar copias de sus obras maestras que habían hecho en su taller sus alumnos. En el mundo de la [[historieta]] es normal que autores consagrados o las empresas que los contratan recurran a otros dibujantes para que imiten su estilo y hagan parte o la totalidad de las historietas para luego publicar las páginas con su nombre. Por ejemplo, [[Francisco Ibáñez]] vio a su famoso personaje [[Mortadelo]] dibujado por otros y con guiones también ajenos (el llamado [[Bruguera equip]]) durante el tiempo que pleiteaba la posesión de los derechos editoriales del mismo. También se da el caso en que la [[Edición de libros|editorial]] acuda a otros autores para que continúen con los personajes porque se quiere modificar los originales, aumentar la producción (y por tanto el beneficio económico) o se ha roto por algún motivo la relación con el dibujante original. Muchos de los dibujantes de [[cómic]]s famosos hoy en día comenzaron siendo los ''dibujantes fantasma'' de otros autores. También es habitual el término ''clon'', ya que se clona el estilo del dibujante imitado.