Diferencia entre revisiones de «Ascetismo»

En la religión [[Cristianismo|Cristiana]] [[Catolicismo|Católica]], el ascetismo sirvió a los llamados [[padres del desierto]] o [[padres del yermo]] o [[padres de la Tebaida]] para alcanzar, según sus creencias, una unión más perfecta con Dios, alejándose de cualquier contacto con lo profano por medio de una vida de privaciones, penitencia y oración por la que optaron algunos monjes, eremitas y anacoretas como San san [[Antonio Abad]].

Podía seguirse en comunidad, rigiéndose por una ''«regla''» escrita o normas de disciplina monástica, o en soledad, con una vida apartada del trato humano y en contacto con la naturaleza, en cuevas, montañas, [[desierto]]s, ermitas abandonadas o incluso, como el padre del yermo [[Simón el Estilita]], en lo alto de una columna para apartarse de la tentación. Los monjes deseaban «limpiar su espíritu de pecado y acercarse a Dios, con el deseo de que este acceda a unirse con el alma de su sirviente». Es lo que se llama unión mística o [[Iluminación (creencia)|éxtasis]].<ref>

{{cita publicación |apellido=Antonaccio |nombre=Maria |título=Asceticism and the Ethics of Consumption |año=2996 |publicación=Journal of the Society of Christian Ethics |volumen=26 |número=1 |issn=1540-7942 |url=http://www.scethics.org/journal-sce |urlarchivo=https://web.archive.org/web/20120310071224/http://www.scethics.org/journal-sce |fechaarchivo=10 de marzo de 2012 }}</ref>

La '''vía purgativa''' consiste en la purgación de la memoria, entendida como potencia del alma, para limpiarla de los apegos sensitivos que provienen del cuerpo. En palabras de san [[San Juan de la Cruz]], es la vía de la penitencia en donde el alma se libera de todos sus pecados.

La '''vía iluminativa''' comienza donde termina la anterior. El alma ya está limpia y en un gran desamparo y angustia interior, arrojada a lo que es por sí sola sin el contacto de Dios. El demonio tienta entonces y el alma debe soportar tentaciones de todo tipo y seguir la luz de la fe confiando en ella sin engañarse, mediante una continua introspección en busca de Dios. Pero ha de ser humilde, ya que si Dios no quiere, es imposible la unión mística, pues a Él corresponde la decisión. El alma debe dar lo que san [[Juan de la Cruz]] llamó «un ciego y oscuro salto», del que solo la puede salvar Dios mismo, si quiere.

La '''vía unitiva''' es el éxtasis místico: Dios se une a su criatura y le revela un conocimiento y un placer sin límites. Puede manifestarse con los llamados [[estigmas]] o llagas sagradas, las heridas que sufrió [[Cristo]] en la cruz, con fenómenos de [[levitación]] y [[bilocación]] (encontrarse en dos lugares al mismo tiempo) o con otros fenómenos místicos. El sujeto, no puede describir sino solo aproximadamente lo que le ha pasado, porque el pobre instrumento de la lengua humana, ni siquiera en forma poética, puede describir una experiencia tan intensa: se trata de una experiencia [[:m:wikt:es:inefable|inefable]].