Diferencia entre revisiones de «Concilio de Constantinopla III»

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|Concilio posterior
|[[Concilio de Nicea II]] (Católico), [[Cuarto Concilio de Constantinopla | Concilio Quinisexto]] (Ortodoxo)
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|Convocado por
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El '''Tercer Concilio de Constantinopla''', celebrado del 7 de noviembre de [[680]] al 16 de septiembre de [[681]], también recibe el nombre de '''Concilio Trullano''',<ref>El Tercer Concilio de Constantinopla también es denominado: Primer Concilio Trullano (o Trulano). Posteriormente se celebró un [[Segundo Concilio Trullano]] (692), también conocido como Concilio Quinisexto o Sínodo Trullano.</ref> en alusión a la sala del palacio imperial donde se realizó, que llevaba el nombre de ''trullos'' (cúpula).
Fue convocado por el emperador romano de oriente [[Constantino IV]], y presidido por él en persona. Los principales protagonistas fueron Constantino IV y el [[Sergio I de Constantinopla|patriarca Sergio]]; también dos Papas: [[Agatón|San Agatón]] y el [[León II (papa)|León II]].
 
El motivo de convocar el concilio, desde el punto de vista doctrinal, fue el problema de la herejía del [[monotelismo]], que admitía en Cristo una sola voluntad y una sola operación o principio de operación, a saber: la divina. Es un sucedáneo del [[monofisismo]] que sólo admite en el hombre-Dios una sola naturaleza: el ''Logos''.
 
== Contexto doctrinal, político y eclesiástico ==
 
El año 553 el [[Segundo Concilio de Constantinopla]] había reinterpretado el [[Concilio de Calcedonia]]. Rebatiendo la doctrina de Cirilo de Alejandría, se acentuó la unidad de la persona divina del Hijo de Dios hecho hombre. Desde el punto de vista teológico, el partido monofisita, hacia el cual se inclinaban sobre todo los monjes, había querido condenar una vez más al nestorianismo. Temiendo que se reforzara se asieron a la doctrina de la ''mia physis'', “una sola naturaleza”, muy difundida en Egipto. Al mismo tiempo, intentaban alcanzar la paz ideológica dentro de un Imperio cada vez más heterogéneo, en donde la lengua y la filosofía griega no habían circulado con la fluidez necesaria para comprender conceptos tan elaborados como los cristológicos.
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Aunque parecía un simple acuerdo, rápidamente encontró obstáculos, tanto en los monofisitas de Siria como en los calcedonenses en Egipto. El monje Sofronio, elegido patriarca de Jerusalén en 634, atacó duramente tal solución, pues iba en detrimento de los logros doctrinales de Calcedonia. También el papa Honorio terminó apoyando esta postura. Entonces el patriarca Sergio presentó una nueva solución, por la cual, prescindiendo de la energía, afirmaba la presencia en Cristo de una sola voluntad; es decir, el monotelismo.
 
La nueva doctrina, sostenida en Bizancio por la Iglesia y el Estado, fue condenada por el emperador por medio del edicto ''Ekthesis'' del 638, que debería constituir la nueva carta de la unidad religiosa del Imperio. En realidad, a pesar del inicial consenso del sucesor de Sergio, del patriarca Pirro y del papa Honorio, la solución fue rechazada por todos y se dejó, como las intentos precedentes, en un mero acuerdo. No se había podido sanar la división religiosa. Mientras tanto, eliminada la fuerza que contenía a los persas, Heraclio abría una brecha para la expansión islámica, que se extendía con una fuerza incontrolable.
 
Por otra parte, entre política y religión, el Imperio bizantino tenía bastantes problemas para resolver y, por una tradición arraigada, el emperador continuaba prestando una particular atención a solucionar los asuntos doctrinales de la vida cristiana. A propósito del monotelismo, la disputa teológica, bastante agudizada en Constantinopla, se trasplanto a África, donde había terminado exiliado el patriarca Pirro. En la capital, en efecto, los eventos políticos posteriores a la muerte de Heraclio no maduraron bajo el signo de la paz social. Muerto el primogénito Constantino y depuesto el siguiente heredero, la situación política estaba bajo el control del senado, que quería acrecentar su propio papel dentro del Estado y de la corona. Constante Pogonato, hijo de Constantino, nuevo basileus, se encontró, además de los tradicionales enemigos, los Eslavos, que le acosaban por la espalda, con el deber de hacer frente a los árabes, ya en posesión de las provincias orientales del Imperio. Por lo demás, en aquellas regiones la división teológica fragmentaba la resistencia militar: basta pensar que en Alejandría el patriarca monofisita Benjamín se sometió espontáneamente a los Árabes, declarándose en contra de Bizancio.
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El Emperador, con el Typos de 648, prohibió más discusiones sobre el problema de la energía y de la voluntad de Cristo, aboliendo el Ekthesis (exposición) y trasladando las discusiones a su punto de partida. La disputa, entonces, se complicó en Roma, a donde Máximo se trasladó con el patriarca Pirro. Es interesante subrayar su veneración por aquella sede, que él consideraba la única base y fundamento de todas la Iglesias de la tierra, a la que Jesús había concedido las llaves del poder universal sobre la ortodoxia de la fe.
 
Un motivo más de dificultad apareció en el 649. El papa Martín reunió en Roma un sínodo, en el cual fueron rechazados tanto el Ekthesis como el Typos y fue definida la doctrina de las dos voluntades en Cristo, excomulgándose a los patriarcas Sergio, Paolo, Porro y Ciro. El emperador reaccionó haciendo capturar al Papa y trasladándolo a Bizancio, donde fue procesado y exiliado al Quersoneso. Allí murió el 16 de septiembre de 655. La misma suerte compartió Máximo, hecho prisionero y conducido a la capital. El año de la muerte del Papa sufrió un juicio que le procuró el exilio. Procesado más adelante, por no adherirse a la voluntad imperial, luego de numerosas travesías, murió martirizado en Lazica el 13 de agosto de 662.
 
Si bien Máximo desapareció bajo el poder imperial, sus ideas continuaron viviendo en las disputas teológicas de los siglos sucesivos. El emperador murió asesinado, en Sicilia, en Siracusa. Durante el período de su sucesor, Constantino IV (668-685), los árabes aparecieron una vez más en Asia Menor; en el 674 atacaron Constantinopla asediándola reiteradamente sin conseguir conquistarla. La resistencia de la capital significó un cambio histórico en la lucha contra el islam, acrecentando el prestigio de Bizancio. Sin bien la capital no había caído, gran parte del territorio estaba en manos de los árabes, sobre todo aquellos que simpatizaban, primero con el monofisismo y después con el monotelismo. La Iglesia monofisita, jacobita y monotelita, bajo el dominio árabe no constituyeron más un problema para el Imperio.
 
== Preparación, desarrollo y conclusión del concilio ==
 
El emperador Constantino IV Pogonato, ya en el año 679 había enviado un carta al papa Dono (676-678), en la cual le solicitaba que enviara a Constantinopla una delegación de obispos, pero la carta llegó cuando el Papa había muerto. Su sucesor Agatón (678-681) envió la delegación hasta el año 680, conformada por tres obispos italianos, tres apocrisiarios pontificios, un representante del arzobispo de Ravena y cuatro monjes de los conventos griegos de occidente.
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En el año 692 se celebró el [[Segundo Concilio Trullano]], que emitió 102 cánones disciplinares. Tuvo gran aceptación en oriente, como complemento de los dos anteriores de Constantinopla. No tuvo la misma acogida en occidente a causa del viejo canon 28 de Calcedonia, en donde se equiparaba Constantinopla a Roma en importancia política y la incipiente doctrina sobre el celibato sacerdotal.
 
== Aportación doctrinal del concilio ==
 
El aporte fundamental del Tercer Concilio de Constantinopla fue la definición dogmática respecto a las voluntades y operaciones de Jesús. Este Concilio cierra, por así decirlo, el ciclo de los concilios cristológicos. Es, a la vez, continuación de los concilios anteriores. Esto se ve especialmente cuando aplica a las voluntades y a las operaciones de Jesús los términos que el Concilio de Calcedonia había aplicado a las dos naturalezas; es una consecuencia necesaria, ya que voluntad y operaciones son propias de las dos naturalezas. De hecho, una naturaleza humana sin una efectiva voluntad humana sería una naturaleza profundamente mermada; Cristo no sería entonces perfecto hombre.
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== Bibliografía ==
* Pietro PALAZZINI (dir), ''Dizionario dei Concili'', 6 v., Città Nuova, Roma, 1963-1968.
* R. AUBERT, G. FEDALTO, D. QUAGLIONI, ''Storia dei Concili'', San Paolo, Cinisello Balsamo (Milano) 1995.
* Gervais DUMEIGE, ''Histoire des conciles oecuméniques'', Editions de L’Orante, Paris 1973 v. 3
* MÁXIMO EL CONFESOR, ''Tratados espirituales, Diálogo Ascético...'', Editorial Ciudad Nueva, Madrid 1997
* Heintich DENZINGER, P. HÜNERMANN, ''Enchiridion Symbolorum Definitionum et Declarationum de Rebus Fidei et Morum'', Herder, Barcelona 20002
* F. OCÁRIZ, L. F. MATEO SECO, J. A. RIESTRA, ''El misterio de Jesucristo'', Eunsa, Pamplona (España) 19932
* G. DUMEIGE (dir), ''Historia de los Concilios Ecuménicos'', 12 vols., Vitoria 1969, el tomo dedicado al Concilio de Constantinopla III.
 
== Véase también ==
* [[Concilios de Constantinopla]]
 
== Enlaces externos ==
* [http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/bvk.htm#bec Denzinger: ''III Concilio de Constantinopla'', 680-681.]
 
[[Categoría:Concilios de Constantinopla|Constantinopla 3]]
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[[nl:Concilie van Constantinopel III]]
[[no:Tredje konsil i Konstantinopel]]
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[[pt:Terceiro Concílio de Constantinopla]]
[[ro:Al treilea conciliu de la Constantinopol]]