Diferencia entre revisiones de «Monasterio de Santa Clara (Palencia)»

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El aura milagrosa del ''Cristo de las Claras'', también llamado ''de la Buena Muerte'', empieza con su mismo descubrimiento. La leyenda tradicional narra su hallazgo, metido en una urna, flotando en el mar [[Mediterráneo]] y emitiendo un resplandor sobrenatural, por la flota del Almirante Alonso Enríquez en torno a los años 1407-1410, durante la guerra contra los moros marroquíes. El Almirante dispuso que la imagen sagrada fuera llevada al pueblo palentino de [[Palenzuela]], donde ejercía señorío, para darle allí culto. Una vez la nave llegó a puerto, fue escoltada por caballeros y soldados para ser conducida a Palenzuela, pero al llegar al pueblo cerrateño de Reinoso, frente al castillo que había servido de monasterio a las monjas Clarisas ahora instaladas en Palencia, se detuvo el animal que portaba el Cristo sin que hubiera forma de hacerle seguir adelante. Los presentes dedujeron ser voluntad divina que la imagen recibiera culto en el Monasterio de Santa Clara de Palencia, lo que quedó confirmado al comprobar que el animal, dejado a su arbitrio, se dirigió con su carga a aquel lugar.
 
Desde entonces, la tremendista imagen dio lugar a numerosos relatos de prodigios y milagros, algunos más bien tenebrosos. Se cuenta que en [[1592]] el rey [[Felipe II de España|Felipe II]], en su visita a Palencia, lo contempló y exclamó:

{{cita|''"Si no tuviera fe, creyera que este era el mismo cuerpo de Cristo que había padecido al arbitrio de la malicia; pero sé y creo que resucitó y esta es su imagen; pero tan parecida que estando difunto le retrata al vivo"''.|[[Felipe II de España|Felipe II]]}}

Una leyenda remonta a una noche de [[1666]] la súbita transformación del cuerpo, pasando de tener las manos cruzadas sobre el pecho -pretendidamente, su postura original- a tenerlas extendidas sobre la lauda sepulcral. Relatos como éste alimentaron la creencia supersticiosa en un cuerpo al que le crecían el pelo y las uñas, los cuales serían cortados periódicamente por la misma abadesa del Monasterio, y que correspondería de hecho a una momia humana. A principios del [[siglo XX]] el Cristo inspiró a [[Miguel de Unamuno]], que le dedicó un poema. Hasta hace pocos años el Cristo se encontraba en una precaria situación por la mucha suciedad acumulada y la abundancia de desperfectos.
[[Archivo:Palencia - Monasterio de Santa Clara 07.JPG|thumb|left|170px]]